Pereza – el componente biológico de varias criaturas vivientes. Los humanos no somos una excepción. Desde el punto de vista de la fisiología, esto no es un defecto, sino el deseo de ahorrar energía y reducir el consumo de recursos. Existe un famoso ejemplo: “Una persona se volvió demasiado perezosa para caminar, e inventó una rueda, luego una bicicleta, un automóvil, etc.” De hecho, creo que gran parte del progreso científico y tecnológico se basa en la pereza humana. Las personas tienden a minimizar el trabajo, se esfuerzan para esforzarse menos a continuación.
Podemos observar como los bienes de la sociedad hacen que cada día nuestro esfuerzo sea menor. Las máquinas de café, los coches, las aspiradoras robots. Hoy en día, para conseguir comida basta con bajar a Mercadona que tienes al lado de tu casa, pero hasta eso se volvió más fácil. Ahora te la llevan directamente a tu piso. Probablemente si la humanidad seguirá el mismo ritmo, al final llegará el momento cuando trabajar a penas será necessário.
En este caso podemos entender que la pereza es un motor que empuja el esfuerzo y aquel crea varios bienes para el conjunto de la sociedad o para un concreto individuo. Por lo tanto, podemos decir que el esfuerzo es algo moralmente bueno y correcto.¿Pero lo és la pereza?
Para entender si de verdad las personas tienden a no trabajar debemos imaginar que es lo que haría ante una elección: trabajo o no trabajar. Eso en el caso que los recursos que va a recibir sigan igual. Teniendo en cuenta que para varios de nosotros el trabajo es algo cercano a la tortura la respuesta es evidente. No trabajar.
Varias veces podemos observar cómo los individuos afirman que quisieran ser empresarios con la excusa de querer crear alguna cosa. Sin tener claro qué cosa y de qué forma la quieren crear. Solo es un deseo de hacer que la gente trabaje para ellos. Porque si tanto quieren crear alguna cosa, pueden hacerlo trabajando para alguien. Pero no es esta la intención. La idea es que trabajen los otros.
Como idea final me gustaría destacar el hecho de que se aprecia más el individuo que trabaja poco y gana mucho ante aquel que trabaje el doble y gané lo mismo. Por lo tanto considero que la cultura del esfuerzo es un mito ya que el esfuerzo es solo el fruto de la pereza. Tenemos la cultura de ser vagos.
He leído atentamente el texto y discrepo en diversos puntos, pese a estar de acuerdo con que la pereza, irónicamente, ha movido a las personar para que hagan esfuerzos que les permitan poder realizar acciones con más facilidad (u omitirlas) en un futuro.
Respecto a la reacción de las personas delante del dilema de trabajar o no trabajar cuando vas a obtener lo mismo hagas lo que hagas, creo que valoras, de forma subjetiva, el trabajo como una actividad tediosa y no planteas la posibilidad de poder trabajar, “esforzarte”, en algo que pueda resultarte atractivo. Jane Goodall, una primatóloga inglesa, se mudó a Africa y estudió primates desde muy cerca durante unos 50 años. Levantarte cada día a estudiar gorilas no sé cuántas horas con el objetivo de entenderlos al máximo suena pesado, pero a ella le gustaba y lo hizo. Quizá este es un ejemplo demasiado inusual, llevémoslo a algo más cotidiano: a alguien que quiere aprender a dibujar. Esa persona, si de verdad lo desea, dibujará, aceptará tener que esforzarse.
La parte de que hay gente que solo quiere tener personas que trabajen para ellos me resulta algo confusa. ¿Insinúas que hay empresarios que lo son solo para que otros hagan cosas por ellos y ahorrarse trabajo? En ese caso, habría que tener en cuenta el gran esfuerzo inicial del empresario por iniciar un negocio viable, pedir créditos o ahorrar muchísimo previamente mediante otros trabajos, ect. Sí, quizá ahorraría esfuerzos, pero a cambio, debería arriesgarse a abrir la empresa, trabajar duro para sacarla adelante (teniendo en cuenta que las cosas le vayan extremadamente bien)… Sea como sea, no acabo de ver el ejemplo.
Finalmente, sobre lo de “tenemos la cultura de ser vagos”, no estoy de acuerdo. Por pequeño que sea, todos tenemos un deseo, tarde o temprano, de esforzarnos por algo, como he mencionado antes. Conocerlo todo de una cultura, aprender un idioma, aprender a patinar, trabajar para pagarte un viaje o cualquier otra cosa. Y claro que seguiremos llevando la pereza dentro pese a esforzarnos por conseguir esas metas. Pero, si de verdad las queremos, si no nos doblegamos en la primera ocasión que veamos, estaremos demostrando que no solo la pereza y las facilidades mueven a un individuo, sino también las pasiones que este llegue a tener. En tal caso, la última afirmación del texto sería parcialmente incorrecta (o parcialmente correcta), ya que somos capaces de movilizarnos para lograr lo que queremos, pero siempre buscaremos la manera más fácil de hacerlo. Yo no lo llamaría cultura de ser vagos, yo lo llamaría ser pragmáticos.