XIII Congreso Internacional de la SEDLL

ALGO SE MUEVE

En mi último post, comentaba la sensación de impotencia que uno siente al observar a compañeras y compañeros muy entendidos en didáctica a los que cuesta que nuestras autoridades consulten para  documentarse antes de tomar decisiones importantes. Esta semana he podido asistir al XIII Congreso Internacional de la SEDLL y he sentido una sensación parecida.

Lo primero que me gustaría hacer es felicitar a la organización por su trabajo, por su acogida y por su dedicación hasta el último detalle para que todo saliera lo mejor posible. Meterse a organizar congesos es de esas quijotadas que la mayoría de conocidos solamente llevan a cabo una vez. Los obstáculos pueden ser tantos (autoridades, las propias universidades, algún compañero de departamento envidioso, la crisis económica, la fatalidad, el tan citado Murfi…) que el valor roza la temeridad. Con todo, año tras año, existen grupos de profesores que afrontan el reto y, en el seno de la SEDLL, con un gran acierto. No me puedo ni imaginar las horas que dedican antes, durante y después del evento a su consecución y aunque el reconocimiento de la comunidad de didactas lo compense, creo que la satisfacción del deber cumplido es aquéll0 que más les llena. Su tarea redunda en su propio bien y en el de todos los participantes que pueden presentar sus ideas, debatir, conocerse y establecer esos lazos humanos imprescindibles para cualquier progreso científico. Algunos creen que todo se puede resumir en puntos, índices y etiquetas individuales objetivas. Otros creemos que el mérito individual debe ser reconocido pero siempre dentro de la participación en un grupo más amplio, compartiendo lo bueno y lo malo para el bien común. Sin estos congresos, sin la colaboración, sin el frenético trabajo que se lleva a cabo en las pausas café, no avanzaríamos porque seríamos genios aislados, inútiles para el progreso de la didáctica.

Antes de entrar en valoraciones estrictamente académicas, me gustaría reconocer la tarea que año tras año realizan estudiantes de las universidades que nos acogen, siempre con una sonrisa en la cara y un afán de servicio encomiable. Son nuestra cantera y debemos cuidarla. En algún caso, hasta les he visto tomar apuntes de alguna intervención.

Y vamos ya al título: Algo se mueve. El nivel académico de las comunicaciones en este congreso me ha sorprendido muy gratamente, sobre todo, por la ausencia casi absoluta de personajes fuera de situación. En mis primeros viajes a estos congresos, solía sentirme un alienígena entre marcianos. Yo salía de mi instituto, viajaba hasta la sede del congreso, y oía gran cantidad de comunicantes que desconocían absolutamente la realidad de las aulas, a mi entender, eran filólogos fuera de lugar. Aportaciones geniales a la filología pero sin el mínimo atisbo de trasposición didáctica. Esto casi se ha erradicado. En este momento, los estudios didácticos miran al aula. De hecho, miran como en el aula no se acaban de implementar muchas de las innovaciones de calidad que en los últimos 20 años han llevado los mejores equipos de investigación de nuestro país. Nuestras propuestas didácticas están al día, se enmarcan en la lógica que guía la didáctica europea avanzada, analizamos casos cada vez más numerosos pero vemos como no hemos dejado huella en las aulas. Gracias a Dios, ya hemos entendido que esto no es culpa de los profesores, estos juegan (y juego) a pie de campo y no nos han acabado de comprar el producto: un experimento aquí, una innovación allá.., pero sin calar hondo… ¿Por qué?

Creo que siguiente movimiento de la DLL debe ser justamente evaluar su incidencia en las aulas. Responder a la pregunta. ¿Si hacemos las cosas bien, presentamos propuestas coherentes y fundamentadas, con una base experimental sólida…por qué no conseguimos cambios hegemónicos en temas tan cruciales como el proceso de escritura y reescritura, el uso de una gramática pedagógica orientada al uso, el fomento de la lectura inferencial e interpretativa, el uso lógico de la TIC, el enfoque intertextual de la literatura, la introducción de la lengua oral?

No basta con reconocer que no llegamos a incidir (a  mi no me basta), el reto que debe trasportar la didáctica a las aulas y catapultarla a un reconocimiento de la comunidad educativa pasa por revisar sus canales de comunicación. ¿Cómo llegar? He aquí el reto de los próximos congresos de la SEDLL y de los excelentes grupos de investigación de la entusiasta comunidad didáctica.

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Una resposta a XIII Congreso Internacional de la SEDLL

  1. Manuel diu:

    Gracias por tus palabras, Joan Marc. El placer de compartir con diversidad de profesionales del “aula” hace del esfuerzo una satisfacción. Los nuevos tiempos exigen nuevos aires entre los docentes y, ten por seguro que, con tal de que cada congresista haya deducido una idea para aplicar en su aula, estaremos contribuyendo a un cambio real de la educación lingüística y literaria de nuestros estudiantes.

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