En primer lugar, a pesar de la situación en la que vivimos actualmente, mis relaciones sociales siguen siendo las mismas y, gracias al teléfono, puedo ver a  mis seres queridos, amigos etc. Es algo que agradezco porque los echo  mucho de menos y sigo contando los días que me quedan para verlos. 

Por otro lado, toda esta situación se me está haciendo un poco pesada, ya que a diario hago  lo mismo: me levanto, desayuno, realizo una videollamada con el  maestro/a que me toca juntamente con mis compañeros. Seguidamente, realizo deberes, ejercicio, las tareas de casa, me ducho, ceno y, para finalizar, miro Netflix. 

Sin embargo, he podido darme cuenta del verdadero significado del verbo  valorar. Y, más concretamente, el tiempo que pasamos con nuestros queridos, el disfrutar cada segundo que nos regala la vida… Con esta experiencia, me he dado cuenta de que nunca sabes cuándo será la última vez que vas a poder vera una persona.

El tiempo es muy poderoso pero, la vida, aún más. Te puede  sorprender en cualquier momento. Un día puede ir todo de maravilla y, al día siguiente, te topas con una tormenta de la que además conoces su fin. Por esa razón tenemos que aprovechar y valorar el tiempo que esta nos ofrece, para vivir más y complicarnos menos. Se trata de disfrutarla como tú quieras pero siempre y cuando no dañemos a los demás. 

Cuando podamos salir, lo primero que haré es ir a ver a mis abuelos, me hacen muchísima falta. Seguidamente, al resto de mi familia, incluidos mis amigos. Celebraremos todos los cumpleaños que quedaron pendientes, incluyendo el mío porque, a pesar de que quede un mes, pienso que seguiremos en el mismo estado aunque deseo que estemos mejor. 

En conclusión, está cuarentena me ha ayudado a pensar, decidir y ser consciente de muchas cosas. Y, sobre todo, me ha sido útil para darle más valor al tiempo, a las personas y a la vida.