La cabina
¿Será posible? ¡Esta cabina no se abre! ¿Qué diantre está pasando? ¿Alguien me puede sacar de aquí, por favor? ¡Dios mío de mi vida, no aguanto más, me está entrando un apretón del quince. ¿Qué es lo que verdaderamente esta ocurriendo? Oiga señor, ¿me puede ayudar? Es que se me ha cerrado la puerta y no puedo abrirla. ¡Más fuerte, más! Me he quedado solo… ¡Qué vergüenza, madre mía!
La patrona (final)
La patrona me estaba contando una cosa, cuando me di cuenta de que el té estaba envenenado y no me lo tomé porque no quería ser otra de sus víctimas. Entonces lo que hice fue lo siguiente: guardé el té en un recipiente que tenía guardado en el bolso y me lo llevé disimuladamente para que no me viera la patrona. Cuando me fui para casa lo llevé para que le hicieran unas pruebas y encontraron el veneno. Entonces fui a poner una denuncia y metieron a la patrona en la cárcel. Gracias a las pruebas de hice se descubrió la verdadera desaparición de los dos chicos.
Carta a Dulcinea
Hola, querida Dulcinea. Querría comentarte algo sobre don Quijote, ya que por lo que me ha comentado, no es que estés muy satisfecha de él. Don Quijote es muy buen hombre y aunque a veces está un poco loco, es porque está loco por ti.
sta mb!
olas
k esta wuapa la istiorika
aver si acemos una wuapa entre tos
y nos vamos pa madrid
es brome jejejej
k en verdad da muxo palo
weno k man gustao
a kuidarse