La Universidad Católica de Valencia y la empresa energética Energesis combinarán sus esfuerzos los próximos cuatro años para estudiar una forma de generar bioetanol a partir de hongos ligninolíticos. Si esta tecnología llegara a ser viable, permitiría utilizar desechos forestales y agrícolas como materia prima para fabricar combustible.
El serrín, la paja, el rastrojo o el bagazo son materias leñosas sobre las que crecen un tipo de hongos llamados ligninolíticos. Este tipo de hongos, en palabras de la profesora e investigadora de este proyecto, Gloria Castellano, “generan metabolitos secundarios de actividad biológica de enorme utilidad en medicina y en bioindustria (como los antibióticos). Estos organismos heterótrofos degradan los polímeros de la pared celular de la materia vegetal liberando grandes cantidades de azúcares, que algunos organismos como las levaduras pueden fermentar para obtener etanol“.