El legado literario de Christa Wolf
Christa Wolf, “La ciudad de Los Ángeles o El abrigo del Fr. Freud”, Alianza Editorial, Madrid, 2012, 457 páginas, 20€.
El legado literario de Christa Wolf es un libro a caballo entre las memorias y la ficción literaria, un híbrido que se lee como la más apasionada de las historias, en este volumen sigue las huellas de los intelectuales alemanes que se vieron forzados a exiliarse en Estados Unidos ante la persecución nazi. El punto de partida del libro fueron una serie de anotaciones que Wolf hizo durante una visita a California a comienzos de los años 90 y en las que las observaciones sobre el exilio alemán se mezclaban con reflexiones autobiográficas. Aquella reflexión coincidió con una crisis existencial originada por la polémica acerca del papel que había desempeñado durante el régimen de la extinta República Democrática Alemana (RDA), razón por la que se marchó a Estados Unidos en busca de tranquilidad para trabajar. Los últimos años los pasó entre Berlín y Woserin.
Christa Wolf falleció en Berlín a los 82 años. Wolf nació en Landsberg, hoy Gorzów Wielkopolski (Polonia), en 1929. Su padre se llamaba Otto Ihlenfeld y regía una tienda de comestibles en la ciudad oriental. La familia abandonó todo en 1945 huyendo del Ejército Rojo soviético. Radicaron en la región báltica del Mecklemburgo, al norte de la RDA. La futura escritora se afilió cuatro años más tarde al Partido Socialista Unificado de Alemania (SED). La joven, que empezaría poco después sus estudios en Jena y en Leipzig, era una convencida simpatizante del proyecto de Estado marxista-leninista de la RDA. En 1951 se casó con el escritor Gerhard Wolf. Conoció a la escritora judía Anna Seghers, su gran modelo literario. Pese a su entusiasmo juvenil, Wolf criticaría más tarde a algunos miembros de aquella generación que “cambiaron una ideología por otra” y, tras haberse enfrentado a la maquinaria del terror nazi, no levantaron la voz contra el estalinismo.
Tras ganar Christa un premio literario, los Wolf se instalaron en Berlín oriental en 1962. Sus primeros libros son narraciones encomiásticas de la nueva sociedad comunista. “El cielo partido” (1963) cuenta una historia de amor en el umbral de la construcción del Muro de Berlín. El romance novelesco fracasa cuando él elige marchar a la Alemania capitalista, mientras que la heroína decide quedarse en la RDA. La propia Wolf vinculaba la consolidación de Estado y las instituciones socialistas con su propia biografía.
Mediada la década de los 60, el aparato del régimen la catalogaba como “disidente leal” dentro del sistema. La escritora mantenía posiciones críticas con la RDA.
En 1968 se publicó “Reflexiones sobre Christa T.”, cuando la escritora se veía sumida en una crisis personal. El estilo del libro rompe del todo con lo publicado hasta entonces. Contiene episodios oníricos y técnicas ajenas al realismo, como la corriente de conciencia. La escritora rompía definitivamente con los cánones formales del realismo socialista que promovía el régimen. Su ensayo “Leer y escribir”, que no pudo ser publicado hasta 1972, ilustraba en esa época las inquietudes de una nueva generación de literatos en la RDA. Tras la Unificación de las dos Alemanias, Wolf se retiró de la escena pública. Se había convertido en el blanco de multitud de críticas por su “oposición domesticada” dentro del régimen y por sus convicciones socialistas.
Más allá de los debates ideológicos los escritores nos legan sus obras y sin duda “La ciudad de Los Ángeles o El abrigo del Dr. Freud” es uno de esos libros que esconden una inteligencia sorprendente.Brecht, Eisler, Thomas Mann, los grandes nombres propios del exilio alemán en aquella “Weimar bajo palmeras” cuyas huellas Wolf rastrea en una California sacudida aún por las consecuencias del asesinato de Rodney King. El resultado es un libro de memorias que atrapa al lector con su intriga, su parte de legado histórico y su provocativa inteligencia desde las primeras líneas: “Caer del cielo ésa fue la frase que me pasó por la cabeza cuando aterricé en L.A.” Christa Wolf coge el atroz misterio de la vida real y lo reinterpreta desde la ficción, en un retrato esperpéntico de la realidad, que nos guata no tanto porque sea fiel a la realidad, sino por la particular reinterpretación de una verdad que es como los ojos de las moscas, con múltiples puntos de vista.
J. A. Aguado