Category Archives: Bachillerato

El rinoceronte

Imagen de Stefan Keller en Pixabay

El inicio de las clases de 2.º de bachillerato de hoy había de suceder con la lectura del cuento de Juan José Arreola La migala; pero un diminuto icono aparecido en el rectángulo del buscador de la barra de tareas del portátil parecía sugerir que hoy se conmemoraba el Día del Rinoceronte. El azar, pues, se ha interpuesto, de suerte que las clases han acabado por iniciarse con otro cuento de Arreola. ¿Qué cuento? El rinoceronte, por supuesto.

El cuento, en realidad, no nos habla del formidable animal que tiene un cuerno en la nariz (es lo que literalmente significa en griego su nombre). Ello se hace patente ya desde la primera línea del relato, esa primera línea en que Arreola nos regala en ocasiones un lapidario resumen del contenido: «Durante diez años luché con un rinoceronte; soy la esposa divorciada del juez McBride».

Melancolía vs. nostalgia

Suele haber cierta tendencia a la confusión a la hora de distinguir los conceptos de melancolía y nostalgia. Más allá del hecho de que aquella la entendemos como un estado anímico y esta, en cambio, como una reacción anímica, la confusión se debe, obviamente, a que la nostalgia es una tristeza de carácter melancólico producida por el recuerdo de una dicha dejada atrás.

Con ocasión del Día Mundial de la Poesía, ayer y hoy, en las clases de 2.º de bachillerato hemos leído el celebérrimo “Poema 20” de Plablo Neruda. En él, precisamente, nos damos de bruces con la nostalgia de un amor que fue, pero que ya no es (aunque quizá lo sea en algo), es decir, asistimos a un amor dichoso que ha quedado anclado en el pasado. Por eso, el poeta nos recuerda una y otra vez que podría escribir los versos más tristes esa noche.

Puedo escribir los versos más tristes está noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

La vida es sueño

Hoy se cumplen 421 años del nacimiento de Pedro Calderón de la Barca. La efeméride llega justo cuando, en las clases de Literatura Castellana damos comienzo a la lectura de La vida es sueño.

A continuación se insertan los audios pertenecientes a los dos famosos monólogos con los que abrimos la presentación de la obra en el aula. La letra correspondiente a ambos fragmentos dramáticos pueden encontrarse en nuestro blog Renglones del aula.

«Despedida muy dolorosa»

Quienes, durante este último mes, hemos tenido la suerte de conocer a Léa Hardy nos sentimos hoy algo tristes. Léa se ha ido, ha vuelto a casa y ha dejado los pasillos de nuestro instituto huérfanos de la intensidad con que todo lo miraba, huérfanos de la hondura con que todo lo sonreía. No obstante, antes de irse, ha querido dejarnos escrita una despedida que ha titulado tal como yo titulo ahora esta entrada de blog.

Hola a todos. Para quien no sepa quien soy, soy una alumna de intercambio y hace un mes que estoy aquí. Lo que pasa es que hoy es mi último día en Lloret y en este instituto. Quería deciros que me lo he pasado realmente muy bien aquí. He podido perfeccionar mi castellano y aprender un poco el catalán, y quería agradeceros lo bien que me habéis acogido. Ha sido muy importante para mí venir aquí; he podido descubrir la cultura, la comida y las costumbres catalanas. Hacia mucho tiempo que quería venir a vivir por aquí y ahora, por fin, lo he podido descubrir, os lo agradezco. Os echaré de menos a todos.

Bonjour à tous, si vous ne savez pas qui je suis, je suis une élève qui est venu pour un échange, et ça fait un mois que je suis ici. Et aujourd’hui, c’est mon dernier jour à Lloret et dans ce collège. Je voulais vous dire que j’ai passé de très bon moment ici, j’ai pu perfectionner mon espagnol et apprendre un peu le catalan. Je voulais vous remercier de m’avoir aussi bien accueillis. C’était très important pour moi de venir, j’ai pu découvrir la culture, la nourriture et les coutumes catalanes, ça faisait tellement longtemps que je voulais venir, et en fin j’ai pu découvrir tout ça, et je vous en remercie. Vous me manquerez tous.

Gracias, Léa, por tu interés en la educación y por esa energía vital que desprendes.

NOTA: Gracias también a Neus Trull, atenta partenaire durante el intercambio educativo, por el asesoramiento lingüístico ofrecido para este ejercicio cuasi epistolar.

Ada(m/n)ismo

adamismo

Esta semana los bachilleres de primer curso han tenido que vérselas con el diccionario en línea. Lo que parecía que iba a ser un simple ejercicio de consulta, en realidad tenía su intríngulis. El ejercicio en cuestión consistía en exponer cuál es la diferencia de significado existente, según el DRAE, entre los términos parónimos adamismo y adanismo.

La respuesta exacta es aquella que señala a la acepción segunda de adanismo, esto es, la que hace referencia a la práctica del desnudismo, como exclusiva de esta voz, mientras que el resto de acepciones de ambas expresiones son de uso compartido o indiscriminado.

Las tres preguntas surgidas del EDL

european-languages-number-of-speakersHoy, durante una de las clases de 1.º de bachillerato, al hablar acerca del Día Europeo de las Lenguas, se me ha ocurrido preguntar si alguien sabía cuál es la palabra más larga del castellano (traducida, también lo es del catalán). Siempre hay quien se lanza al celebérrimo, aunque poco productivo comunicacionalmente, supercalifragilísticoespialidoso, el cual, claro está, no puede darse enteramente como acierto. Nadie ha apostado, sin embargo, por otro palabro hiperbólicamente polisílabo: hipopotomonstrosesquipedaliofobia. Y digo “sin embargo” porque son muchos los alumnos de esta promoción que en algún momento de sus vidas escolares recientes me la han oído decir a mí durante algún paréntesis jocoso.

En fin, que comentario tras comentario, esta mañana he acabado por formular tres preguntas que se están convirtiendo, mientras yo voy poniendo negro sobre blanco, en los primeros deberes TIC del curso. Allá van:

  1. ¿Cuál es la palabra más larga del castellano?
  2. ¿Cuál es la palabra más larga de las lenguas europeas?
  3. ¿Por qué es poco menos que imposible que el castellano posea la palabra más larga de las lenguas europeas?
(Los datos del mapa no están debidamente actualizados)

… «Y dejó de escribir» (versiones de un microrrelato)

... «Y dejó de escribir». MICRORRELATOSUna belleza que nadie podrá palpar

VERSIÓN PRIMERA (original de Liana):

 ➡ Érase un escritor de literatura fantástica cuyo objetivo era demostrar y explicar la belleza intangible.

Éste, un día lluvioso, vio la luz, y no es que saliera el sol, ni que se preparara el escritor para ir con Dios, sino que la vio a ella, tan bella y reluciente cual ángel bajando del cielo. Tanta fue la admiración por la muchacha, que se enamoró de ella, pero no por su belleza externa, sino por la interna, esa belleza intangible que la hacía especial, única…

El escritor, enamorado, dejó de escribir aventuras fantásticas pues, a su lado, tenía a la mayor de todas, y gracias a ella no le hacía falta viajar muy lejos para vivir fantasías.

VERSIONES SEGUNDA Y TERCERA (originales de Tania):

 ➡ Dejó de escribir fantasía cuando su mente sólo podía imaginarla a ella.

➡ Para qué imaginar mundos nuevos, si este es perfecto junto a ella.

VERSIÓN CUARTA (original de Laia):

➡ ¿Por qué?  Porque, al verte, supe que eras tú mi única razón.  Ya no hace falta imaginarte,  porque te tengo.  Te miro,  te huelo,  te siento… Eres mía. Qué loco seria imaginar otro mundo sin tus caricias, sin tus besos, sin tus susurros.  Insólito sería imaginar algo más perfecto que un mundo sin ti, si eres tú un mundo perfecto para mí.

 VERSIÓN QUINTA (original de Khadija):

 ➡ Leía en el periódico: “El famoso escritor de fantasía Castle deja de escribir”. Cerré los ojos e imaginé que no podía ser por otra cosa que no fuese que su afición le llevara a fantasear un mundo sin ella.

 VERSIÓN SEXTA (original de Matías):

 ➡ Era el primer atardecer de agosto y Antonio, como cada día, fue a dar un paseo por el parque que más cerca estaba de su casa, aprovechando el viaje para comprar el periódico deportivo que a su padre le gustaba leer por las noches. Un hombre con una vida monótona pero agradable, como él, no se imaginaba lo que le esperaba en unos instantes.

Una chica joven, con su llamativa bicicleta, tropezó con un banco de aquel parque. Antonio, preocupado, fue velozmente a socorrerla y, al ver su rostro, no deseó nada más desde aquel momento. Era de repente, lo que más necesitaba y sin quererlo, Antonio, se había enamorado perdidamente de ella.

 VERSIÓN SÉPTIMA (original de Pooja):

 ➡ Era un viernes muy tranquilo, muy normal, otro más. Necesitaba salir fuera, necesitaba relajarme. Pero nunca tuve la idea de que, al salir fuera, perdería la cosa que más he estado amando, que es escribir, escribir y escribir y conseguiría el amor de mi vida, a mi amada.

Día Mundial de la Poesía

Durante la trigésima reunión de la UNESCO, celebrada en París en 1999, se adoptó la decisión de proclamar el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía. Sin duda, la elección de la fecha no es aleatoria ni gratuita, ya que, astronómicamente, el equinoccio que da inicio a la primavera se sitúa entre el 20 y el 21 de marzo. La naturaleza, a través de su indisimulada exuberancia, dicta que este es su mes; y el inconsciente humano, a menudo tan sabio, dicta que esta es la estación del amor. Si tenemos en cuenta que el amor es, por antonomasia, el sentimiento humano y que, en literatura, es el género lírico el que le sirve de vehículo expresivo, a poco, por ese camino, llegamos a la poesía.

Queridos alumnos, os invito a que traigáis a este foro un verso, una estrofa o un pequeño poema con el que sumarnos todos a esta conmemoración tan especial. Los versos pueden ser vuestros, si habéis cedido alguna vez a la necesidad de componer; o ajenos, si habéis leído u oído alguna vez versos que os hayan acariciado el alma, rasgado el corazón o movido el ánimo.

Bécquer escribió: «Poesía eres tú». Ven aquí, pues.

Cuatro líneas de nada de Nada

Nada es la narración en forma autobiográfica de la experiencia de Andrea (esa “chica rara“, en palabras de Carmen Martín Gaite), desde que llega, en octubre de 1939, a la extraña casa de su abuela materna en la calle Aribau, para estudiar en la universidad, hasta que, desencantada, abandona la ciudad cuando acaba el curso académico y se traslada a Madrid. En ese ambiente nada tiene que ver con lo que había imaginado. Su abuela vive abandonada a su suerte en medio de otros familiares de influencia mayor. Las relaciones entre estos y Andrea son tormentosas y desatan turbulentas pasiones, insospechadas por Andrea. Se trata de personajes excepcionales, únicos, de bajos instintos. Por ejemplo, su tío Román, que acabará suicidándose, es un hombre maniático y perturbador, interesado por la música y la pintura, que vive alejado de la familia y que se gana la vida gracias al contrabando (Andrea descubrirá que había sido amante de la madre de Ena, una compañera de curso, y también de la propia Ena). Su tía Angustias refugia sus frustraciones en la religiosidad y buscará en un convento el sustituto a sus fracasos, aunque su idiosincrasia no esté inspirada en la idea del cristianismo. Andrea, pues, choca frontalmente con este ambiente, sufre penalidades y descubre el lado miserable de la vida mientras su tía, la vigila para aislarla del infierno de inmoralidad que ella cree que es esta ciudad. Cuando se libre, navegará a la deriva entre su vida universitaria y la residencia con sus familiares.

Nada es una obra que pone de manifiesto la sordidez moral de la burguesía después del trauma de la guerra civil en un ambiente gris de una sociedad en descomposición. Barcelona sirve de marco y en ella la protagonista, en medio del egoísmo y del odio, ve reducirse a nada sus vivencias, pero queda, como una exposición, la fotografía de un período histórico.

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A Andrea le aguarda, en el domicilio de la calle Aribau, una grotesca corte de los milagros integrada por su abuela, su tía Angustias y el explosivo triángulo que forman sus tíos Román y Juan y la mujer de éste, Gloria, cuya vida es “como una novela de verdad”. Lejos de esas cuatro paredes en las que el aire que se respira tiene más ácido que oxígeno, Andrea busca la libertad de la calle y de la Universidad y la problemática complicidad de su amiga Ena —”me hizo sentirme todo lo que no era: rica y feliz”—. Con esta historia de iniciación que deriva en tragedia, Carmen Laforet, de 23 años, ganó en 1944 la primera edición del Premio Nadal. Pese a que en los años siguientes publicó novelas como La isla y los demonios (1952) o La mujer nueva (1955), Laforet ha pasado a la historia como la autora de Nada, una obra que, con La familia de Pascual Duarte, publicada por Camilo josé Cela en 1942, juega en los manuales el tópico y milagroso papel de reanimadora de la narrativa española de la primera posguerra, aquel tiempo en que la mitad de los escritores en ejercicio hasta 1936 estaban en silencio, en el exilio o en la tumba.

“¡Cuántos días sin importancia! Los días sin importancia que habían transcurrido desde mi llegada me pesaban encima, cuando arrastraba los pies al volver de la Universidad. Me pesaban como una cuadrada piedra gris en el cerebro”. De esos días trata esta novela, más existencial que social, en la que la reciente derrota de una ciudad y de una familia es un paisaje mudo cuya realidad directa se oculta, pero de la que, eso sí, se revelan las consecuencias más crudas. Con un estilo espontáneo, Carmen Laforet, consiguió escribir una novela viva, urbana y contemporánea.

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ENLACES INTERESANTES:

Nada, en Edu365.

Nada, en Materiales de Lengua y Literatura.

Comentario de la “Rima XV”

Cendal flotante de leve bruma,
rizada cinta de blanca espuma,
rumor sonoro
de arpa de oro,
beso del aura, onda de luz,
eso eres tú.

Tú, sombra aérea, que cuantas veces
voy a tocarte te desvaneces.
Como la llama, como el sonido,
como la niebla, como el gemido
del lago azul.

En mar sin playas onda sonante,
en el vacío cometa errante,
largo lamento
del ronco viento,
ansia perpetua de algo mejor,
eso soy yo.

¡Yo, que a tus ojos en mi agonía
los ojos vuelvo de noche y día;
yo, que incansable corro y demente
tras una sombra, tras la hija ardiente
de una visión!

LOCALIZACIÓN. Las Rimas de Béquer (1836 – 1870) son composiciones breves, de rima asonante y con rica variedad métrica, que suelen dividirse en cuatro series temáticas: la primera (rimas I a IX) se caracteriza por tratar el tema de la poesía y sus fundamentos, en relación con el amor y los sentimientos, sobre todo los vinculados a la figura femenina; la segunda (rimas X a XXIX), a la que pertenece la rima que es objeto del presente comentario, contiene los versos de tema amatorio, de tono en general afirmativo y luminoso; en la tercera (rimas XXX a LIV) el tono se vuelve más acre y desencantado y aparece el tema de la pérdida del amor; la cuarta (rimas LV a LXXXIV) está teñida de desesperada angustia y un hondo sentido de la soledad.

ESTRUCTURA INTERNA. El poema se estructura en dos apartados, coincidentes con las dos estrofas iniciales y las dos finales.

El primer apartado corresponde a la caracterización del al que se dirige el poeta y que resulta intocable e inaprensisble. Pueden distinguirse, a su vez, dos subapartados coincidentes con cada una de las dos estrofas: en la primera, se produce una identificación del con diversos elementos de la naturaleza; en la segunda, se desarrollan características del comparándolas también con elementos naturales.

El segundo apartado comprende la caracterización del yo en oposición al , al que no logra aprehender. Como en el caso anterior, también se distinguen dos subapartados delimitados estróficamente: en la tercera estrofa existe una identificación del yo con diversos elementos naturales, pero esta vez dinámicos, en movimiento; en la estrofa final, se desarrollan las características del yo, nuevamente con elementos de la naturaleza.

ESTRUCTURA EXTERNA. Por lo dicho en el apartado anterior, queda clara la íntima relación entre estructura externa e interna. Efectivamente, el texto se divide métricamente en cuatro estrofas. Las impares, que caracterizan al y al yo, respectivamente, constan de seis versos con igual distribución de decasílabos y pentasílabos; las pares, que son su desarrollo, constan de cinco versos, también con idéntica distribución entre sí de arte mayor y menor. La rima, como la versificación, repite el mismo esquema en estos dos grupos , aunque variando las terminaciones en cada estrofa. Resumiendo, se trata de una sucesión de pareados consonánticos, salvo en los finales estróficos, que son asonánticos. Por otro lado, este equilibrio métrico se corona al conseguir que los versos finales de las estrofas de cinco versos no queden sueltos sino que enlacen su rima con la última de la estrofa anterior, con lo cual se logran cerrar métricamente las estrofas del y del yo. Todo este meditado equilibrio rítmico logra producir una sensación de harmonía por su perfecto entramado paralelístico. El Romanticismo, tan inclinado a la polimetría, tiene en este poema un excelso exponente.

RESUMEN DEL CONTENIDO. El yo poético no logra alcanzar a un evanescente, intangible.

TEMA. Incomunicación amorosa.

FORMA DE ELOCUCIÓN. Se trata de una descripción antagónica mediante imágenes visuales, sonoras y de movimiento.

ANÁLISIS DEL CONTENIDO Y LA EXPRESIÓN. Hay dos palabras clave: los pronombres personales y yo, los cuales se ponen de relieve mediante la rima asonante que cierra ambos grupos estróficos y mediante la anadiplosis. Más allá de la métrica, el paralelismo (nueva figura de repetición) es la base rítimca de la composición: se da entre estrofas e, internamente, dentro de cada estrofa, con frecuencia introducido por anáforas. Básica es también la presencia de tropos: metáforas y comparaciones: es mediante un proceso metafórico como se identifica al con elementos naturales que tienen la idea común de intangibilidad, de evanescencia…, y es mediante comparaciones anafóricas como se logra insistir en el comcepto de impotencia por parte del yo de aprehender el . En cuanto al yo, las metáforas evidencian la idea de falta de norte, de ahí la incomunicación. No obstante, en la última estrofa, el yo realiza una serie de acciones para romper tal incomunicación: mira a los ojos de la amada de noche y de día, corre incansable tras su sombra (nótese cómo ella ha sido caracterizada anteriormente como sombra aérea). Los adjetivos incansable y demente nos muestran cómo es esta persecución del ser amado que, al final, no puede lograrse: la sombra detrás de la que corre el poeta se afirma definitivamente como la hija ardiente de una visión.

CONCLUSIÓN. En esta rima, Bécquer nos comunica una experiencia íntima: la falta de comunicación entre dos seres. Para ello se muestra como un gran artífice de la forma. Continúa la corriente romántica de la polimetría, combinando arte mayor y menor y asonancia y consonancia en una entramado estrófico perfectamente equilibrado. Tanto el tú como el yo poético son románticos hasta la medula: Bécquer funde a la mujer en la naturaleza y la caracteriza con rasgos muy leves, con tenues impresiones que se desvanecerán hasta quedar en una sombra aérea. El poeta, por su parte, sin norte, sin orientación, persigue infructuosamente a esa sombra como si se tratase de una visión.

Comentario basado en ONIEVA, J. Luis: Comentario de textos literarios, ed. Playor, M-96(2)