A los amigos y amigas (a los conocidos y conocidas, también, no os apuréis) a quienes -entre otras cosas- me une la música y las artes por su valor universal y por ser el vehículo de comunicación de las emociones y sentimientos. A todos vosotros, sea cuál sea vuestra lengua materna, puesto que habláis el lenguaje del corazón.
La celebración de hoy pone un punto final mágico y lleno de ilusiones (¿o debería ser punto y seguido?) a las fiestas navideñas. Un nuevo año ha comenzado y es momento de replanteamientos y de buenos propósitos. Eso dicen. Y yo me pregunto si sólo debemos hacerlo en esta época… Bueno, cualquier momento puede ser bueno, así que, ¿por qué no ahora? Por ello os recomiendo que descarguéis el cortometraje titulado Diego de David Pérez Gimbernat que encontraréis en la página de la VI edición de Notodofilm, el Festival Jameson de cine destilado de cortos en Internet. Tan solo dura 3’30”, pero su mensaje da para pensar durante muchas horas… En realidad, ¡toda la vida!
Esta es mi pequeña aportación para difundir un trabajo que creo que merece ser conocido por su esquisitez. ¿Os vale como regalo de Reyes?…