Vivimos en la era de la tecnología y la información. Para estar al corriente de qué pasa en el mundo, tan solo se ha de disponer de un televisor, una radio o un ordenador…, de algún instrumento u objeto que tenga como fin el de proporcionarnos información. Pero para mantener esta avanzada sociedad en la que, si ahora pasa algo, puden saberlo en, por ejemplo Japón, incluso segundos después, se ha de soportar el precio a pagar, que en este caso es la publicidad. Publicidad que se ha convertido en publicidad masiva que influye en nuestras vidas de una manera que no podemos llegar a imaginar, llegando a convertirnos en partícipes de una sociedad de consumo y creando en nosotros falsas necesidades que nos inducen a comprar desproporcionadamente y sin un criterio que sirva para mantenernos econòmicamente estables. La personalidad de cada uno de nosotros influye de diferente manera a la hora de consumir.
Reflexió personal (Rubén Subirón)
Leave a reply