Roberto Bolaño, “El gaucho insufrible”, Anagrama, Barcelona, 2003, 177 páginas, 13 €.

La obra póstuma de Roberto Bolaño

 

Roberto Bolaño, “El gaucho insufrible”, Anagrama, Barcelona, 2003, 177 páginas, 13 €.

 

 

Roberto Bolaño (1953-2003) dejó, antes de morir, a su editor Jorge Herralde una novela póstuma “2666” y un libro de cuentos que ahora ve la luz “El gaucho Insufrible”. Anagrama publicará más adelante en cinco volúmenes independientes la novela. Mientras sus lectores incondicionales podemos disfrutar de “El gaucho insufrible”. Roberto Bolaño sabía que su enfermedad hepática era grave, por eso escribía contra el tiempo. La suya en una prosa bien escrita, entretenida, va soltando aquí y allá pistas, adelantando acontecimientos, manteniendo la atención, sembrando la inquietud. El primer cuento de “El gaucho insufrible” se titula “Jim”, cuyo protagonista es un norteamericano triste que escribe poemas en medio del embrujo de México, el narrador y el poeta contemplan a un tragafuegos, mientras se establece entre ellos una relación extrañamente hermosa. El cuento que da título al conjunto nos narra la historia de un abogado que prefiere el bien común al enriquecimiento personal: “Su vida, pese a todo, era una vida feliz. Es difícil, decía, no ser feliz en Buenos Aires, que es la mezcla perfecta de París y Berlín”. Este abogado obligado por la crisis económica argentina y por las desgracias familiares decide buscar su paraíso perdido en la pampa, a saber: “los patrones se habían marchado a la ciudad (no supo decirles qué ciudad) y que los peones de la estancia, al verse privados de un jornal mensual, poco a poco fueron desertando”. Todo se le vuelve en contra tanto en la ciudad como en el campo, a veces la vida es como una vaca metida hasta el cuello en el lodazal de la existencia.

En “El policía de las ratas” Bolaño nos ofrece su moderna visión del género negro de la mano del policía Pepe el Tira. “Fue en una alcantarilla muerta donde dio comienzo mi investigación”. Recuérdese en este apartado que Roberto Bolaño es el autor de “Los detectives salvajes”, todo un clásico del género.

“El viaje de Álvaro Rousselot” es el texto más extraño y profético de los que se reúnen en este volumen, una maraña de envidias literarias. El libro se cierra con “Dos cuentos católicos” y dos conferencias: “La literatura + enfermedad = enfermedad” y “Los mitos de Chtulhu”. Frases cortas combinadas con números enigmáticos forman parte de uno de los prosistas más orales de los últimos tiempos. Conversaciones que no suenan a falsa literatura, sino que toman el pulso de la vida: “13. ¿Por qué asentir con una sonrisa? ¿Por qué pedir perdón con una sonrisa de imbécil? ¿Por qué mirar hacia otro lado sonriendo como un tarugo? 14. Por humildad. 15. Eso está muy bien, dijo el padre de Juanito. Cojonudo.”

Cinco cuentos y dos conferencias que nos acercan a unos de los magos de la narrativa, un residente en Cataluña que escapó de la red del terror para contar su versión sobre esta película en blanco y negro que es la vida. “El gaucho insufrible” nos acerca al escritor de pluma fácil y mirada particular, porque como todos los grandes Roberto Bolaño supo con sus novelas, sus poemas y sus textos literarios crear un mundo personal intransferible, que hace que leamos sus textos con el placer propio de estar ante uno de los grandes de la narrativa. La literatura, al contrario que la muerte, vive en la intemperie, en la desprotección, lejos de los gobiernos y de las leyes, salvo de su propia ley que sólo los mejores entre los mejores son capaces de romper. Y entonces ya no existe la literatura, sino el ejemplo.

J. A. Aguado

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