John Updike, “Conejo en el recuerdo y otras historias”

Uno de los incombustibles del verano

John Updike, “Conejo en el recuerdo y otras historias”, Tusquets Editores, Barcelona, 2003, 346 páginas, 18 €.

 

 

Conejo ha vuelto a las librerías, si es que algún día las abandonó. El principal personaje surgido de la pluma de John Updike (Pensilvania, 1932), novelista y autor de cuentos -recopilados en “Museos y mujeres” (1973)-, que en sus obras ofrece una imagen hiperbólica y deformada de la sociedad americana, que adereza con un humor ágil y corrosivo. Autor de “Corre, conejo” (1960), “Cásate conmigo” (1971) o “El golpe” (1979), el año pasado publicó “Brasil”,una trágica historia de amor entre una joven blanca y rica pero independiente y rebelde, y un joven negro, pobre y chulo pero guapo y noble. Una novela que encontró el rechazo de los editores brasileños, quienes la consideraron una ofensa.

Updike lanza en estas memorables historias una mirada retrospectiva a la vida norteamericana en los años cincuenta y sesenta, una época marcada por la sexualidad tumultuosa, la efervescencia literaria y artística, y la mezcla de hedonismo y angustia ante el vacío vital. Narra el reencuentro casual y fugaz de dos antiguos amantes casi veinte años después del final de su romance, ironiza sobre los rígidos códigos que entonces regían el adulterio, retrata a unos padres excéntricos y generosos; y, por último, nos devuelve al mundo de Harry Conejo Angstrom con la inesperada aparición de Annabelle, una mujer que dice ser su hija.

John Updike es uno de esos dinosaurios de la narrativa anglosajona que piensa que un escritor debe ser molesto y debe decir cosas que preocupen a la gente. Sus libros son aquellos que leemos antes de acostarnos y nos hacen pensar.

J. A. Aguado

 

Jesús Ferrero, “Las noches rojas”

Confesiones de un poeta cosmopolita

 

Jesús Ferrero, “Las noches rojas”, Editorial Siruela, Madrid, 2004, 88 páginas, 13 €.

 

La noche es el espacio elegido por el novelista y poeta Jesús Ferrero (Zamora, 1953) en el que recitarnos de tú a tú, con la complicidad de la oscuridad. El autor de novelas imprescindibles en la narrativa de los ochenta y de los noventa es un personaje de novela negra, que con su sombrero y gabardina nos recuerda aquellos héroes épicos del cine negro de los años cuarenta y cincuenta. No sólo comparte la estética con los héroes del cine en blanco y negro sino que además utiliza su mejor arma: la ironía. Pareciera que la vida representada en estos versos ejerciera sobre el sujeto poético un gran poder de seducción y a menudo se sorprende atónito contemplando el teatro del mundo.

En un marco vampiresco el sujeto poético inicia un viaje espiritual que le lleva desde Berlín a China pasando por Barcelona en su afán de transmitir al lector lo que hay más allá de las emociones. La forja de un poeta que busca su voz interior, el aprendizaje de la vida, el combate con las ciudades, la búsqueda de un territorio personal íntimo. Temas que están urdidos con unos elementos que dan ritmo interno al poemario: el dolor, la violencia, la muerte y los sueños.

No es la primera vez que Jesús Ferrero se adentra por los caminos del verso; ya había publicado dos poemarios en los años ochenta, con lo que de hecho en sus novelas hay un sustrato poético que envuelve siempre la narración. Jesús Ferrero nos hace sentir todo el peso de la existencia y toda la responsabilidad de la imaginación humana, adentrándonos en claridades cada vez más hondas. En este poemario, el sujeto poético habla con la conciencia puesta en los labios para crear una complicidad con el lector a modo de telaraña, un tejido construido con los hilos de la sensibilidad de un maestro de la palabra: “Hay un silencio expectante,/ hay una sonrisa en el aire/ que incita a vivir/ y que se siente en la piel/ como un leve estremecimiento./ Los tranvías circulan muy despacio,/ las miradas se cruzan silenciosas./ La hora más roja es también la más suave/ y el aire sabe a cerveza y carmín”.

Jesús Ferrero cursó estudios de bachillerato en Zumárraga y Pamplona y universitarios en París, en cuya Escuela de Altos Estudios se graduó en Historia Antigua referida al mundo griego. En 1980 escribió la novela “Bélver Yin”, y en 1982 obtuvo, con Salvador Espriu, el premio Ciudad de Barcelona de narrativa. Después vino “Opium” y así hasta completar una carrera brillante en la narrativa de finales de siglo. Como a Jaime Gil de Biedma, la peripecia vital acompaña al poeta y sin duda los poemas están escritos con una reflexión mayor que la prosa. Así “Río Amarillo” su primer poemario fue comenzado en Montreal en 1976 y concluido en Barcelona diez años después. De su primer poemario siempre releo “Confesiones de una concubina”, uno puede permitirse el lujo de la relectura cuando la palabra del poeta nos incita a descubrir un lado oculto de la realidad.

Ferrero, se dirige a un tipo de lector que busca establecer una verdadera relación con el texto, un verdadero diálogo, lleno de silencios y jalonado por una implacable reflexión a la manera de los sabios antiguos. Los libros del creador de “El secreto de los dioses” construyen una propuesta literaria tan perversa como rigurosa, que recrea, con ironía e inusual fuerza de convicción las visiones de la tradición hermética, desde antiguo vinculadas a nuestro estupor ante el eterno misterio de la existencia. A la manera de los poetas orientales, Jesús Ferrero busca en la esencialidad de una lírica narrativa las fuentes del conocimiento espiritual.

“Las noches rojas” ha obtenido el último Premio Barcarola entregado por la revista del mismo nombre. El libro está escrito a la manera de una autobiografía, y la geografía existencial marca esta poesía de la experiencia que parte de una anécdota para construir diecinueve historias que atrapan al lector y dan sentido estructural al conjunto. El viaje a la deriva, el amor, el arrebato místico y el color rojo como revelación: formas de la trasgresión proyectándose hacia la memoria: “¿Estamos solos en una noche/ llena de galaxias que se devoran/ como el olvido/ y la memoria?”.

Si considerásemos el plano puramente mental como un espejo en el que se refleja nuestro mundo y viceversa, nos hallaríamos ante una operación especular en las antípodas del esperpento. Pues no se trata de ver el mundo desde un espejo altamente deformante, sino de verlo a través de un espejo tan complejo y tan preciso que, de pronto, las cosas más que aparecer deformadas se muestran a nosotros en toda su complejidad íntima, en toda su locura molecular, en toda su interioridad geométrica, matemática y también métrica. Perder, precipitarse, equivocarse mil veces. Encarnar sin proponérselo esa quebradiza autoridad que depara la experiencia de un viajero impenitente, tanto por el mundo exterior como por los mundos interiores. Esta preocupación por el equilibrio entre la vida interior y la exterior le viene al autor de “Débora Blenn” por la fascinación que siempre ha ejercido en su persona el exotismo oriental. La noche y el color rojo son dos fuentes de obsesiones para un personaje noctámbulo que se deja llevar por la Estrella Polar y busca su alma en hoteles, jardines y en los más extraños senderos de los sueños.

Quien busque la palabra por la palabra o el adjetivo que mate los versos de “Las noches rojas” no encontrará más que la tradición anglosajona de la poesía que cuenta, no que describe. Hay amores, intrigas, sucesos fantásticos, traiciones feroces castigos,… todo ello en versos excelentes.

J. A. Aguado

 

 

Jean-Luc Seigle, “Al envejecer, los hombres lloran”

Cuando todo se hunde a tu alrededor

Jean-Luc Seigle, “Al envejecer, los hombres lloran”, Seix Barral, Barcelona, 237 páginas, 18€.

Esta novela ocurre el 9 de julio de 1961, todo lo narrado se desarrolla en un día en el que un pueblo pequeño niega la idea del progreso. Choque entre la modernidad y la tradición. La modernidad entra de la mano de la televisión que muestra las imágenes de la guerra de Argelia, el escritor quiere explicar el muro de silencio de los soldados en la guerra, la enorme tristeza del ridículo y la vergüenza de la derrota. Un pueblo pequeño cambia sus costumbres cuando aparece el primer televisor. Será en casa de los Chassaing, que han sido avisados de que su hijo, destinado en Argelia, va a ser entrevistado en un reportaje televisivo sobre la Guerra de Argelia: “Giles era el único de los dos hijos Chassaing que había heredado la gran estatura de Albert, sus mismos ojos pardos, su misma cabellera espesa y negra, por eso nunca tuvo la impresión de haber salido de las entrañas de su madre, sino de las de su padre”.

Una guerra que se pelea en un diminuto pueblo galo de apenas setenta habitantes, en el interior de sus gentes, mientras pasean por sus calles los fantasmas de las dos guerras, la que ahora cumplimos 100 años, la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial que están dentro del imaginario francés: “Hablaban peor el francés que los negros del Senegal. Era el francés lo que les había unido a todos, lo que les había dado un espíritu combativo y los había convertido en patriotas. Antes, según él, no eran nada, menos que nada, sólo carne de cañón. Eso fue todo lo que tuvo que decir de aquella guerra mundial”.

Esta es la historia de una familia, del padre Albert, su protagonistas principal con los defectos y virtudes de su condición biológica de hombre, es un obrero de la Citroen, en torno a él se articula la historia, y como toda buena trama sistémica junto al padre la sombra del abuelo de la familia, ya fallecido, y uno de sus hijos en la guerra constituyen tres generaciones unidas por las balas de guerras distintas: el abuelo en la Primera Guerra Mundial, Albert en la Segunda Guerra Mundial y Henri-el hijo mayor de Albert- en la guerra de Argelia. A Albert le tocó en suerte servir en la Línea Maginot, llamada así en honor del Ministro de la Defensa francés André Maginot, la línea era una serie de fortificaciones permanentes construidas para proteger a Francia de Alemania y de Italia. Planeada en los años 20 y construida en los años 30, eran verdaderas ratoneras donde los franceses esperaban parar la invasión alemana, pero nada salió como ellos tenían previsto y fueron derrotados, así que el espíritu de este viejo soldado es el del perdedor: “Los grandes hombres no hacen la Historia, sino que, cómo decirlo…(Gilles sintió en su mano un leve temblor como si la búsqueda de una palabra exacta pudiera estremecer todo el edificio)…, la aspiran. Eso es, ellos aspiran la Historia”.

Junto al padre de familia tenemos a su mujer Suzanne, cuyo corazón se reparte por culpa de un matrimonio rutinario y los dos hijos Henri y Gilles. El escritor crea un personaje digno de un monólogo teatral Gilles, un feroz lector de Balzac, admirador de su padre y siempre puesto en el punto de mira de la escopeta de su madre y que pone un broche de oro al final de la historia. Como ocurre en las novelas de Balzac, en esta magnífica novela de Jean-Luc Seigle los problemas domésticos esconden otras tragedias humanas más grandes: el suicidio, la infelicidad, … en este mundo de perdedores la familia aparece como un gran flotador, un salvavidas al que cogerse como un clavo ardiendo: “Albert acababa de llegar cerca del río. Podría morir. Se preguntaba si, a fuerza de verlo trabajar en el jardín, cortar madera, prensar las uvas de la viña, dar de comer a los animales y matarlos, Gilles comprendería que su padre no había hecho durante toda su vida sólo lo que sabía hacer, que no se había contentado solamente con alimentar a la familia”.

Jean-Luc Seigle es un guionista de televisión y dramaturgo. Lo que tenemos entre las manos es la tercera novela de un hombre que es una verdadera máquina de la escritura, su compromiso con el teatro empezó en el año 1981 y desde entonces no ha parado. Con “Al envejecer, los hombres lloran” explica la historia de Europa desde otra perspectiva, no hay nada como leer la Historia viva de una época no muy lejana.

J. A. Aguado

 

 

 

 

 

 

Howard Jacobson

Humor anglès i intel·ligència europea

 

Howard Jacobson, “El cas únic de Sam Finkler”, Premi Booker 2010, Editorial Proa, Barcelona, ​​2011, 429 pàgines, 20 €.

 

 

L’escriptor britànic Howard Jacobson (Manchester, 1942) fent gala d’un humor anglès impecable va aconseguir el premi Man Booker a la millor obra de ficció en llengua anglesa, el guardó literari més prestigiós del Regne Unit, per la seva novel.la “The Finkler question”, que evoca en clau d’humor del que significa ser jueu a la Gran Bretanya actual: “La seva vida havia estat un contratemps rere l´altre. O sigui que hauria d´haver estat preparat per a aquest. Era un home que veia venir les coses. No premonicions obscures abans i després d’adormir-se, sinó perills reals i presents a plena llum del dia.

Jacobson havia estat finalista del premi Booker en dues ocasions anteriors, per “Kalooki nights” el 2006 i “Who ‘s sorry now?” El 2002, però a la tercera va la vençuda, com diuen qui la segueix l’aconsegueix. “The Finkler question” narra la història de Julian Treslove, un ex productor de ràdio de la cadena pública britànica BBC que es replanteja la seva identitat després de ser atacat de camí a casa. El jurat va descriure la novel.la com molt divertida, amb bon ritme i, molt important, sobre la qüestió del que és ser jueu: “Pel que fa aLS altres, eren lliures de viure el judaisme com volguessin. El grup ho era Tot Menys homogeni. Incloïa Jueus com en Finkler, que s’avergonyia absolutament de tot el que era jueu i que no concedia la més mínima importància al Yamim Noraim, i jueus que no sabien res de tot allò “.

Un tipus anomenat Julian Treslove, ja en la cinquantena, solter, que té dos fills amb dues dones diferents, amb els que amb prou feines ha conviscut i encara menys amb les seves mares, que ha estat productor de programes a la BBC britànica i ha anat descendint llocs en l’escalafó laboral a partir d’aquí, queda una nit a sopar amb un parell d’amics. Un d’ells, Libor, és un vell jueu txec, vidu d’una dona amb qui va estar casat tota la vida i a la qual enyora, l’altre, Sam Finkler, jueu anglès, de l’edat de Julian, també ha quedat vidu recentment. Quan Julian abandona la reunió i surt al carrer cap a casa és atracat i despullat per una dona. L’atracament el desconcerta pel fet que hagi estat una dona l’ atracadora i perquè sospita que l’ha colpejat per ser jueu, el que ell no és. El fet que hagi estat una dona no fa més que recordar obsessivament com de ridícula és la seva vida i l’ evident de la seva decadència laboral i personal: “Era una lliçó que semblava incapaç d’aprendre: que la companyia de dones absurdament sensuals sempre fa quedar l’home com un simple “.

Finkler és un triomfador, un personatge popular; Treslove és un ningú, i Líbor un home a qui tots dos respecten per la seva experiència. Treslove posseeix imaginació, és somiador, poca cosa i un autèntic perdedor. Finkler és massa alt per somiar i un triomfador. A poc a poc anirem sabent que els dos vidus, Libor i Finkler, cadascun a la seva manera, estan afectats per la pèrdua de les seves esposes i, en canvi, Treslove està afectat per la seva incapacitat per retenir les seves conquestes. Poc importa que Treslove hagi tingut una relació esporàdica amb Tyler, la difunta esposa de Finkler, ell admira i enveja a Finkler, perquè aquest és la seva referència negativa en la vida i també la imatge del que ell no ha aconseguit ser: “Tal com ho veia en Finkler, en Kugler era un mort en vida. I no, la seva putrefacció era infecciosa. Tan bon punt començava a parlar, en Finkler tenia ganes d’arrupir-se sempre hi ha coses per dir “.

Howard Jacobson és un humorista formidable. Ho és dins d’aquesta escola anglesa que s’ha fet gloriosa en la història de la literatura. Tota la primera part del llibre, en la qual s’ocupa de definir als tres personatges, les seves relacions, les seves actituds davant la vida, les seves manies i la seva amistat, és un exercici d’humor de la millor espècie, un humor, a més, que no resulta de somriure fàcil, sinó suaument demolidor. L’enginy de l’autor brilla en tot moment amb una resplendor uniforme i el lector segueix la història amb un somriure als llavis i una considerable satisfacció per la seva intel·ligència. Jacobson sempre es mostra mordaç, agut i humà, observador de les particulars fragilitats dels homes. I també és el consumat deconstructor de les mentides que ens diem a l’hora de mirar-nos a nosaltres mateixos. De tots els novel·listes contemporània ell aconsegueix un delicat equilibri entre el riure i la desesperació elevant-la a la categoria de literatura el vell ofici d’escriure.

J. A. Aguado

Isidro cabello

Isidro Cabell, de vita beata

 

Isidro Cabello Hernández, “Plor pel meu pare i altres poemes”, Mirall de Glaç, Terrassa.

 

Terrassa, 2012. Hivern fred. Isidro Cabello em lliura un llibre de poesia que ha editat Mirall de Glaç. La poesia és un gènere que sol alimentar-se de l’experiència humana dels seus creadors, com passa en aquest cas. L’eufòria de la vida. Entre les muses, l’aire, les preguntes i els laberints sobre l’existència i el llenguatge Isidro Cabello va trobant el seu lloc, la seva veu. Amb la motxilla carregada pels anys, aquest prestidigitador de la paraula ens apropa a les seves reflexions sobre la mort i la vida. Amb la seva paraula aconsegueix una fisura en les emocions i té moltes coses per explicar sobre aquest món des del coneixement i la raó.

Ha llegit amb voracitat i això es nota en els seus versos mesurats. Canta a l’amor i la pèrdua. Sublima el pas del temps i la filosofia com a forma de mirar el món. Busca una veu pròpia que ha ja ha trobat: “Passar de llarg / per totes les ciutats, / per tot campament / i pels mars / plens de sirenes / que pugnen per parar-me.”

Isidro Cabello agafa l’ atroç misteri de la vida real i el reinterpreta amb un fascinant repartiment d’emocions. Un riquíssim tapís d’intriga, joc de paraules i veritats a gran escala. Viu entre nosaltres llegint i meditant sobre la nostra existència quotidiana: “cau sobre la música de valsos / i recau amb punxó tot vestigi / de qui trepitgés ferma l’existència”.

L’estètica del poeta corre pels camins del realisme reflexiu, una poesia que reflexiona sobre la realitat de forma meditada i explora els camins del pensament. En aquests versos trobem el misteri mai resolt de la mort. Isidro Cabello troba en el llenguatge un fèrtil territori per a una poesia ambiciosa de la qual no podríem assenyalar influències, més enllà de les lectures de la Història de la Literatura que pesen en els seus dits com provocativa meditació sobre l’efecte de l’emocional sobre les paraules: “Així penso i no visc. / El meu pensar contraresto / amb amics i hobbies / que les meves tardes asserenen”.

De vegades el poeta s’inventa un nou simbolisme i això em fa pensar que hauria de seguir per la senda de l’obra més ambiciosa, seguint els passos de poetes com Agustí Bartra en la línia de “El gos geomètric”. Com Agustí Bartra Isidro Cabello domina el llenguatge. Coneix l’ofici de poeta, encara que a causa del caràcter d’antologia o la dispersió dels seus interessos a l’hora d’editar sembla que la seva veu agafi senders no sempre rectes oferint pluralitat de registres com passa en “La meva casa de Gatur” i el projecte que té en ment d’un gran poema escrit des del coneixement científic i el saber de la ciència, ens agrada aquest poeta que fa gala d’un eclecticisme: “Recordo el temps viscut / en els anys de la meva infància”.

Encara que llegeix més que escriu, jo voldria destacar aquest diàleg permanent amb la tradició que fa que els seus poemes, dia a dia, s’enriqueixin en aquesta recerca de l’excel·lència poètica, una obertura a noves formes de dir per satisfer una major necessitat de creació i d’invenció: “Seguir caminant / gaudint de la infinitat pelegrinatge. / No vull repetir / dues vegades dues accions semblants”. De vegades els seus poemes són com pinzellades d’un quadre i al fil d’una anècdota el·líptica i veloç, Isidro Cabello traça aquest retrat de la memòria, de la vida i del pensament que és aquest llibre editat per tota una institució en la poesia de Terrassa: Mirall de Glaç. Paraula de poeta.

J. A. Aguado

Giuseppe Tornatore

Giuseppe Tornatore, de la imatge a l’ escriptura

 

Giuseppe Tornatore, “La millor oferta”, llibres Anagrama, Barcelona, 2014, 88 pàgines, 13 €.

 

 

Giuseppe Tornatore (Sicília 1956) de nen era un gran aficionat a la fotografia, aquest escriptor i cineasta lector de Luigi Pirandello i Eduardo De Filippo, després d’una sòlida formació intel·lectual es va obrir al món amb la seva pel·lícula “Cinema Paradiso”, que va guanyar un Oscar i un Globus d’Or. Les seves històries són distribuïdes per tot el món.

Aquest escriptor sicilià ens proposa la pel·lícula en forma de novel·la i no al revés com sol ser tradicional. Primer la visualització i com a colofó l’escriptura. La frontera entre el guió cinematogràfic i la novel·la moderna és molt petita:”Deixant de banda les faules, el cas és que no se sabia res de la vida sentimental d´en Virgil Oldman, el subhastador famós per haver endevinat, sota la capa de les modeste pinzellades d´un quadre de seguna fila”.

La novel·la tracta de la peripècia sentimental d’un home pertanyent al món de l’art, els taxadors, els col·leccionistes de patrimoni pictòric. Un excèntric, un llop solitari de l’alta cultura, agent de subhastes molt cotitzat i conegut la vida segueix el seu curs al marge de qualsevol afair sentimental. La seva vida transcorre sense una mica de sal fins que coneix a una misteriosa jove que li encarrega taxar i vendre les obres d’art heretades dels seus pares. L’aparició d’aquesta jove, que pateix d’una estranya malaltia psicològica que la manté aïllada del món, transformarà per sempre la vida d’aquest misàntrop: “El món es fiava d´ell, però ell no es fiava del món. Quan el senyor Oldman amb un cop de martell fixava la millor oferta per un lot en venda, tothom, vencedors i vençuts, eren conscients que no podia haver-hi cap sentència millor”.

La pel·lícula ofereix la concreció en imatges d’un món que es tanca en l’escriptura, jo sempre he pensat que l’escriptura supera la imatge perquè ofereix la possibilitat de posar la cara que inventem o fantasagem davant del càsting tancat del cinema: “Al final, burxat per l´Odman, se li va escapsar que no sols ell, sinó ningú no l´havia vista mai. La noia tenia vint-i-set anys i patia una malaltia estranyíssima”.

Aquesta és una d’aquelles històries rigorosament lineal i híbrid de conte i de guió, que no és ni una cosa ni l’altra. La novel·la es llegeix de forma ràpida i no la pots deixar com una pel·lícula a la qual no pots deixar de veure a l’ordinador tot i que l’endemà has de matinar: “I li va explicar tot el que sabia del famós autòmat parlant de Vaucanson”.

La història a vegades ens fa seguir falses pistes en la trama principal per tal de crear en el lector les suficients dosis de suspens: “Una nit, mentre era a la cambra cuirassada, extasiat enmig la seva col.lecció de mirades femenines, potser preguntant-se a quina d´elles s´assemblava la cara de la Claire Ibbetson, va sonar el mòbil. Era ella. Ara no sabia si vendre o no el Géricault. En van parlar molta estona. I contemplar totes les seves dones escoltant la veu de la clienta desconeguda va ser per a en Virgil una emoció nova i inoblidable”.

“La millor oferta” és una novel·la intensa i breu on les contradiccions de la vida s’expressen en la història de dos éssers que oposats en un moment determinat convergeixen però com tot a la vida és fugaç, tot passa com un miratge i el que semblava una història d’amor emocionant i tendra es converteix en una altra cosa, la burla del destí moltes vegades truca a la nostra porta creant falsos miratges, possible convergències de l’atzar que un bon dia s’esfumen amb la mateixa intensitat que van arribar a la nostra vida. Allò que ens ha interessat d’aquesta història no és tant la trama sinó la construcció de personatges, un de masculí i un altre femení que com dues cares d’una mateixa moneda ens han atrapat des del primer minut de joc.

J. A. Aguado