Link para escuchar el audio: https://drive.google.com/open?id=172JVBFQ7lsr7ab9rNafWHjThCj_RQt_3
Como podéis comprobar, cuando voy a levantar las persianas de mi comedor veo esto. Un paisaje muy tranquilo, así es mi barrio, solo se escuchan los ruidos de los pájaros y coches de tanto en tanto. He elegido esta perspectiva de mi casa porque me encanta despertar y sentir la luz del sol de frente, es increíble. Quiero compartir la paz que se respira, estar rodeado de espacios abiertos y naturaleza, aislado de la sociedad y encontrándose a uno mismo.
Delante de mi casa observo un bosque con un parque y, a los dos lados del recinto, las casas definen la amplitud del cercado. Hay dos accesos para entrar en él, las escaleras que se ven al principio y una rampa en el lado opuesto con una fuente de agua potable. En el centro, se ve una pista de baloncesto, construida recientemente.
En el momento en el que se realizó la fotografía, no había nadie en ella. Pero, en realidad, van muchas familias y adolescentes a jugar partidos y a realizar actividades varias en los columpios y el tobogán que se encuentran a mano izquierda. Cuando cortan los arbustos de enfrente, el campo se ve con más claridad, a los vecinos les llama la atención y van más a menudo. Detrás del tobogán crecen muchas cañas, están ahí porque una enorme riera desemboca debajo de ellas, con una valla de madera para que la gente no se caiga.
Siguiendo el vallado hasta el final del campo, se puede visualizar una alambrada que delimita el terreno. Hace unos años unos paisanos lo compraron, cerraron el espacio y ya no se puede salir del recinto. La enorme casa blanca que tengo tan cerca es de mi vecina Chari. Por la parte de atrás ve por donde siguen las cañas que os he hablado anteriormente.
Justo enfrente de su casa viven mis otros vecinos de Barcelona y lo que tengo en común con ellos es la valla gris que separa nuestras casas. Después, en medio de mi jardín está la piscina, construida por mi familia. A la derecha tenemos una pequeña mesa con cuatro sillas verdes, una barbacoa, un banco de baldosas a juego con el suelo y un pequeño olivo rodeado de piedras blancas. En verano, este árbol nos da sombra y aprovechamos para poner hamacas. Para finalizar, destaca el reflejo de mi baranda de aluminio cuando brilla el sol.
Han pasado dos meses desde que hice la foto. Lo único que ha cambiado de la hermosa imagen, la gente. A causa de la situación en la que estamos, la policía local ha clausurado la entrada al parque hasta nuevo aviso.
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