Quien tanto y tan bien escribió, nos dejó dicho que «Uno llega a ser grande por lo que lee y no por lo que escribe». Se acaban de cumplir treinta años del fallecimiento de Jorge Luis Borges y quiero regalaros esta cita suya que nos habla, desde la poesía del amor y no desde el amor a la ciencia (aunque también), de la teoría de la relatividad: «Estar contigo o no es la medida de mi tiempo»
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100 años de que empezase la historia (casi) de su vida
«Pensándolo bien, lo primero que hay que tener en cuenta es que con la misma facilidad con que nací, pude no haber nacido. Así, como suena, no haber nacido. Creo que esa fue una posibilidad con muchas posibilidades de que ocurriera. Pero se equivocaron y a cierta hora del día 15 de marzo de 1916 salí afuera… y aquí estoy».
Haikus
En esta entrada, transcribo algunos de los haikus (o haikús) compuestos por los alumnos de 3.º de ESO. Además de deleitaros con su lectura, podéis ejercitar vuestro conocimiento de esta manifestación de la lírica japonesa tradicional comprobando la métrica heptasilábica de los tres versos, la presencia o ausencia de kigos…
- Buscando la luz / cerca del horizonte / descubriste el sol. Celeste Cañete.
- En esta playa / de arena color miel, / puedo ver tu tez. Laura Fernández.
- En el cielo oscuro, / entre tantas estrellas, / me mira la luna. Anna Fernández.
- De no estar tú, / demasiado enorme / sería esta cama. Karan Pal. (variante sobre un original de Kobayashi Issa)
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Soledad amada, / duerme en mi interior, / dame tu calor. Carlos Poza
- ¿Y si el alba / se apaga cuando / ya anochece? M.ª José Escot
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¿Es el viento / o es este caracol / y el tiempo? David Iniesta
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Las amapolas / que viven en mí solo / son tus recuerdos. David Iniesta
Centenario rubeniano
Hoy se conmemora el centenario del fallecimiento del poeta nicaragüense Félix Rubén García Sarmiento, afamado para la posteridad literaria como Rubén Darío y también como Príncipe de las letras castellanas.
De la musique avant toute chose, ‘ante todo, la música’, tal es el lema que inspira la dilatada obra rubeniana. Y, si tenemos en cuenta que la primordial diferencia entre prosa y verso reside en el menor o mayor ritmo del lenguaje, respectivamente, habremos de concluir que la polifónica sonoridad de los versos de este Príncipe revolucionaron la métrica castellana y contribuyeron definitivamente a su potencial musicalidad.
A continuación, podéis leer la famosa “Sonatina”, escrita en 1895, y dejaros llevar por la sonora harmonía de sus rítmicos versos:
SONATINA
La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave de oro;
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa acaso en el príncipe del Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real,
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida. La princesa está triste.)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
«Calla, calla, princesa, —dice el hada madrina—
en caballo con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte ,
a encenderte los labios con su beso de amor».
Feliz día de Reyes
El camello, por Jnj ©
El camello se pinchó
con un cardo del camino
y el mecánico Melchor
le dio vino.
Baltasar fue a repostar
más allá del quinto pino
e intranquilo el gran Melchor
consultaba su “Longinos”‘.
¡No llegamos, no llegamos,
y el “Santo Parto” ha venido!
Son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido.
El camello cojeando
más medio muerto que vivo
va espeluchando su felpa
entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
– Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.
A la entrada de Belén
al camello le dio hipo.
¡Ay qué tristeza tan grande
en su belfo y en su tipo!
Se iba cayendo la mirra
a lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba,
ya cantaban pajarillos,
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.
No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes
cabizbajos y afligidos,
mientras el camello echado
le hace cosquillas al Niño.
Gloria Fuertes publicó este poema en 1954. Este año conmemoramos el centenario de su natalicio.
Estrella Cervantes: nuestra cultura, ya en las estrellas
Que Cervantes es luciente estrella literaria es sabido de todos; que Cervantes es, además, fulgente estrella sideral puede ser sabido ya, a partir de ahora.
La propuesta ‘Estrella Cervantes’, la cual os invitaba a impulsar en un artículo anterior, competía con otras seis opciones de diversos países (Portugal, Italia, Colombia y Japón) para renombrar el sistema planetario μ Arae, situado a 49,8 años luz de distancia en la constelación Ara. Desde el 12 de agosto y hasta el 31 de octubre estuvieron abiertas las votaciones a través de internet, para todo el mundo y con la única limitación de un voto por dispositivo (ordenador, teléfono, tableta…), salvo excepciones debidamente justificadas.
El resultado, hecho público ayer por la Unión Astronómica Internacional, no deja lugar a dudas: la propuesta ha conseguido 38.503 votos, un 69% del total de los registrados para este sistema planetario. Ha sido, además, la propuesta que ha registrado más votos válidos entre las más de 200 propuestas del conjunto del concurso. Desde ahora, por tanto, los nombres de Cervantes, Quijote, Rocinante, Sancho y Dulcinea pueden usarse en paralelo a la nomenclatura científica ya existente.
El concurso NameExoWorlds de la Unión Astronómica Internacional (IAU) —a autoridad responsable para asignar nombres oficiales a los objetos celestes— ha supuesto la primera ocasión en la que el público en general ha podido participar en la elección de los nombres para estrellas y exoplanetas. Y las cifras hablan por sí mismas: se podía elegir entre un total de 274 nombres propuestos por organizaciones astronómicas de 45 países, y se han recibido más de medio millón de votos (573.242 exactamente), procedentes de 182 países. España ha sido el tercer país en porcentaje de participación, solo por detrás de la India y de Estados Unidos.
Javier Gorgas, presidente de la Sociedad Española de Astronomía, destacaba, tras conocer la noticia, que “divulgadores y profesionales de la astronomía, medios de comunicación, humanistas y amantes de la literatura hemos trabajado juntos con un único fin: poner a Cervantes y a sus personajes en el lugar que les correspondía entre las estrellas. Don Quijote y sus compañeros nos han ayudado a proclamar que existen muchos más mundos en el universo, y por el camino hemos reivindicado que la ciencia juega un papel central en la cultura y hemos constatado una vez más la pasión del público en general por la astronomía”.
Benjamín Montesinos, punto de contacto en España de la IAU para Divulgación de la Astronomía, expresaba así su alegría por el resultado: “Ha sido todo un placer y un honor para un astrónomo manchego como yo haber podido contribuir a poner a Cervantes y sus personajes en el cielo. Cuando releamos el Quijote, podremos imaginar a Clavileño volando y acercándose a la estrella Cervantes y a los planetas Dulcinea, Quijote, Rocinante y Sancho. Un lujo.”
La noticia del nombre de Cervantes para una estrella —propuesta que se debe al Planetario de Pamplona y la Sociedad Española de Astronomía, con el apoyo del Instituto Cervantes— llega a punto de iniciarse el Año Cervantino 2016, en conmemoración del cuadringentésimo aniversario de la muerte del escritor. En este contexto, se están preparando diversas actividades de divulgación sobre la estrella Cervantes y la detección de exoplanetas, que previsiblemente incluirán varias conferencias y la producción de una película para planetarios.
Estrella Cervantes: llevar nuestra cultura a las estrellas

- Esta es la pantalla informativa del planeta y de las opciones de voto:
- Desplazarse con el cursor hacia abajo en la página hasta encontrar el voto para Cervantes y los personajes quijotescos. Clicar en el recuadro naranja del margen izquierdo:
- Aunque pueda parecerlo, aún no has votado. Es posible que visualices lo siguiente:
- Asciende en la página con el cursor hasta encontrar el control antispam. Señala que no eres un robot en la casilla correspondiente y envía tu voto clicando el botón verde.
… «Y dejó de escribir» (versiones de un microrrelato)
Una belleza que nadie podrá palpar
VERSIÓN PRIMERA (original de Liana):
➡ Érase un escritor de literatura fantástica cuyo objetivo era demostrar y explicar la belleza intangible.
Éste, un día lluvioso, vio la luz, y no es que saliera el sol, ni que se preparara el escritor para ir con Dios, sino que la vio a ella, tan bella y reluciente cual ángel bajando del cielo. Tanta fue la admiración por la muchacha, que se enamoró de ella, pero no por su belleza externa, sino por la interna, esa belleza intangible que la hacía especial, única…
El escritor, enamorado, dejó de escribir aventuras fantásticas pues, a su lado, tenía a la mayor de todas, y gracias a ella no le hacía falta viajar muy lejos para vivir fantasías.
VERSIONES SEGUNDA Y TERCERA (originales de Tania):
➡ Dejó de escribir fantasía cuando su mente sólo podía imaginarla a ella.
➡ Para qué imaginar mundos nuevos, si este es perfecto junto a ella.
VERSIÓN CUARTA (original de Laia):
➡ ¿Por qué? Porque, al verte, supe que eras tú mi única razón. Ya no hace falta imaginarte, porque te tengo. Te miro, te huelo, te siento… Eres mía. Qué loco seria imaginar otro mundo sin tus caricias, sin tus besos, sin tus susurros. Insólito sería imaginar algo más perfecto que un mundo sin ti, si eres tú un mundo perfecto para mí.
VERSIÓN QUINTA (original de Khadija):
➡ Leía en el periódico: “El famoso escritor de fantasía Castle deja de escribir”. Cerré los ojos e imaginé que no podía ser por otra cosa que no fuese que su afición le llevara a fantasear un mundo sin ella.
VERSIÓN SEXTA (original de Matías):
➡ Era el primer atardecer de agosto y Antonio, como cada día, fue a dar un paseo por el parque que más cerca estaba de su casa, aprovechando el viaje para comprar el periódico deportivo que a su padre le gustaba leer por las noches. Un hombre con una vida monótona pero agradable, como él, no se imaginaba lo que le esperaba en unos instantes.
Una chica joven, con su llamativa bicicleta, tropezó con un banco de aquel parque. Antonio, preocupado, fue velozmente a socorrerla y, al ver su rostro, no deseó nada más desde aquel momento. Era de repente, lo que más necesitaba y sin quererlo, Antonio, se había enamorado perdidamente de ella.
VERSIÓN SÉPTIMA (original de Pooja):
➡ Era un viernes muy tranquilo, muy normal, otro más. Necesitaba salir fuera, necesitaba relajarme. Pero nunca tuve la idea de que, al salir fuera, perdería la cosa que más he estado amando, que es escribir, escribir y escribir y conseguiría el amor de mi vida, a mi amada.
Rosalía
Si habéis navegado hoy por la red, posiblemente habréis visto que, en su página del buscador, Google dedica un homenaje, en forma de doodle, a la gran autora de las letras hispánicas Rosalía de Castro, quien nació en Santiago de Compostela un 24 de febrero como hoy, allá en 1837.
Tanto para aquellos que aún no la conozcáis como para aquellos que ya habéis leído alguna de sus composiciónes, he aquí unos conocidísimos —a la par que hermosos— versos suyos:
A través del follaje perenne
que oír deja rumores extraños,
y entre un mar de ondulante verdura,
amorosa mansión de los pájaros,
desde mis ventanas veo
el templo que quise tanto.
El templo que tanto quise…
Pues no sé decir ya si le quiero,
que en el rudo vaivén que sin tregua
se agitan mis pensamientos,
dudo si el rencor adusto
vive unido al amor en mi pecho.
Centenario de “Platero (y yo)”
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas… Lo llamo dulcemente: “¿Platero?”, y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal…
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel…
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña…; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra… Cuando paseo sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
– Tien’ asero…
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.