Ocio digital
Nicolás Boullosa Guerrero, “Ocio digital”, Anaya Multimedia, (incluye CD), 444 páginas, 12,50 €.
El mercado doméstico cada día demanda más equipos, más programas…. Esta tendencia ha llevado a dedicar bastante bibliografía a las últimas novedades dirigidas al aficionado a la informática como herramienta de ocio o educativa. Un programa orientado al hogar tiene que ser, ante todo, fácil de manejar. Que sin leer voluminosos manuales, el usuario sea capaz de utilizarlo en pocos minutos. Intuitivo y muy gráfico. Es decir, un programa que incluya todo lo que la tecnología multimedia puede ofrecer: información perfectamente estructurada, acompañada de ilustraciones y sonido gracias a las tarjetas, los altavoces, los micrófonos, etc.
Un niño, cuando ya no es tan niño, atiende con mayor presteza a la pantalla siempre que allí se muestre un producto seductor. Los productos de consumo son de muy diversa índole, pero casi todos ellos tienen como finalidad divulgar y entretener. Algunos atienden más a la primera premisa (enciclopedias, atlas, diccionarios, cursos…), pero en la mayoría sólo prima la segunda (los juegos). En una tercera categoría se combinan ambos elementos (los programas educativos dirigidos a los niños). La oferta es tan amplia en este mercado, que el usuario se encuentra muchas veces confundido sobre qué adquirir. Todos parecen buenos y la diferencia de precio entre un título y otro de similares características no varía mucho.
Tenemos más herramientas que cualquier otra generación en la historia para cultivar nuestras inquietudes y dar rienda suelta a lo que uno tiene de lo que se ha llamado “creatividad”. El ordenador personal se ha convertido en centro de ocio. Ya es posible grabar películas y editarlas al tiempo real, con unos medios por los que George Lucas habría matado para realizar el montaje de las tres primeras entregas de “La Guerra de las Galaxias”. Este libro es una guía práctica que nos acerca a una realidad que tenemos a nuestro alcance por primera vez en la historia: la posibilidad de trabajar con unas herramientas que hasta ahora sólo estaban en manos de unos pocos.
Ahora todo está al alcance de cualquiera, podemos convertir el ordenador en una vasta discoteca, capaz de almacenar convenientemente nuestra música con unos criterios de orden y rigurosidad técnica que hasta ahora no habíamos visto. Ocurre lo mismo con la fotografía digital: quién no se acuerda de los estudios de revelado fotográfico en blanco y negro, que cualquiera podía construirse en su casa. Los ingredientes estaban, y siguen estando, al alcance de muchos de nosotros: una habitación que pudiéramos convertir en cuarto oscuro, una ampliadora, una guillotina, tres o cuatro tipos de líquido, un puñado de cubetas y papel de revelado. Era lo más parecido a lo que ahora tenemos: un estudio de revelado digital en toda regla. ¿Cuánto ocupa? Depende del tamaño de nuestro ordenador y nuestra impresora en color.
El vídeo digital, la fotografía por ordenador, la música, Internet y los videojuegos… Estas posibilidades constituyen sólo una pequeña parte de lo que podemos aprehender con un ordenador, nuestro nuevo centro de entretenimiento doméstico.
J. A. Aguado