Qué felices días, cuando jugaba libremente en el parque.
Hoy me siento como un prisionero, viendo la actualidad a través
de la televisión, para no tener que sufrir la epidemia global.
Veo los días pasar lentamente…
¿Cuándo terminará este mal sueño?
saraescamilla
¡Anda, no se te da mal la poesía, Jaume! Buen texto. Un saludo.