En primer lugar, he notado una gran diferencia entre mi caso en comparación al resto de adolescentes; sobre mi reacción ante el confinamiento. Como todos en mi entorno, al comienzo mi media de horas diarias con el móvil aumentó, algo que, en cierta medida, no me parece un dato por el que preocuparme.

Sin embargo, al mirar por curiosidad, cuántas horas pasaba con el dispositivo y en qué aplicaciones había malgastado más tiempo, con una extensión que tiene el mismo, mi opinión cambió. Por poner un ejemplo, no dudé ni un segundo en desactivar mi cuenta personal en la aplicación Instagram al ver que señalaba una media de siete horas diarias en ella (mi media, hasta el momento, rondaba las cuatro horas). El haber casi duplicado la cifra me hizo comprender que el confinamiento no significaba una excusa para desperdiciar mi tiempo. En ese sentido, después de este acto podría definir mis días con una palabra, tranquilidad. No sé cuál fue el motivo, pero el hecho de no estar preocupada por qué estaría pasando en la vida de los demás, ni quién estaba preocupado en mi vida, me hizo sentir mucha calma.

A continuación, pude dedicar mi tiempo libre, que no era escaso, a actividades que realmente me aportaran buenas sensaciones, como por ejemplo leer, dibujar y sobre todo escribir, las cuales me ayudaban a sentirme conectada conmigo misma. 

En relación a mi familia, haber desconectado de la tecnología me ha ayudado a conexionar con ellos. Así, he podido pasar más tiempo a su lado compartiendo algo tan simple como un café, lo que antes hacía sin compañía y en mi habitación mientras revisaba, una vez más, mis redes sociales. 

En conclusión, como hemos visto, una acción tan simple como darle a la pestaña de “desactivar” me está ayudando a pasar un confinamiento de lo más entretenido. Incluso puedo estar un poco aislada del mundo, idea que en su momento me asustó un poco, debido a que tenía miedo de sentirme sola. Aunque no estoy del todo en soledad ya que mantengo una red social muy básica, qué es Whatsapp. Respecto a ella, me ha mantenido de todas formas cerca de mis amigos y, a su vez, me ha demostrado quiénes son estos. Porque me habré aislado de la gente, pero no así de mí gente.