El esfuerzo, por definición, es prepararse o persistir física o mentalmente para alcanzar un objetivo deseado.
Esfuerzo es estudiar para resolver problemas matemáticos que aumenten tu intelectualidad y esfuerzo es también prepararse físicamente día a día para poder ganar una competición deportiva o escalar el monte Everest.
Està claro que para conseguir un objetivo hay que esforzarse, si eres perezoso y no te esfuerzas no conseguirás llegar a tus metas, y otras personas no lo van a hacer para ti. Todos los grandes personajes que han dejado huella en sus respectivos campos han tenido que luchar y esforzarse, ya sea luchar por sus pensamientos, luchar contra la sociedad, luchar consigos mismos para hacer un nuevo descubrimiento, todos ellos consiguieron sus metas a costa del esfuerzo.
Ahora, algo que también sabemos es que todas aquellas personas consiguieron lo que consiguieron porque tenían una intención de hacerlo, porque sabían que el resultado les acabaría beneficiando, ya sea emocionalmente, intelectualmente, físicamente o económicamente, y tenían un sueño, una necesidad, una obligación que les alentaba a seguir.
Pero qué pasa si no hay nada que te motiva a hacer una cosa, solamente tienes que hacerla por obligación, y sabes que ni a la larga ni a la corta ese esfuerzo te beneficiarà de cualquier manera, ¿vale la pena seguir esforzándose en este caso? Yo creo que no, una persona sabe lo quiere, y si sabe que un esfuerzo no va a llevarle a ninguna parte no hace falta que lo haga. Pero aquí es donde entra la sociedad, donde entran “los demás”, los que nos dicen que nos esforcemos solo porque es lo que hacen todos, o porque a ellos se lo dijeron sus padres. Sin un objetivo de futuro el esfuerzo es en vano.
Movámonos en el tiempo hacia la época en la que aún no había neveras. Para conservar los alimentos la gente hacía uso de la sal, de especias o técnicas de ahumado, que evidentemente requerían tiempo y esfuerzo. Que tal si alguien te quitara tu nevera y te dijera que usases algunas de estas técnicas. ¿Salarias toda la carne y el pescado y la pondrías en una olla con tal de conservar estos alimentos?, y antes de cocerlos, ¿los dejarías en remojo para quitar la sal? Quizás, por necesidad, incluso lo harías pero, ¿crees que es lógico hacer tanto esfuerzo sabiendo que existe allí fuera un invento que puede hacer todo esto solamente si lo enchufas a la electricidad, y sabes que tu esfuerzo no te favorece en nada?
Yo creo que el esfuerzo tiene que ser el resultado de un sueño, de una necesidad, de una responsabilidad, y no de un objetivo o meta impuesto.