Eran tres pingüinos
que se llamaban
PIN
GÜI
y NO
Pin quería a Güi
y Güi quería a No
por eso el pobre Pin
estaba siempre so (solo).
Lo único que Pin
conseguía de No
era que siempre No
le hablara sobre Güi.
Se cansó el pobre Pin
de tal desolación
y se marchó por fin,
del Polo Sur al Polo Nor.
Y ya solo en el Polo,
el pingüinito Pin
se pasaba los días
escribiéndole a Güi.
Gloria Fuertes
Il.lustració Cliparts Moly Meier