A pesar de que desde mi ventana no tengo unas magníficas vistas tampoco me puedo quejar porque entra mucha iluminación. Para calmarme, suelo sentarme en mi ventana ya que tengo un mini balcón y así lo puedo aprovechar.
Desde mi ventana lo primero que se ve al mirar de frente es ‘La Casa De La Cerámica’, ya no está en uso y se utiliza de almacén.
En la parte trasera de dicho edificio, se puede observar una fábrica de textil. Al lado de la fábrica se encuentra el campo de fútbol de Malgrat de Mar.
Al mirar a la derecha, puedo ver las vías del tren y la grandiosa playa donde, sobre la arena, se levanta una plaza. En este lugar suelen realizarse todas las fiestas del pueblo.
A la izquierda, tengo unos bloques de pisos bastante altos y una casa blanca.
Hoy, dos meses después, me he dado cuenta de que vivo en un sitio muy tranquilo. Gracias a esto, he podido reflexionar sobre muchas cosas, aunque he añorado mi antigua casa, y poder estar cerca de mis amigos.
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