Teatro en la escuela

EL TEATRO EN LA ESCUELA

En este curso que recientemente hemos acabamos, he tenido el privilegio de vivir una experiencia maravillosa: Clases de teatro en mi aula de lengua castellana. Todo lo que he aprendido y he experimentado, me ha motivado a escribir este artículo, después de reflexionar y llegar a tener consciencia de toda la magia que conlleva aprender, haciendo teatro.

El teatro en la escuela, se considera como una de las técnicas pedagógicas más indicada para ayudar al desarrollo de las capacidades de expresión y comunicación, centrada sobre todo en las habilidades lingüísticas de leer y comprender, escuchar y hablar, y escribir. Ayuda a desarrollar la expresión verbal, favoreciendo que el alumno mejore la manera de comunicarse (dicción, fluidez, claridad, vocabulario….). Fomenta los hábitos de lectura y escritura. Incrementa el vocabulario y mejora su expresión oral. Por lo tanto, estamos hablando de cómo contribuye a la adquisición de una de las principales competencias básicas: La Competencia comunicativa.
Como recurso didáctico, no es de los que ahora estarían dentro de las listas de innovación. Pero no por eso debemos olvidar su grandes posibilidades. No debemos pensar en él como un mero instrumento didáctico. Debemos considerarlo como algo holístico, donde se contemplan tanto los aspectos cognitivos de la formación como los aspectos afectivos, perceptivos, psicomotores, artísticos y sociales.
Desde este enfoque global, podemos abordar diferentes aspectos de conocimiento que incluyen la literatura, la animación lectora, los talleres de escritura, la expresión corporal, la expresión artística, la educación emocional, el conocimiento de uno mismo, y un largo etcétera. Como se ve, no hablamos sólo de la competencia comunicativa. Bajo este enfoque, también hacemos referencia a la competencia aprender a aprender o la de autonomía y iniciativa personal, por ejemplo.

Es desde este enfoque holístico, que he descubierto y comprobado las valiosas aportaciones del teatro en la escuela. Aportaciones que tratan de aspectos implícitos en el proceso educativo de nuestros alumnos, pero que a la vez olvidamos o incidimos en ellos de forma superficial. Entre ellos encontramos la creatividad, la imaginación. El teatro ha agudizado los sentidos de los alumno y estimulado su fantasía, imaginación y creatividad. Sin prejuicios ni bloqueos, imitan, aprenden a ser, proponen, crean, en definitiva: interpretan.

Otro de los beneficios del teatro, es que es un magnífico potenciador del proceso de aprendizaje. Mejora la atención, memoria y concentración. A través del teatro, los alumnos han ejercitado la memoria y adquirido agilidad y rapidez mental. Han memorizado los diálogos y las instrucciones de la puesta en escena.

Con el teatro, los alumnos aumentan su autoestima, les permite sentirse mejor consigo mismos aumentando su seguridad, sintiéndose más capaces y más valiosos. Han comprobado que el respeto es la base de la convivencia en el grupo, han aprendido a conocerse a sí mismos, sus posibilidades y sus debilidades y a valorar la de los demás.

Han aprendido a participar y colaborar en grupo, a adquirir hábitos responsables, incrementar valores y normas de convivencia: igualdad, respeto, colaboración, responsabilidad, compromiso, tolerancia… Les ha ayudado a aprender a escucharse, a regular los problemas de liderazgo o de otros roles. En definitiva, les ayuda en su socialización principalmente a los que tienen dificultad para comunicarse y relacionarse.

Con los ejercicios y juegos de expresión corporal, los alumnos han tomado conciencia de su cuerpo y de la expresión de sentimientos y sensaciones a través de éste. Les ha facilitado conectar con su cuerpo, contribuyendo a mejorar su coordinación motora. A la vez les ha facilitado el aprendizaje de la empatía. Al aprender a conectarse con sus emociones y a reflexionar sobre ellas, al tenerse que poner en el lugar del personaje que representan, llegan a comprender diferentes maneras de ver el mundo en el que viven.

La expresión de sentimientos y emociones ha fomentado el pensamiento y el dialogo interno, promoviendo que los alumnos reflexionen, contribuyendo así, al desarrollo de su personalidad. Regulando sus actitudes autónomamente, cuando han entendido y sentido, que tenían un objetivo común y que solo con el trabajo en equipo era posible su logro. Ha ayudado a entender y valorar la constancia en el trabajo, al darse cuenta que en el teatro se trabaja a largo plazo, la meta no es inmediata sino que uno ha de trabajar durante un tiempo para conseguir el objetivo.
Cuando se acercaba el estreno se puso a prueba el conocimiento de sus emociones. Tener que enfrentarse al público les permitió aprender a controlar sus emociones (miedo, ansiedad, …) y hacer frente a la vergüenza de hablar en público.

En definitiva, las clases de teatro han tratado de dotar a los alumnos de unas habilidades sociales, emocionales y personales que de otro modo hubiera sido muy difícil ponerlas en práctica. Las clases de teatro en la escuela han sido terapéuticas y socializadoras, a parte de una fuente de diversión y motivación. Además el teatro ha ayudado a que cada alumno se muestre tal como es. Durante las sesiones he podido observar un vinculo especial entre el maestro de teatro y los alumnos, su base era la confianza y el respeto. De alguna forma parecía que los alumnos le devolvían el agradecimiento al permitirles ser a cada uno tal y como son, de acompañarlos en esta aventura de conocerse a sí mismo, y todo esto bajo la atenta y sensible mirada del maestro para dar el refuerzo positivo a cada uno de ellos, mostrándoles reconocimiento.

Os dejo aquí algunas de sus frases, pensamientos y sensaciones.

“La escucha es el principal instrumento para empezar a hacer teatro. Escucharos unos a otros”.

“Si no lo pruebas cómo vas a saber si eres capaz de hacerlo?”

“No me interesa solo que hagan una obra al final de curso, valoro más que se formen como personas, que se escuchen, se respeten y sean capaces de valorarse a sí mismos. Que pierdan el miedo a lo que dirán los demás”.

“La motivación no se trata solo de hacer cosas divertidas, se tienen que sentir capaces y valorados, seguros y queridos”.

NOTA: Mi más sincero agradecimiento a Jaime Calvet.

2 pensaments sobre “Teatro en la escuela

  1. Aquest curs jo també vull fer teatre amb els meus alumnes…de fet sempres que acabo el cicle en faig una obra com a treball interdisciplinari.

    Estic buscant informació per veure si trobo una obra adequada a aquesta edat.

    Si tens alguna adreça, me lapots fer arribar? Gràcies.

    El meu correu: nanipalau@gmail.com

    1. Hola Nani, primer de tot gràcies per interessar-te pel meu article.
      Pel que fa a l’obra, et passaria la que vam fer nosaltres, però no puc, perquè la vam escriure entre tots. En el taller de Textos cada alumne va escriure el seu somni, narració amb diàleg. Després el mestre de teatre va anar conjugant, annexant tots els somnis fins construir la nostra obra: “El mundo de los sueños”. Però si el busques pel facebook, li podràs demanar consell sobre obres per nens.
      I repeteixo, gràcies per llegir el meu blog.

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