Category Archives: LITERATURA

Machado, «in memoriam»

«Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar:
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…” ».

He aquí tres versos de Serrat, tan íntimamente ligados, en Cantares, a otros dos versos proverbiales de Antonio Machado, que diríanse todos propiamente machadianos.

Hoy, 22 de febrero de 2019, se conmemora el octogésimo aniversario del fallecimiento de este gran, enorme, poeta español. Son ochenta años que han pasado y se nos han quedado, pese a que él nunca persiguió la gloria ni dejar en la memoria de los hombres su canción. Son ochenta años que han pasado y se nos han quedado, acaso porque sí, acaso porque resulta ser cierto que todo pasa y todo queda, sobre todo donde los bosques se visten de espino.

Ni una más

Lo había conocido una tibia tarde de otoño, a la hora mágica en que el sol doraba, malheridas en los árboles o muertas en las aceras, las hojas caducas de los plataneros del vecindario. Se enamoró enseguida de sus ojos de hombre y su boca de hombre, de sus pies de hombre y sus manos de hombre. Luego vendrían la mirada y los susurros, el andar y las caricias, y ese cuidado exquisito que él iba a poner en todo lo que fuese destinado a ella.

Siete otoños habían acontecido desde entonces. Y siete inviernos, siete primaveras y seis veranos. Y algunas discusiones. Y algunas manos alzadas también. Resultaba difícil ahora saber en qué estación de qué año se alzó la primera antes de caer con violencia y lacerar su rostro asustado. «Con lo que yo te quiero», dijo aquella primera vez y las que la sucedieron.

«Con lo que yo te quiero», le había oído decir también ahora, mientras notaba cómo le faltaba el aire, cómo se comprimían sus carótidas y se aplastaba su tráquea bajo la presión animal de aquellas manos, las mismas de las que ella se había enamorado una vez, durante cierto otoño de hojas muertas en las aceras.

Hojas muertas, de Gonzalo Montesierra

Día Mundial del Teatro

 Es posible que el Día Mundial del Teatro no resista la comparación con el siempre cercano DÍa Mundial de la Poesía. Aun así, si nos dejamos tentar…, o ni siquiera, si vamos a buscarlo, el teatro no nos defraudará. Nunca lo hace. Podemos leerlo de forma silente, como solemos hacer con la narración o la lírica; podemos leerlo o dejar que se nos lea de forma dramatizada y situarlo ya a medio camino entre su esencia y su función —nosotros venimos de hacerlo en las clases de 4.º de ESO con los Tres sombreros de copa—; o, finalmente, podemos representarlo o asistir a su representación.

Literatura, en primera instancia, e interpretación, dirección, escenografía…, ulteriormente, el arte dramático tiene mucho de espejo en que mirarnos y aprender. Y hoy es un buen día para hacerlo. Tan bueno como otro cualquiera, aunque más señalado; de ahí que yo lo esté diciendo ahora.

Espero que disfrutéis del corte teatral que os he seleccionado en el encabezamiento de esta entrada. Se trata de una representación con mucho sentido del humor al alimón entre Tricicle y Les Luthiers, dos de las compañías que llevan toda la vida haciéndome reír inteligentemente.

«Oh, qué hermoso día habrá sido».

Cien años y un día rubenianos

Momento en que Dionisio entrega a don Sacramento uno de los conejos muertos envuelto en papel, poco después de que este haya parodiado los versos rubenianos.

Tal día como hoy del año pasado se conmemoraba el centenario del fallecimiento del poeta nicaragüense Ruben Darío. Ciento un años acaso no sea un número demasiado redondo como para andar tirando de efeméride; no obstante, durante estos días en las clases de poesía de 4.º de ESO hemos andado a vueltas con los ritmos métricos de la princesa triste y pálida de la boca de fresa. Y no solo ello, sino que estas clases de métrica han tomado el testigo de las tres clases de lectura en que hemos dramatizado esos Tres sombreros de copa en que don Sacramento irrumpe en escena parodiando, sin pretenderlo, a su querida hija Margarita a través de la caricatura de esta princesa suspirante.

Feliz 2017

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Así como el año 2016 fue declarado por las Naciones Unidas como Año Internacional de las Legumbres, el 2017 ha sido declarado Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo. Sin duda, siendo como somos lloretenses, oiremos hablar de todo ello; sin embargo, desde el punto de vista de la lengua y la literatura castellanas, encontraremos otros referentes.

El final de 2016 nos deja algo huérfanos con el cierre del año Cervantes. No obstante, durante este 2017, próximo a comenzar, recordaremos a otros autores de las letras españolas, al conmemorarse el centenario de su nacimiento; Gloria Fuertes, por ejemplo, poetisa por la que siento una doble debilidad: la del hombre de letras adulto y la del niño que fui; o José Luis Sampedro, autor de una de las novelas que he leído con mayor deleite: La vieja sirena. Si nos remontamos cien años más, hasta 1817, encontraremos a dos autores de los que acabamos de aprender algo en las clases de 4.º de ESO: José Zorrilla y Ramón de Campoamor nacieron ese año.

Pero, seguramente, si va a haber un nombre propio literario con el que identificar 2017, este será el del poeta oriolano Miguel Hernández, de cuya infausta muerte, celebraremos el septuagésimo quinto aniversario. La Comisión de Cultura del Congreso acaba de aprobar, por unanimidad, la propuesta del grupo parlamentario Compromís de declarar 2017 Año Miguel Hernández

Ojalá, con la suma de todo ello, el 2017 nos sea, en efecto, un año feliz.

Clausura del año de Cervantes y Shakespeare

clausura-del-ano-de-cervantes-y-shakespeareAún le quedan unos cuantos días a este año del cuadringentésimo aniversario del óbito de quienes son los dos mayores monstruos en la historia de la literatura universal: Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Monstruos, sí, pues tal adjetivo no solo desarrolla un sentido positivo en la jerga informal juvenil; desde siempre —y así lo recoge el DRAE en una sexta acepción— ha sido un calificativo con que dar cuenta de aquella «persona que en cualquier actividad excede en mucho las cualidades y aptitudes comunes».

Cierto. Como digo, aún quedan unos cuantos días para cambiar de año; sin embargo,  vamos a aprovechar que Darío Villanueva, director de la RAE, clausuró ya ayer este cuarto centenario en la Universidad de Alicante para despedirlo nosotros también. Aun así, las imágenes cervantinas —quijotescas, en su mayoría, como se ve en la fotografía inferior— y shakespearianas que adornan algunos de los ventanales de nuestro instituto seguirán acompañándonos, si nada lo impide, hasta final de curso.

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Roald Dahl 100

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Roald Dahl junto a Walt Disney, quien adaptó “Los Gremlins”, publicado en 1943.

Tal día como hoy, en 1990, murió Roald Dahl. Es posible que su nombre no os resulte conocido o que os suene vagamente; pero seguro que si citamos dos de los títulos que conforman su producción literaria, ya os sonará más: Charlie y la fábrica de chocolate Matilda, novelas ambas que, además cuentan con adaptaciones cinematográficas.

Si hiciésemos la prueba con los mayores, por ejemplo con la generación de vuestros padres, seguramente sucedería lo mismo: los títulos les resultarían más fácilmente reconocibles que el nombre de su autor. Aunque ahora cabría añadir dos títulos más: Historias extraordinarias y Los Gremlins. De esta última, también el cine ha dado cuenta, aunque no fiel, sino como motivo de inspiración: primero, en The Twilight Zone, y luego, en la taquillera Gremlins, de Steven Spielberg y Joe Dante.

Por último, si fuésemos a buscar la generación de nuestros abuelos, la mención que deberíamos hacer inexcusablemente es a la serie de televisión Alfred Hitchcock presenta…, pues muchos de sus relatos fueron adaptados en numerosos guiones de los capítulos de esta célebre serie.

En fin, hoy no he querido dejar de mencionaros la efeméride de los veintiséis años del fallecimiento de Roald Dahl; en especial, porque, además, 2016 está siendo el centenario del nacimiento de este novelista.

Los días que no se vivieron hace 434 años

Los días que no se vivieron hace 434 años

Hace cuatrocientos treinta y cuatro años, las buenas gentes que dormían, comían y amaban donde ahora nosotros dormimos, comemos y amamos no pudieron vivir el día de hoy. De hecho,  aquellas buenas gentes no pudieron vivir diez de los treinta y un días de que dispone el mes de octubre. Dios y el rey les obligaron a que los perdiesen. Aunque, en cierto modo, acaso pudiéramos decir que consiguieron lo que no han conseguido aún ni toda la ciencia acumulada ni toda la tecnología desarrollada por el hombre: viajar en el tiempo.

Para deshacer el carácter enigmático de cuanto se dice en el párrafo anterior, ¿sabrías responder a las siguientes cuestiones?:

  • ¿Qué diez días fueron los que se perdieron?
  • ¿Por qué razón se perdieron?
  • ¿Tiene algo que ver con todos o algunos de los 29 de febrero de los años bisiestos?

Y, ya puestos…:

  • ¿Qué celebérrima escritora española, cuyo quingentésimo aniversario celebramos el año pasado, no pudo ser enterrada esos días?
  • ¿Qué relación guardan esos días con el hecho de que Cervantes y Shakespeare, cuyos cuadringentésimos aniversarios conmemoramos este año, muriesen el mismo día, pero no muriesen el mismo día?

Buero 100 Vallejo

Buero 100 Vallejo

Detalle del sillón X de la RAE

Esta mañana, azarosamente, comentaba la composición de los plenarios de la RAE, en una clase de bachillerato. Los alumnos, a las primeras de cambio, no parecían dispuestos a creerme cuando les explicaba que los miembros de la academia carecen de sueldo. De hecho, tampoco perciben remuneración salarial los homólogos catalanes, vascos o gallegos; sí, en cambio, los valencianos, los cuales cobran en torno a 60.000 € anuales sin que ni siquiera presten dedicación exclusiva —quien quiera pensar mal de la decisión de Zaplana en el 2.000, que lo haga y acertará—.

Dispuestos a ensanchar su incredulidad, algunos de los bachilleres también eran algo reticentes a creerme cuando les explicaba que los académicos, cuales caballeros artúricos dispuestos en torno a una mesa redonda, hacen descansar sus posaderas en sillones alfabéticos. Cuarenta y seis son los académicos y cuarenta y seis, los sillones que van de la A a la Z, mayúsculas y minúsculas, con algunas excepciones.

Al intentar ejemplificar cómo un sillón puede quedar vacante y ser ocupado nuevamente por otro académico, he jugado un tanto con la ambigüedad al hablar del académico x, el cual se dejaba interpretar o bien como “un académico cualquiera que sirve de ejemplo” o bien como “el académico que ocupa el sillón X”. Hoy se conmemora el centenario del nacimiento de Antonio Buero Vallejo (1916-2000), figura capital de la dramaturgia contemporánea en lengua castellana. Pero esta mañana, durante la clase de bachillerato, no sabía, como ahora sé, que el sillón X de la academia fue merecidamente ocupado, desde 1972 hasta 2000, por este insigne literato.