Los científicos de la nave ‘Deep Impact’ calculan que el objeto celeste pierde hasta un metro y medio de grosor cada vez que se acerca al Sol.
El sobrevuelo del cometa Hartley 2 que ha realizado la nave espacial Deep Impact, pasando a 700 kilómetros de distancia de su núcleo tomando fotografías y analizando su composición, ha sido un éxito rotundo, según los responsables de la misión. En los datos recibidos, y aún contando con que tardarán mucho tiempo en analizarlos a fondo, han logrado, por primera vez, asociar los numerosos chorros brillantes que emanan del núcleo con rasgos topográficos precisos de su superficie. Creen que se trata de chorros de dióxido de carbono principalmente.
Los científicos y responsables de la NASA, tras la recepción de unas pocas imágenes iniciales y las señales que indicaban el éxito del acercamiento de la nave al cometa, han tenido que esperar unas horas hasta recibir el grueso de los datos, ya que durante el sobrevuelo y máxima aproximación, la Deep Impact no podía tener orientada la antena principal hacia la Tierra mientras enfocaba el objetivo con sus cámaras.