Así lo acaba de demostrar una investigación de la Universidad de Oxford. El estudio pone de manifiesto que quienes se ríen más son más capaces de soportar el dolor, pero no vale con una simple sonrisa, hay que reírse a carcajadas para que el cuerpo segregue endorfinas que, además de crear euforia, calmen el dolor.
Para llevar a cabo el estudio el director de la investigación, Robin Dunbar, dividió a los voluntarios en dos grupos distintos. El primero de ellos disfrutó de vídeos de humor (“Los Simpsons”, “Friends” o “South Park”) durante 15 minutos mientras que el segundo grupo vio programas más aburridos, vídeos neutrales. Posteriormente se les sometió a pruebas de dolor para ver hasta donde podían soportar el sufrimiento: por ejemplo, poniéndoles bolsas de hielo en el brazo hasta que no pudieran aguantar más.
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