Reflexions

Hablando de la motivación y maneras de motivar 

* Después de haber leído el artículo – reflexión os agradecería que rellenárais un cuestionario  (sólo 4 preguntas)

 

Como profesor, desde mi experiencia, me intereso por las actividades y contenidos que a los alumnos les han gustado más al final del trimestre, o qué cosas de mí, como profesor, les gusta más o menos, siempre teniendo en cuenta, que han de ser críticas constructivas, etc. Todo esto, con la intención de poder mejorar mi acción didáctica y que los alumnos aprendan y mejoren, siempre insistiendo en dos puntos:

1. Siempre se puede mejorar si la persona quiere (es decir, ha de estar motivado) y para ello, les realizo las siguientes preguntas:

–   “¿Cuál es su hobby o deporte preferido?” (algo que les apasione)

–   Cuántas horas dedican a ese hobby o actividad?

2. Colaborando entre todos podemos llegar a cotas u objetivos más altos. Es decir, tanto el alumno como el profesor han de aprender juntos. El profesor también puede y debe aprender de sus alumnos, ya que cada grupo es único y tiene sus peculiaridades. Y eso, debe servir para motivarlo cada año.

 

Todo esto lo llevo a cabo cada trimestre o final de curso con la herramienta de la nube  (formulario de google drive), que ésta, junto con otras herramientas, me hacen la vida personal y laboral más fácil.

 

Hay muchas variables que pueden afectar a la motivación como por ejemplo que no te lleves bien con el profesor, que no te guste la materia, que no hayas dormido bien, que te duela la cabeza, etc y viceversa. La motivación es muy importante en cualquier persona, pero aún más en un alumno, sobre todo, teniendo en cuenta que está 8 horas sentado en la silla durante el horario lectivo. Por eso, la motivación es extremadamente importante para que la tomemos a la ligera. Sabemos que hay una motivación intrínseca, la cual depende de nosotros mismos (querer mejorar, ser mejores, saber más… hará que tu autoconcepto y autoestima mejore, tendrás una mayor satisfacción por aprender y mejorar, mayor diversión y placer) y la extrínseca, la cual no depende de nosotros (dinero, extras que te puedan dar los familiares como si apruebas te compraré una moto o un ipad..) y ésta es la que no debemos hacer que caigan nuestros alumnos o hijos.

Como he comentado anteriormente, la motivación se puede clasificar en Extrínsecas e Intrínsecas. Respecto a los tipos de motivación, ésta puede diferenciarse en:

  • Motivación intrínseca: el deseo que impulsa la conducta es interno. La ilusión, el interés, etcétera son ejemplos de estímulos internos que dan lugar a la conducta intrínseca que hace al individuo disfrutar “sin más” de lo que hace. La persona fija su interés por el trabajo, actividad demostrando siempre superación y consecución de sus fines y metas. Como por ejemplo algo que os guste realmente os divierte, satisface, os da placer y aprendéis y mejoráis porque además le ponéis muchas horas. Puede verse afectada en algún momento esta motivación por la falta de sueño, dolor, hambre, etc.

 

  • Motivación extrínseca: es el deseo que impulsa la conducta para obtener una recompensa externa o evitar un castigo. El dinero, los regalos, un trabajo estable, promoción de un ascenso, reconocimiento o evitar una regañina son algunos ejemplos de estímulos externos que dan lugar a la conducta intrínseca. Como por ejemplo, estudiáis aunque no os guste porque vuestros padres si aprobáis os comprarán la WII o una bicicleta (regalos o dinero) o también porque me voy a portar bien, ya que sino me castigarán y no me dejarán salir el fin de semana.

 

Este último año, he estado en contacto con profesionales del mundo de la EF (profesores o maestros) de otros países, los cuales reflexionan continuamente sobre lo realizado en clase, sobre cómo aprenden los alumnos, cómo hacerles llegar más rápido esos aprendizajes. Esto me ha hecho reflexionar también en parte sobre el alumnado y su motivación.

 

La motivación es importante pero tan importante es como la forma de motivar, ya que no todos necesitamos  lo mismo. Yo en mis tiempos de deportista (adolescente) que entrenaba unas 9 horas a la semana requería de algo que a lo mejor mis entrenadores no me supieron dar, y que era motivarme de forma adecuada y diferente a la de mi compañero. A mí no me gustaba que me gritaran en medio de la pista y me pusieran en evidencia, tampoco que me compararán con una niña utilizando un vocabulario sexista “es que pareces una nena golpeando así”. Yo necesitaba otra forma que no tuve y que de haberla tenido ahora estaría en otro sitio o con otro trabajo.

Por lo que YO me pregunto, si cada vez hay más especialización en los entrenamientos o educación,  también debería haber o deberíamos saber cómo motivar a nuestros alumnos. Es decir, sólo tendríamos que preguntarles cómo les gusta que les motiven para hacer ciertas tareas, ya que no es lo mismo hacer fútbol que matemáticas o voleibol que natación. Así podremos conseguir, gracias a los comentarios de nuestros alumnos sobre cómo les gusta que les motiven, tener mejores y más rápidos resultados y aprendizajes.

 

A ciertas personas les gusta que sus superiores les griten, ya que así se “ponen las pilas”, en cambio a otros les gusta que les traten con delicadeza, con mano derecha y que les sepan guiar viendo sus puntos débiles y hacerles mejorar, sacando lo mejor de ellos mismos.

Tenemos un claro ejemplo en el mundo del fútbol. Por un lado, teníamos a los jugadores del Real Madrid dos temporadas atrás con José Mourinho como entrenador y cómo intentaba sacar el máximo de sus jugadores. Un entrenador con mucha personalidad que todos tenían que ir en su mismo barco. Habría alguno de sus jugadores que no le gustaba cómo les motivaba pero hizo muy buena temporada. Por otro lado estaba Pep Guardiola, con una filosofía totalmente diferente a la de Mourinho. Mucho más tranquilo, más reflexivo y con otros métodos sacaba el máximo de sus jugadores. Y por eso, hay veces que el binomio jugador-entrenador ó entrenador-jugador no funciona. Este fue el caso del jugador sueco Ibrahimovich.

 

Posibles preguntas de un cuestionario que el profesor podría realizar a sus alumnos para saber cómo les gusta que les motiven:

1. Me gusta que estén controlándo en todo momento cómo lo hago ya que ésto me estimula

2. Me gusta que estén presionándome, ya que así no bajo el ritmo ni la intensidad (“Venga! venga!!!! vamossss, biennn!”).

3. Me gusta que me griten y me hagan comparaciones teniendo un vocabulario sexista? (”pareces un blandengue o pareces una nenaza”)

4. Me gusta que me critiquen de forma constructiva diciéndome lo que hago mal

5. Me gusta que reflexionen conmigo sin estar nadie delante y me digan que he hecho mal y en qué debo mejorar

6. Me gusta que reflexionen conmigo sin estar nadie delante y me pongan ultimatums, ya que me hace reaccionar

7. Me gusta que me presionen y me pongan en ridículo delante de los compañeros, ya que así me doy cuenta que lo estoy haciendo mal y así me “pongo las pilas” a partir de ese momento

8. Me gusta que me presionen delante de los compañeros, ya que así me doy cuenta que lo estoy haciendo mal y así me “pongo las pilas” a partir de ese momento

9. Me gusta que me digan solamente las cosas que hago bien, pero no las que hago mal, ya que si no me vengo abajo, ya que tengo la autoestima baja.

 

Eduard Sabaté

Professor d’EF

@EF_edu

 

 

* Se ha hecho en castellano el artículo, ya que el blog lo leen personas de fuera de Catalunya.

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