Científicos de la Universidad de Tel Aviv (Israel), han descubierto que los avispones orientales (Vespa orientalis), tienen células solares construidas de forma natural bajo su piel. Estos himenópteros utilizarían la energía solar para funcionar desde hace más de 50.000 años. Esto explicaría por qué este tipo de insectos, de la familia de los himenópteros (hormigas, abejas, abejorros y avispas), están mucho más activos a la hora del mediodía, al contrario que otras avispas que tienden a demostrar una actividad más frenética a primera hora de la mañana.
Los avispones utilizarían como paneles solares dos partes (una de color amarillo y otra de color marrón) que se encuentran en su exoesqueleto o cutícula, una especie de caparazón que protege a los animales externamente. Las radiaciones del sol son absorbidas por la cutícula del avispón, a través del pigmento, y posteriormente la energía absorbida por este pigmento se transforma en energía que usara el insecto en sus tareas.