Bajo el capó de los coches se encuentra uno de los casos más curiosos hoy en día en el campo del reciclaje: una batería de plomo-ácido.
Estos acumuladores utilizados sobre todo para el arranque de los automóviles destacan por contener elementos que pueden ser altamente contaminantes como el plomo o el ácido sulfúrico, pero también por tratarse de uno de los productos con mayor tasa de reciclaje del país, si no el que más. Según la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER), en España se recicla cerca del 95% de las baterías que se sacan al mercado. “Es marginal la cantidad de baterías que no son recicladas”, garantizan desde esta organización.