Las personas con Alzheimer que tienen una cabeza grande poseen una mejor memoria y más capacidad para pensar que aquellos pacientes con la misma enfermedad y una cabeza más pequeña, incluso si el Alzheimer ha acabado con la misma cantidad de neuronas en ambos casos. Así lo ha demostrado un trabajo realizado por investigadores de la Universidad Técnica de Munich (Alemania) y publicado hoy en la revista Neurology.
Según el autor de este estudio, Robert Perneczky, de la Universidad Técnica de Munich, “estos resultados añaden peso a la teoría de la reserva cerebral, es decir, la capacidad individual de resistir los cambios en el cerebro“. “Nuestros descubrimientos también subrayan la importancia de que el cerebro se desarrolle de forma óptima en las primeras etapas de la vida, hasta que alcanza el 93 por ciento de su tamaño definitivo, a la edad de seis años”, agrega.
La NASA ha fotografiat el despreniment d’una part de la glacera Jakobshavn Isbrae, situada a Groenlàndia. L’agència espacial creu que es va desprendre entre el 6 i el 7 de juliol. El bloc de gel és de set quilòmetres quadrats i en un sol dia ha recorregut 1,5 quilòmetres. Els científics afirmen que és habitual que es produeixen despreniments a les glaceres en aquesta època de l’any, però el que és atípic és que s’hagi produït amb tanta rapidesa i que s’hagi pogut detectar amb tanta claredat.
El planeta Terra és 70 milions d’anys més jove del que la ciència creia fins ara, segons un estudi geològic fet per un equip de la Universitat de Cambridge que publica la revista “Nature Geosciences”. Segons aquest treball, l’edat de la Terra seria de 4.567 milions d’anys, una xifra que ha sortit de comparar elements de la capa del planeta amb els meteorits caiguts a la Terra i que, en teoria, tenen els mateixos anys que el sistema solar.
La ciencia y la tecnología dominan nuestras vidas, aunque nuestro “mundo emocional” pueda volar -o, mejor, creer que vuela- en otras direcciones, libre de semejantes ataduras. Pero los conocimientos científicos y técnicos, esos que nos encontramos a la vuelta de cada esquina, llámense estos como se llamen (ordenador personal, Internet, teoría de la relatividad, horno de microondas, mecánica cuántica, resonancia magnética nuclear, DVD, satélite espacial Hubble, células fotovoltaicas o código genético), no se obtienen gratis: sus profesionales, los que los “inventan” o controlan, los adquieren mediante un largo y exigente aprendizaje. Y como la mayoría de nosotros, la gente que puebla las calles y que viaja en el metro, no posee semejante educación, ¿qué debe hacer?, ¿resignarse a ser un convidado de piedra del globalizado mundo tecnocientífico, un mero usuario de lo que ve -por mucha que sea su pericia al mover el ratón o apretar las teclas que sean- como “cajas negras”? (
En la cara de Marta apareció un eczema que ninguna pomada solucionaba. Joel padecía síntomas alérgicos, picores, estornudos y tos sin encontrar qué los causaba. Marisa tenía problemas digestivos y ni la colonoscopia dio con ninguna anomalía. Son los nombres ficticios de tres pacientes reales que con tratamiento psicológico han logrado superar una enfermedad a primera vista física. En el origen de las tres había un punto común: una emoción negativa. La prueba de que, aunque a veces no nos sinceremos ni con nosotros mismos, nuestro cuerpo acaba hablando. En el caso de Marta, la ira salió por su piel. Ni ella misma quería reconocer la mala relación con su marido, al que todos consideran un encanto. A Joel se le tradujo en alergia la angustia que siente desde que empezaron a echar a gente de trabajo. Y Marisa no cesa con sus desarreglos digestivos porque se siente triste y perdida desde que su hijo se fue de casa.(
La interacción entre la cubierta vegetal del planeta y la atmósfera es obvia, y los científicos del cambio climático cuentan con ella, pero hasta ahora dicha interacción estaba envuelta en incertidumbres dada la complejidad de los procesos, incertidumbres incómodas en los modelos climáticos que se utilizan para hacer proyecciones a décadas vista. Ahora dos equipos científicos internacionales, gracias a los datos tomados durante diez años en 250 estaciones repartidas por todo el mundo, han logrado determinar parámetros esenciales de la respiración global del planeta: las plantas absorben cada año 122.000 millones de toneladas de dióxido de carbono mediante la fotosíntesis, y el 34% del total corresponde a las selvas tropicales, seguidas, con un 26%, por las sabanas, aunque estas últimas ocupan el doble de territorio. Hasta ahora sólo había estimaciones sobre estos parámetros fundamentales.(
Una nueva técnica de microscopia óptica, capaz de distinguir detalles de media milmillonésima de metro (medio nanómetro) y eficaz para observar moléculas biológicas en acción y medir la distancia entre ellas, ha sido desarrollada por tres científicos en EE UU. Para hacerse una idea de la resolución obtenida basta tener en cuenta que un cabello mide unos 100 nanómetros de diámetro, por lo que la resolución obtenida supone un hito en microscopia óptica, y llega de la mano de un científico poco común, Steven Chu, de 62 años, no sólo por su Premio Nobel de Física (1997), sino porque, desde hace año y medio, es el ministro de Energía de Estados Unidos.(
En un huerto de manzanos dedicado a la producción de la variedad Gala, en EEUU, se descubrió que una rama de un árbol daba manzanas considerablemente más grandes que el resto y el fenómeno interesó a Peter Hirst, investigador de plantas de la Universidad Purdue (EEUU). Para este especialista era una oportunidad única para explorar los mecanismos moleculares responsables de que unas variedades de manzanas sean más grandes que otras. Como los diferentes tipos de frutos no siempre tienen los mismos genes controlando las mismas funciones, la comparación genética de una variedad con otra no era un camino eficaz para averiguar cómo se regula el tamaño. Pero las manzanas gigantes, llamadas Grand Gala, con un peso superior en un 38% a las Gala normales y hasta un 15% mayores en tamaño, brindaban la mejor oportunidad para la investigación.(
