Newton:  “Si he visto muy lejos es porque estoy sentado sobre hombros de gigantes”

LA CURIOSIDAD

Dime quién eres tú,

señorita juguetona de espíritu libre.

Hija del aburrimiento,

enemiga feroz de la rutina.

Dime quién eres tú señorita de ojos ardientes

y avispados.

Capaz has sido de vencer al ignorante,

de derrotar al cerebro mecánico…

Dime quién eres tú, señorita ambiciosa,

devoradora de libros, inquieta y nerviosa.

Dime porqué a pocos les acompañas en su camino.

Dime porqué amante te tornas de los genios.

Dime porqué esclava de un hechizo me has nombrado,

dime porqué las preguntas nunca me han abandonado.

Dime, dime porqué todo para mí

merece ser descubierto.

Dime porqué me castigas a emprender el viaje

con los ojos bien abiertos.

Dime quién eres tú,

señorita de espíritu libre,

madre de soñadores, hija del aburrimiento,

enemiga feroz de la rutina.

Dime porqué contra más ignorante quiero ser,

más crece tu poder…

En este poema he querido hablar de aquello que más me caracteriza. Y eso es la curiosidad. Vivo obsesionada con encontrar respuestas a preguntas que quizás nunca podrán ser resueltas. Mi cerebro nunca tiene suficiente. Está obsesionado con el hecho de saber y aprender cada vez más. A veces siento como si algo me hiciera levantarme de la silla de un solo salto. Tengo la necesidad de descubrir. 

Una vez leí que aquella persona que vive en una ambición hambrienta de saber, nunca podrá ser feliz. Leí que el ignorante es la persona más feliz del mundo porque no se cuestiona nada. 

Leer esto  me hizo reflexionar. Fue entonces cuando llegué a la conclusión de que para mí eso no era cierto. Contra más aprendo, más feliz soy. Me da igual si esto me condena a vivir en una ambición eterna.

Y como dijo un gran genio una vez: “limitar nuestra atención a las materias terrestres, sería limitar el espíritu humano”.

¡No quiero que la curiosidad me abandone! ¡Estoy orgullosa de ser su presa!

¡Ser curiosos! ¡No paréis nunca de haceros preguntas! ¡Eso es lo que nos hace humanos!