REDACCIÓ PREMIADA AL CONCURS DE RELAT BREU DE COCA-COLA
Autora: Andrea Melà Dalghi
2n d’ESO

Me llamo Positivo Montones, soy inventor. Vivo en un piso cerca del centro de Madrid.
Mucha gente me pregunta sobre mi profesión y se sorprende cuando les digo que soy inventor, pues dicen que mi aspecto físico no se asemeja al de uno de esos inventores con el pelo loco que hacen explotar cosas. No soy un inventor cualquiera. No invento robots que hagan cosas que yo ordeno ni platos que se limpian solos. Invento sonrisas; me gusta hacer cosas para que éstas hagan sonreír a personas, ya sean buenas o malas, me da igual, lo importante es que sonrían, que sean felices.
Os contaré una anécdota que me sucedió no hace mucho.
Era una mañana de miércoles, iba caminando por el barrio, haciendo lo de siempre: comprar el periódico, comprobar los sucesos semanales y buscar clases de guitarra rebajadas. Me dirigía a reciclar el periódico cuando al lado del contenedor me encontré un montón de cartones húmedos y podridos. Quise cogerlos para reciclarlos junto al periódico, me agaché y cogí uno , lo doblé y lo tiré.
-¿Qué haces?- una voz detrás de mi me sorprendió. Me di la vuelta.
-Yo…Estaba reciclando los cartones….- dije, no muy seguro de la posible reacción del hombre.
– Deja eso. ¡Es mi casa!
-No lo sabía… lo siento. – dije con la cabeza agachada-.
-Me llamo Quico. Bienvenido a mi casa.- No sonrió.
-Soy Positivo Montones.- Le alargué la mano. –Emcantado-.
Quico no aceptó mi saludo. Se tumbó en esos repugnantes cartones y me miró.
-¿A qué te dedicas?
-Soy inventor
-y ¿Qué inventas?
-Sonrisas.
-¿Sonrisas?
-Ahá.
-Y ¿Cómo lo haces?
-Busco o hago cosas para conseguir que la gente sonría.
-Ah. Interesante.
-¿Quiere que le saque una sonrisa?
-No lo vas a conseguir amigo. Llevo veinte años en la calle, la gente no se queda a hablar con un ser tan repugnante como yo; la sociedad no entiende que los indigentes también somos humanos. Quizás la vida nos ha tratado mal, y por eso estamos como estamos. Puede que tú, mañana, estés igual o peor que yo.- Me dio la espalda y se cubrió con otro cartón. – Encantado señor Montones.
-Igualmente Quico.

Aquel hombre me sorprendió de tal manera que me fui a mi casa, me senté en el estudio y empecé a crear planes para conseguir que Quico el indigente, sacara una sonrisa.
-Lo único que le haría feliz y por lo que le sacaría una sonrisa sería….- y me quedé pensado unos segundos, luego, unos minutos, hasta quedarme dormido sentado en mi escritorio. Horas más tarde, me desperté de golpe. – ¡Lo tengo! ¡Quico necesita compañía!
Me acosté, esta vez en la cama. Soñé con Quico y en cómo podría ser su sonrisa.
A la mañana siguiente, fui de nuevo al contenedor. Allí estaba él.
-Quico, he estado toda la noche pensando en cómo podrías sonreír, y te haré compañía, es lo único que necesitas!
No contestó, ni se movió.
-¿Quico?- Me acerqué a él.-¿Quico? – Estaba asustado.
Lo cogí del hombro y le puse frente a mí. Le tomé el pulso, estaba helado y no, no respiraba. Supuse que hacía horas que estaba así, muerto. Le quité el cartón con el que se cubría para dormir. Encontré un hoja de papel arrugada. Mi nombre estaba escrito en él. Decía:
“Querido Positivo:
Vaya nombre, espero que no te moleste que te diga que no sé en qué estaría pensando tu madre cuando t e puso el nombre. Sé que pronto llegará mi hora de partir, y quiero que sepas que nada es imposible, solo tienes que intentarlo. Eres listo, sabías que necesitaba compañía, y por esto estás leyendo ahora esta carta. Llegarás lejos como inventor de sonrisas.
Permíteme que te adjunte en esta carta una foto que conseguí ayer. Pedí amablemente a una jovencita si me podía hacer una foto sonriendo. Aceptó, y me la regaló. Espero que seas feliz y que, repitiéndome, llegues lejos.
Tu amigo, Quico el indigente”.

Lo conseguí. Quico sacó una sonrisa para mí, y yo, leyendo la carta del gran Quico, sonreí.

Me llamo Positivo Montones, soy un inventor modernizado, tengo un correo electrónico, por fin, en honor a Quico. Si quieres una sonrisa, mándame un correo a:
positivo@nadaesimposuble.com

ANDREA MELÀ DALGHI
2N ESO