Había veces que le habría gustado decir: ¡pónganse de rodillas y den gracias! Hay millones de personas que viven con un euro al día, millones que no pueden beber agua potable y ustedes viven en un país que les garantiza la alimentación, vestido, cobijo y asistencia médica desde que nacen hasta que mueren, todo lo tienen gratis, en un país cuya policía no entra en las casas de los ciudadanos para molerlos a palos, encarcelarlos ni alistarlos en el ejército, en un país donde la esperanza de vida es de las más altas del mundo, donde el gobierno no miente sobre el tema del sida, donde no hay mala música y donde lo único malo es el clima (Inglaterra).
De su trato con ella (su madre) había aprendido la siguiente verdad: la persona que se preocupa por otra lo vive como una forma de amor; la persona objeto de preocupación lo vive como una forma de control.