Entrevista: Fernando Lillo

Respecte el nostre tema de treball hem sol·licitat l’ajuda de l’entès en cinema i món clàssic, el professor de Vigo el doctor Fernando Lillo Redonet, perquè ens pugui ajudar a recopilar més informació.

Fernando Lillo Rodonet és Doctor de Filologia Clàssica, professor de llatí en IES San Tomé de Freixeiro en Vigo i és autor de nombrosos llibres i articles sobre el Món Antic.foto Fernando Lillo

Com a escriptor, és l’autor de novel·les com “Teucro, el arquero de Troya” (2004), “Medulio. El Norte contra Roma” (2005), “Séneca. El camino del sabio” (2006) i altres.

Bon dia Sr. Lillo. Abans de res, moltes gràcies per contribuir amb els seus coneixements al nostre projecte, esperem que no el  molestem fent aquestes preguntes.

●     ¿Cuándo se empezó a interesar por el cine?

El cine me ha gustado desde siempre. En los años 90 empecé a conjugar este gusto con otra de mis pasiones: enseñar el Mundo Clásico. Como consecuencia me especialicé en las llamadas “películas de romanos” estudiando qué imagen proyectaban de la Antigüedad y elaborando trabajos didácticos y científicos sobre esta relación.

●     ¿Le gusta compartir el cine con sus hijos, familiares, amigos, alumnos…? ¿Y a ellos? ¿Qué finalidad didáctica le ve al cine?

Me encanta compartir el cine, en primer lugar con mi esposa y mis cuatro hijos. Disfrutamos mucho con las buenas películas. Los he aficionado a ver “cine de romanos” del bueno y también nos reímos con los disparates que aparecen en las películas italianas conocidas como peplum. A mis alumnos les pongo películas de romanos y griegos en las materias de Cultura Clásica, Latín y Griego y las vamos analizando y viendo las diferencias con las fuentes literarias e históricas. A veces tengo que luchar para convencerles de que la historia de Troya es algo distinta de la de la película del mismo nombre o de que los espartanos reales no eran exactamente como los que aparecen en la película 300. Generalmente les gusta que estudiemos Gladiator o leer fragmentos o adaptaciones de La Odisea y luego ver la teleserie La Odisea (A. Konchalovsly, 1997) y apreciar las diferencias. Creo que el cine es un excelente modo de acceder por la imagen al Mundo Clásico.

●     ¿Cree que desde los orígenes del cine empezó a aparecer cultura clásica en las películas?

        El Mundo Clásico está presente en el cine desde los mismos orígenes. Con las limitaciones de entonces enseguida se filmaron pequeñas cintas de contenido mitológico como las de G. Méliès tituladas Pygmalion et Galatée (1899), Neptune et Amphitrite (1899), Le tonneau des Danaïdes (1900), Les trois bacchantes (1900) y L’île de Calypso: Ulisse et Polyphème (1905). El Mundo homérico estuvo representado por cintas como Le retour d’Ulysse (A. Calmettes/ Ch. Le Bergy, 1908), La cadutta di Troia (G. Pastrone, 1911) o L’Odissea (G. de Liguoro, 1912). Roma también atrajo a los productores con tempranas versiones cinematográficas como Los últimos días de Pompeya (L. Maggi, 1908), Quo vadis? (E. Guazzoni, 1912), Fabiola (E. Guazzoni, 1917) o Ben-Hur (Fred Niblo, 1926). La mitología, el ciclo homérico y las adaptaciones de novelas históricas fueron a partir de entonces temas constantes en el cine de romanos aportando cada época sus propios remakes o adaptaciones.

● ¿Cree que la mitología es el tema favorito de las películas con referencia clásica?

La mitología es ciertamente uno de los temas preferidos por el cine de tema clásico desde los primeros tiempos hasta la actualidad y creo que lo seguirá siendo. No en vano este año hemos visto una versión de Hércules y próximamente aparecerá otra. Junto a la mitología el tema histórico es también importante en el mundo romano con películas en las que no pueden faltar emperadores malvados o luchas de gladiadores como en Gladiator o en la reciente Pompeya.

●     ¿En su opinión, son buenas las adaptaciones de la historia grecolatina? ¿Cuál es su favorita? ¿Cómo cree que se podrían mejorar estas adaptaciones?

En primer lugar hay que dejar claro que las películas de romanos están hechas para entretener y no para enseñar Cultura Clásica. No obstante, me gustan las cintas que, aún tomándose licencias, son coherentes consigo mismas y presentan una sólida dirección, producción, guión y actores. Mis preferencias, teniendo en cuenta también su utilidad pedagógica, son las siguientes. Del mundo griego me gusta el estilo de Troya (2004), aunque creo que el guión se ha desviado innecesariamente del ciclo homérico. Sobre las Termópilas prefiero El león de Esparta (1962), más “fiel” a los hechos, que los delirios de 300. Y sobre todo Alejandro Magno (2004), una de las mejores películas que se han realizado sobre el mundo griego, que ha sido incomprendida por muchos. Me gustan también las adaptaciones de tragedias griegas como Electra o Las troyanas de Cacoyannis. La teleserie La Odisea (1997) es de visión obligada. En el mundo romano me quedo con  Espartaco (S. Kubrick, 1960), Gladiator (2000) o La legión del águila (2011). Entre las series mis preferidas son Masada (1981), con soberbias interpretaciones y espectaculares escenarios reales, y Anno Domini (1985), muy cercana a los textos de Los hechos de los apóstoles, Tácito y Suetonio.

Las películas de romanos no deberían estar necesariamente reñidas con las fuentes literarias e históricas grecolatinas, puesto que muchas veces estas hubieran mejorado el resultado. Pero no debemos olvidar que los guionistas, directores o productores acuden más a otras películas que se hayan hecho sobre el tema que a las fuentes clásicas originales.

●     ¿Qué aspectos le gustan más del cine? ¿Por qué?

En el cine se combina la palabra, la imagen y la música creando sensaciones únicas que pueden llegar a “conmover” al espectador como lo hacían las tragedias griegas con su “catarsis”. En el cine desaparecen las limitaciones de tiempo y espacio y el espectador, ante una buena película, consigue meterse en la historia. Prefiero siempre ver cine en pantalla grande y sala oscura porque hay películas que pierden mucho en la televisión o en el ordenador. He podido ver en el cine Ben-Hur (1959), Espartaco (1960), Gladiator (2000), Troya (2004) o Alejandro Magno (2004) y es un espectáculo mucho mayor que verlos en la pequeña pantalla por mucha calidad digital que se posea.

●     ¿Por qué cree que se empezó a añadir cultura clásica en el cine?

La Cultura Clásica siempre ha sido sinónimo de prestigio y “cultura” con mayúsculas. Además, las fuentes en las que se basan muchas películas son novelas populares de gran éxito en su tiempo como Ben-Hur, Quo vadis? o Los últimos días de Pompeya, o también prestigiosas obras de Shakespeare como Julio César o Antonio y Cleopatra. Desde Gladiator ha habido un creciente interés por las películas de romanos, de modo que los productores las consideran un posible éxito de público. El ejemplo de 300 y su reciente segunda parte es ilustrativo. Sin embargo, en estos momentos pienso que se están haciendo películas en las que priman los efectos especiales sobre el guión y la solidez de los personajes. Me gustaría volver a ver alguna película de romanos con la calidad de Gladiator, Troya o Alejandro Magno.

●     ¿Qué película actual nos recomienda? ¿y de las más antiguas?

De las últimas me ha gustado La legión del águila (2011) con una historia sencilla, pero bien contada, donde los dos personajes principales son creíbles. De las antiguas creo que Espartaco (1960) es una que nadie debería perderse.

Muchas gracias por su amable atención y por ilustrarnos sobre este tema que tanto domina.

 

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà Els camps necessaris estan marcats amb *