Con la actual guerra entre Rusia y Ucrania, nos damos cuenta del privilegio blanco.
Un ejemplo de esto es que los países europeos ponen sobre la mesa la directiva de protección temporal para los refugiados, que se basa en que Los miembros de la UE tienen la obligación de abrir sus fronteras a los refugiados provenientes de países que viven conflictos bélicos de manera ilimitada, una normativa aprobada desde 2001, pero que desde entonces no ha sido activada.
Y mi pregunta es ¿por qué no se ha activado este protocolo para otros refugiados provenientes de países en conflictos como por ejemplo Siria, Palestina, Afganistán, que viven también guerras de destrucción total?
Una justificación o excusa que escuchamos en las últimas semanas en los medios de comunicación es que ‘’los refugiados ucranianos son personas europeas con ojos azules y cabello rubio’’.
En este pretexto cabe destacar dos hechos, por un lado, vemos que nuestros gobiernos ven motivo suficiente no ayudar a una población que está sufriendo una guerra por el simple hecho de que no sean vecinos geográficamente hablando.
Y, por otro lado, es considerada una razón el aspecto físico de una persona para cerrarle las fronteras y dejarle morir en plena guerra, una justificación desde mi punto de vista un tanto racista.
Acabo este artículo dándome cuenta de que los gobiernos de los países de la UE dicen aplicar políticas democráticas basadas en la igualdad y libertad de todos los individuos, sin importar sus orígenes, pero como vemos demuestran todo lo contrario.