Quant a Anna

Catedràtica de Filosofia a l'Educació Secundària

Indigneu-vos!

“Indignez-vous!”: Stéphane Hessel nos subleva contra la sumisión a los valores financieros

Sábado 08 de Enero de 2011 20:48  Mercedes Arancibia

Un editorial publicado en el diario Libération el pasado 30 de diciembre y firmado por Paul Quinio (sí, en la prensa francesa aparecen firmados y encabezados por la palabra “editorial”), se ocupa, como otros muchos textos aparecidos en los últimos días, del gran éxito del año: un pequeño manifiesto de apenas 30 páginas titulado “Indignezvous!” (“Indígnense”), escrito por un filósofo y antiguo miembro de la resistencia francesa, de 93 años, llamado Stéphane Hessel, que se vende al precio de 3 euros.

Más de medio millón de personas han comprado ya el libro, un fenómeno que para el editorialista no responde ni al precio ni a la notoriedad del autor, sino a algo “que le conecta con el individualismo” inherente a esta época: “que cada cual disponga de su pequeña dosis de indignación solitaria”. Y lanza un aviso para navegantes: “Stéphane Hessel ha puesto el dedo en la llaga de un deseo de indignación. A la izquierda le toca ahora transformarlo en futuro”.

Indignez-vous! ha arrasado en el momento de elegir los regalos de Navidad. El periodista de Libération Jérémy Marillier ha recogido declaraciones de varios libreros parisinos. “En diciembre va a figurar en los extractos de todas las tarjetas de crédito. Libros como este pueden contarse con los dedos de una mano. Varias veces nos hemos quedado sin stock, los distribuidores no pueden cumplir con todos nuestros encargos”, asegura un librero de Seine-Maritime; otro de la rue Parmentier, en el centro de la capital, asegura que “el editor (Indigéne, que dedica dos empleados a tiempo completo al seguimiento de las ventas del libro) parece desbordado, y los clientes no paran de reclamarlo”. Con sus más de 500.000 ejemplares vendidos, Indignez-vous! ha ganado ya en ventas al reciente Premio Goncourt, “La Carte et le Territoire” de Houellebecq.

Por su precio “ha venido a substituir a la caja de bombones, y es mucho más original”, asegura el joven vendedor de una librería de Montmartre. “Es el regalo ideal para ponerlo en el plato… Nadie quiere quedarse sin su ejemplar del Hessel”. Para el encargado de una gran superficie, situada en uno de los suburbios parisinos, se trata de “una de nuestras mejores ventas del mes”. “Es un libro que hay que regalar para animar las tertulias”, declara una vendedora de Nancy.

Pero, ¿que tienen las páginas de Indignez-vous! que han conseguido atrapar de tal forma a los lectores franceses? Para Harlem Désir, diputado europeo y número dos del Partido Socialista francés, fundador en su día de la ONG Sos Racisme, “es un libro de rebeldía, de indignación, que se inscribe plenamente en nuestra época. Se subleva contra la sumisión, contra la dictadura de los valores financieros. Y dice que el mayor peligro sería la resignación (…) Hessel es un hombre modesto y auténtico. Plantea las cuestiones sociales en términos morales, hace un llamamiento a la ética y a la responsabilidad personal (…) a los 93 años se dirige a los jóvenes predicando una rebelión humanista y optimista (…) Es una llamada a la reflexión, no un programa político; es un llamamiento a la sociedad a partir de unos valores, recordando que la mayoría de ellos ya estaban enunciados en el programa del Consejo Nacional de la Resistencia (el órgano que dirigió y coordinó los distintos movimientos de la Resistencia Francesa, la prensa, los sindicatos y los miembros de partidos políticos contrarios al gobierno de Vichy a partir de mediados de 1943, al que perteneció Hessel, ndlr). En él aparecen los valores de justicia social, de prevalencia del interés general sobre los intereses particulares, de basar la vida colectiva en los valores republicanos (valores que, hasta el día de hoy, representan el mayor de los orgullos para todos y cada uno de los ciudadanos franceses, ndlr)… (…) Quiere construir una sociedad de la que podamos sentirnos orgullosos, pero no presenta la más mínima ambigüedad: no es un programa político”. “Predica un cierto radicalismo, pero construido en torno a un proyecto común. No expresa una utopía revolucionaria, que no podría cumplirse. Stéphane Hessel ofrece encontrar una esperanza… por eso este librito ha encontrado tanto eco”.

Un eco que se ha traducido en impresionantes cifras de ventas,y un número record de ediciones desde el pasado 20 de octubre, cuando se publicó la primera de 8.000 ejemplares: el 27 de diciembre se puso a la venta la décima. Para la editorial Indigène “es un sueño hecho realidad”, aunque para el editor, Jean-Pierre Barou, antiguo militante de la Izquierda Proletaria, “no se trata de dinero sino de ideas”. Y de un hombre, Hessel, miembro de la resistencia y antiguo embajador que “tiene ideas porque las ha practicado”.

Stéphane Hessel ha renunciado a sus derechos de autor, al menos en principio. Cuando las ventas rebasaron los 300.000 ejemplares sugirió a los editores que dieran su parte al Tribunal Russell, al que apadrina desde sus orígenes. De los 3 euros que se pagan por la compra de Indignez-vous!, el 55% se lo lleva el distribuidor, que a su vez paga a los libreros; el 45% restante se reparte entre el editor, el IVA, los gastos de devoluciones y los gastos de producción.

“¿Demasiada indignación puede matar la indignación?” se pregunta hoy en un artículo el diario digital Rue 89. Para este periódico declaradamente de izquierdas, al inesperado éxito de 2010 están empezando a surgirle “las primeras críticas en 2011. Sobre todo de algunos lectores de lo que Anne Fulda llama en su crónica de Le Figaro “una especie de nuevo Pequeño Libro Rojo”. Críticas a las conocidas posturas pro palestinas del autor y a las simpatías socialdemócratas manifestadas en una entrevista en el mismo Rue 89: “Elogia los méritos de Martine Aubry, Pierre Mendes-France, Edgar Morin e incluso Dominique Strauss-Khan (actual presidente del FMI) y guarda distancias con la extrema izquierda”.

El pasado 31 de diciembre, el diario Le Monde pidió a distintas personas que explicaran los motivos que tenían para indignarse. El neuropsiquiatra Boris Cyrulnik se decía “indignado de que (Hessel) nos pida que nos indignemos, porque la indignación es el primer paso del compromiso ciego. Hay que pedirnos que razonemos y no que nos indignemos”. EL 5 de enero, Luc Ferry, filósofo y ex ministro de la derecha, se dirigía directamente, esta vez desde las páginas de Le Figaro, al autor del libro: “Querido Stéphane Hessel, en un libelo que ha conseguido un éxito colosal, nos invita a la indignación. ¿Está seguro de no haberse equivocado de dirección? La verdadera moral, decía Pascal, se burla de la moral”

En un perfil de Stéphane Hessel escrito por Eric Aeschimann, donde se le define como “la esencia de la historia”, se dice que nació en una familia judía en Berlín, en 1917, y llegó a Francia en 1925. Su madre, pintora, fue el modelo del personaje de Catherine (Jeanne Moreau) en la película de Truffaut Jules et Jim. Su padre tradujo a Proust al alemán junto con su amigo el filósofo Walter Benjamin.

Naturalizado en 1937 fue llamado a filas al comenzar la guerra; hecho prisionero, se evadió y se unió al general De Gaulle en Londres. Enviado a Francia en 1944 fue detenido y deportado a Buchenwald, donde falsificó su identidad. Volvió a evadirse, le detuvieron, saltó de un tren en marcha y se unió a las tropas norteamericanas. Tras la liberación, entró a trabajar en la Secretaría General de la ONU y fue uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El gobierno de Mitterrand le elevó a la dignidad de “Embajador de Francia” y desde su jubilación se dedica a militar en favor de los “sin papeles” y los palestinos. Es Oficial de la Legión de Honor (una de las más altas condecoraciones que concede el Estado francés) desde 2006. Apoyó a Michel Rocard en las elecciones de 1985 y el año pasado figuró en un lugar testimonial en las listas de Europe Ecologie (el partido que lidera Daniel Cohn-Bendit). Desde hace varias décadas milita en el Partido Socialista.

TEXT EN FRANCÈS: Indignez-vous

Una revolución árabe democrática

JAVIER VALENZUELA

Notícia publicada al diari ELPAIS.com  –  Internacional – 14-01-2011

El derrocamiento del autócrata tunecino Ben Ali es el primer triunfo de una revuelta popular laica y democrática en un país árabe. Es difícil imaginar que los jóvenes que han dado su sangre en ella, y los periodistas, abogados y artistas demócratas que les han apoyado, vayan a contentarse con la salida de Ben Ali, ni tan siquiera con el alejamiento del poder de su corrupto clan familiar. Van a seguir exigiendo, aún con más fuerza, libertad, trabajo y dignidad. Así que solo hay una salida para Túnez: la democracia. Sin ella, no habrá estabilidad en ese país. Ojalá que el Ejército tunecino lo entienda y garantice, como hizo el portugués con la Revolución de los claveles, una transición pacífica hacia un Estado de derecho. En cuanto a los gobiernos y opiniones públicas de Europa deberían ir tomando nota: la seguridad en el Magreb no la garantizan los déspotas, sólo podrán hacerlo las democracias.

En los últimos días se veía que el régimen tunecino, el favorito del Fondo Monetario Internacional y de tantos gobiernos europeos, empezando por los de París, Roma y Madrid, se desmoronaba. Se podía intuir que la valerosa presión de la calle iba acompañada por presiones desde dentro del poder, empezando por las Fuerzas Armadas. La rapidez del desenlace, hoy, del primer acto de esta hermosa y sangrienta historia tunecina hubiera sido imposible sin estas últimas presiones. Deben haber sido los militares los que le hayan dicho a Ben Ali que tome un avión de inmediato después de ver que esta misma mañana del viernes 14 de enero miles de jóvenes tunecinos exigían en manifestaciones callejeras el final de su carrera política y se declaraban dispuestos a dar su sangre para obtenerlo.

La juventud y los demócratas tunecinos lo han conseguido. Sin apoyos de los gobiernos de EE UU y la UE, más bien proclives a sostener las dictaduras árabes siempre y cuando repriman a los islamistas, controlen la inmigración y garanticen gas y petróleo, los chavales y chavalas de Túnez, apoyados por demócratas veteranos, han empujado día tras día hasta lo de hoy. Han pagado en el camino un elevado precio de sangre. Y han dado toda una lección a un Occidente empeñado en mirar al sur con gafas estereotipadas, gafas que sólo ven islamistas y yihadistas.

¿Quién decía que toda la juventud del Magreb era barbuda y/o velada? ¿Por qué se tildaba de locos a los que afirmaban que la mayoría de ella ansía las mismas cosas que la de todas partes: respirar, expresarse, organizarse libremente, tener un empleo, no ser tratados como bestias por las autoridades, no tener que pagar “mordidas” para conseguir tal o cual cosa? ¿Qué queda del argumento que afirma que hay que sostener a las autocracias cleptócratas para que nos protejan de los islamistas? ¿Qué dicen los que pontificaban sobre la imposibilidad de movimientos democráticos en países musulmanes.

La revuelta tunecina puede tener una profunda repercusión en todo el norte de África. Los jóvenes de las ciudades y los demócratas y reformistas han comprobado hoy que se puede ganar a una autocracia, aunque esté apoyada hipócritamente por Europa. Los gobernantes de Argelia y Egipto deben empezar a poner sus barbas a remojar.

L’home, animal polític

El Punt: 13/01/11 02:00 – Dani Chicano

Josep Ramoneda

Josep Ramoneda

“L’abandó de la condició política, la renúncia a la relació política de l’individu, que és la renúncia a si mateix”. Aquesta va ser una de les tres accepcions que el filòsof, escriptor i director del CCCB, Josep Ramoneda, va voler donar al mot indiferència, en la conferència que va pronunciar ahir a la sala de graus de la Facultat de Lletres de la UdG, que o està desproveïda de calefacció, o la crueltat dels responsables de manteniment és infinita. Les altres dues accepcions, que també figuren en el seu darrer llibre, l’assaig Contra la indiferencia (Galaxia Gutenberg), són la desjerarquització, és a dir, tot és igual, hi ha veritables dificultats per determinar el valor de cada cosa –una característica molt pròpia d’internet–, un estat de les coses a què ha contribuït decisivament la tendència banalitzadora de la televisió, i el desinterès per l’altre, la renúncia a reconèixer l’altre i negar-li el dret a què et reconegui. Totes aquestes reflexions les va fer Ramoneda al fil de la intervenció del filòleg Josep Maria Nadal, abans de centrar l’atenció en els mitjans de comunicació. De fet, la conferència es titulava Els mitjans de comunicació i la cultura de la indiferència, vinculant els dos conceptes. L’acte es va celebrar amb motiu de la vinculació del grau de comunicació cultural de la UdG i el màster de comunicació i estudis culturals, que dirigeix Àngel Quintana. Una unió, la de lletres i comunicació, que va plaure a Josep Ramoneda.

“Els mitjans estan immersos en una crisi profunda –va asseverar–, regna una sensació de desconcert, no saben què han de fer ni cap a on anar. S’ha obert el camí d’internet, però no saben com emmotllar-s’hi i no hi troben la manera de fer negoci”, en una època en què, segons Ramoneda, s’imposa una hegemonia ideològica neoconservadora iniciada als anys vuitanta per Reagan i Thatcher, que va patir amb la guerra de l’Iraq, però que remunta amb la crisi, una crisi de la qual probablement ells mateixos són la causa i en la qual ells mateixos marquen el camí de la sortida. El paper dels mitjans en l’establiment d’aquesta hegemonia és el de “contribuir a instal·lar els tòpics del procés, a exercir el control del llenguatge i, per tant, de la societat”. El procés de banalització de la realitat a què va fer referència Ramoneda el va il·lustrar molt gràficament: “Abans de Nadal hi havia una cadena, CNN+, que emetia notícies les 24 hores. Doncs bé, ara ha estat substituïda per una altra cadena que emet Gran Hermano les 24 hores. Això és una metàfora precisa de l’evolució dels mitjans”. El control del llenguatge és poder, i en l’actual context de crisi econòmica això queda clar: “La lluita per aquest poder –diu Ramoneda– es guanya des d’un sol punt de vista, que és el que imposa la importància de l’economia per sobre de tot, un discurs ideològicament hegemònic en les escoles d’economia. Hi ha interès a presentar la crisi com un resultat natural, fatalista, en què no hi ha responsables, és més, en què tots som responsables; s’ha imposat la irresponsabilització. Espanya no té un deute públic exagerat, però en canvi sí que té un deute privat –bancs, caixes, etc.– enorme, però no es diferencia, es parla de deute sobirà i així ho hem de pagar entre tots, produint-se una socialització de les pèrdues. I els mitjans fan seguidisme i ningú ha respost o ha posat objeccions a les obligacions que se’ns imposen.” De fet, el filòsof va confessar que una de les seves grans preocupacions, que ha viscut personalment, és “la pèrdua d’autoestima i el respecte per un mateix per part del periodista. Abans hi havia un cert orgull d’explicar les coses tal com les veu, i punt. Ara els nivells de burocratització i tecnificació de la professió són enormes”. Ramoneda va establir dues grans ruptures en el món dels mitjans: la primera va ser la privatització de les televisions públiques, i la segona, l’aparició d’internet. Si bé abans la informació era poder, actualment, en què hi ha un excés d’informació, és la capacitat de seleccionar-la la que ho és, de manera que aquest resideix en els cercadors, que estan sotmesos a interessos econòmics.

1984

1984 GRAN HERMANO george orwell

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Mil nou-cents vuitanta-quatre (més coneguda com 1984) (en anglès Nineteen Eighty-Four) és el títol d’una novel·la de política ficció distòpica escrita per George Orwell el 1948 i editada el 1949. A la novel·la l’estat omnipresent obliga a complir les lleis i normes als membres del partit totalitari mitjançant l’adoctrinament, la propaganda, la por i el càstig despietat. La novel·la va introduir els conceptes del sempre present i vigilant Gran Germà, de la notòria habitació 101, de la ubiqua policia del pensament i de la neollengua, adaptació de l’anglès en la qual es redueix i es transforma el lèxic -el que no està a la llengua, no pot ser pensat.

Molts comentaristes detecten paral·lelismes entre la societat actual i el món de 1984, suggerint que estem començant a viure en el que s’ha conegut com a societat Orweliana. El terme Orwelià s’ha convertit en sinònim de les societats o organitzacions que reprodueixen actituds totalitàries i repressores com les representades a la novel·la. La novel·la va ser un èxit en termes de vendes i s’ha convertit en un dels més influents llibres del segle XX.

Miedo a ‘Mein kampf’

MANUEL RODRÍGUEZ RIVERO

EL PAÍS  –  Cultura – 17-11-2010

El 30 de abril de 2015, 70 años después del suicidio del autor al que hizo millonario, Mein Kampf pasará a dominio público y cualquiera podrá publicarlo libremente.

No es que se haya editado poco: según algunos cálculos, de la más importante obra “teórica” y autobiográfica de Adolfo Hitler se habrían vendido más de 50 millones de copias, 10 de ellos en Alemania. Incluso en algunos países se ha convertido recientemente en best seller: ahí tienen, por ejemplo, la edición publicada en Turquía en 2005, que logró vender en solo dos meses más de 100.000 ejemplares.

La historia editorial de Mi lucha es compleja. Desde 1945, el land de Baviera es el propietario legal del copyright para todo el mundo. Con alguna notable excepción: Hitler vendió los derechos de traducción en lengua inglesa e, incluso, en 1939, litigó (y ganó el juicio) contra un editor norteamericano que había infringido el copyright. Pero Mein Kampf sigue prohibida en Alemania, donde solo se autoriza la reventa de ejemplares anteriores a 1945. La tarea de los actuales derechohabientes consiste principalmente en impedir la difusión de la obra y poner trabas a las traducciones, controlando férreamente su difusión en el extranjero. Redactado parcialmente durante la estancia de Hitler en la prisión de Landberg, donde cumplía una cómoda condena tras el Putsch de la cervecería (1923), Mein Kampf fue publicado entre 1925 y 1926. El éxito de masas le llegó en 1933, cuando la popularidad de Hitler disparó las ventas hasta 1,5 millones de ejemplares, convirtiendo a su autor en un hombre rico, lo que aprovechó para renunciar (con publicidad) a su sueldo de canciller. A partir de ese momento, el libro fue tratado como una especie de biblia y fetiche del nacionalsocialismo: se regalaba a las parejas que contraían matrimonio y en otras ceremonias familiares y sociales, llegando a ser rápidamente un objeto habitual en la mayoría de hogares alemanes. Durante mucho tiempo, este libro repugnante y de lectura tediosa, que incita al odio racial y a la agresión expansionista, y cuyo único interés reside en permitir cierta aproximación a la idea que tenía de sí mismo y al ideario político del mayor genocida de la historia, se ha beneficiado del morbo suscitado por prohibiciones y censuras. Situado en medio del debate entre intencionalistas y funcionalistas, en los últimos años se han multiplicado los llamamientos a derogar, en nombre de la libertad de expresión, una prohibición basada en el temor de que sus contenidos pudieran subvertir el orden democrático, reavivando los virus de la intolerancia, la exclusión y el fanatismo. Para algunos críticos, el tabú sobre la publicación del libro tendría que ver con que los prohibicionistas le atribuyen inconscientemente poderes taumatúrgicos. Como si Hitler estuviera todavía de algún modo en Mein Kampf y pudiera ser conjurado.
El debate se agudiza ante la próxima caducidad del copyright. La comunidad judía de Alemania también se encuentra dividida respecto a si es conveniente o no levantar la prohibición, aunque en Israel pueda adquirirse la traducción hebrea del libro. El Instituto de Historia Contemporánea de Múnich anuncia una “edición crítica” y, en cierto modo, canónica, para contrarrestar -dicen- los efectos de las ediciones populares que se publicarán en todo el mundo. Pero aún no está claro que vaya a levantarse el veto en Alemania, lo que resulta contradictorio. Especialmente porque se sigue rodeando a Mein Kampf, que en condiciones normales interesaría a muy pocos, del aura magnética de lo prohibido. En el fondo, la censura de este libro insostenible y tedioso se basa en la desconfianza hacia la gente y, lo que es más grave, en la creencia supersticiosa en sus poderes disuasorios para las actuales generaciones de alemanes. La libertad de expresión, una conquista de la democracia, no se lleva bien con el miedo a la ciudadanía.

Especial eleccions parlament de Catalunya

Aquestes són algunes pàgines web on podeu trobar informació diversa sobre les eleccions al parlament de Catalunya 2010.