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A la caza alternativa de étimos.

Búsqueda etimológicaEl ejercicio que os propongo es de investigación, pero lo instruiremos como concurso: realizad una búsqueda de etimologías hasta que deis con la que creáis más original, extravagante, curiosa…

El  plazo de búsqueda expira en una semana. Una vez haya permitido la visualización de los comentarios en que habréis escrito vuestras propuestas, votaremos en el aula las distintas etimologías a fin de declarar una vencedora.

Volad como el viento a la aventura de los étimos, y que tengáis buena ventura (por cierto, las palabras en cursiva provienen todas ellas, en última instancia, de la misma palabra latina: el verbo venire, ‘venir’.


RESULTADO DE LAS VOTACIONES A LAS PROPUESTAS ETIMOLÓGICAS EN VUESTROS COMENTARIOS:

Ganador: Eva, por mariposa.

2.º puesto: (ex aequo) Isabella, por vagina y Noelia, por gafe.

3.er puesto: Unai, por piropo.

Dobles grafías.

dobles-grafiasLos alumnos acostumbráis a mantener una relación tormentosa con la ortografía: que si las palabras que acaban en -aje siempre van con j, que si las que empiezan con el diptongo ue siempre llevan h… ¡Con lo cojonud…, ejem, estupendo que sería poder escribir a nuestro antojo!

Pues bien, en ocasiones, parece como si la ortografía concediese pequeñas treguas: las pequeñas treguas de las palabras con doble grafía. Verbigracia, cualquiera puede ponerse a salvo del tráfico rodado subiéndose a una acera o a una acera (aunque nunca a una*cera, como algunos piensan); también podemos apreciar la calidad de un guion o de un guión al visionar, como críticos en cierne,  un filme policiaco o policíaco. En realidad, se trata de una deferencia engañosa pues, aunque resulta doblemente fácil acertar con la escritura acertada de estas palabras, también resulta doblemente difícil recordar no una sino dos maneras correctas de efectuarla.

Os propongo  una doble tarea: por un lado, que busquéis páginas web donde se trate el tema de la doble grafía y que comentéis brevemente el contenido de las mismas (si se trata de simples listados de palabras, si se ordenan alfabéticamente, si se engloban en función de alguna norma…). Por otro lado, os invito a que deis con algunas de las explicaciones que permiten la doble grafía; por ejemplo, la que se refiere a ciertas palabras, monosílabos ortográficos (se supone un diptongo: guion, rio, hui…) cuya articulación puede ser bisílaba (con hiato: guión, rió, huí…).

Suerte, y a ver cómo se os da hacer de profes.

Alternativa de anagramas.

Alternativa de anagramas

Adivinanzas cuya solución son anagramas (© Blai Figueras Álvarez).

Subraya la palabra que da en el busilis para la resolución de la adivinanza y propón la solución con el nombre de la ciudad que se obtiene combinando sus letras.
Ej. Viví un gran amor cuando estuve en ROMA

1. En la ciudad de _______ oirás los ecos de grandes y heroicas hazañas.

2. La gente de  _______ ignora cual será su destino.

3. Paseando por _______ encontré una plaza en forma de ovoide.

4. ¡Cómo me agradan tus plazas y jardines amada _______!

5. Cada día que pasa acreces un poco más tu gloria, _______.

6. ¡Quién viviera un romance en la maravillosa _______!

7.  _______, tu auténtica valía se halla en la grandeza de tu historia.

8.  _______, en tus magníficas costas calienta el Sol todo el año.

9. Por las calles de _______ paseaba una moza pelicana con capelina.

10. En ningún otro lugar como en _______ habita el chistoso y dicaz con su mordaz humor.

11. Estimada _______, es incomparable balconear en tus edificios.

12.  _______, por tus rincones vaga sereno el espíritu de tu nobleza.

13.  _______, no se agarrotan mis miembros cuando contemplo tu patrimonio.

14. ¡De la increíble _______ seguro que os lleváis un recuerdo imborrable!

15. El escritor tecleaba hermosos halagos a tu nobleza y abolengo,  ________.

16. _______, con la estampa de tus monumentos confeccionaría un bello brocado.

17. Mi amiga Mariela se trasladó a vivir a la preciosa _______.

18. En cierta ocasión actué en un teatro de la ciudad de  _______.

19. _______, ¡nadie delira cuando proclama tu singular belleza!

20. En  _______ saben adornar muy bien sus parques y jardines.

21. Sin duda que _______ no es una ciudad sacrílega.

22. Para venir a _______ desde Barcelona, usted tomará el tren.

Solución a los ej. 3, 4 y 5 ud.9 (BAT).

La oración compuesta, págs. 204-210

ACTIVIDADES DE COMPROBACIÓN

 Ejercicio 3

  • Desde que (loc. conj., une la subordinada con la principal) llegaste, en (prep., une un sintagma con un verbo) esta casa se respira una mayor alegría.
  • Logrará aprobar el curso si (conj., une una subordinada con la principal) se esfuerza un poco.
  • Después de (loc. prep., une un sintagma con un verbo) tantos años, consiguió licenciarse en (prep., une un sintagma con un verbo) Derecho.
  • Puso los libros sobre (prep., une un sintagma con un verbo) la mesa del (prep., une un sintagma con otro) despacho.
  • El coche del (prep., une un sintagma con otro) primer clasificado sufrió un accidente, pero (conj., une dos coordinadas) pudo continuar la carrera.
  • No tiene tiempo ni (conj., une dos palabras) humor para (prep., une una proposición de infinitivo con el verbo de la principal) ir al (prep., une un sintagma con un verbo) circo.
  • Durante (prep., une un sintagma con un verbo) las vacaciones viajaré por (prep., une un sintagma con un verbo) Estados Unidos y (conj., une dos sintagmas) Canadá.
  • Se enfadó a causa de (loc. prep., une un sintagma con un verbo) una tontería.
  • Dicen que (conj., une una prop. subordinada con su prop. principal) mañana hará buen tiempo.
  • Me hicieron un test psicológico para que (loc. conj., une una prop. subordinada con una prop. principal) pudieran saber mi capacidad mental.

            NOTA: desde que, en la 1ª orac., y para que, en la 2ª, pueden analizarse también como prep.+ conj. (recuérdese la explicación en el aula del primer caso).

 Ejercicio 4

  • Lo llamó varias veces, mas nunca cogía el teléfono. (Adversativa)
  • Ni sabe el día ni la hora en que llegará. (Copulativa)
  • Unos quieren ir a dormir, otros saldrán a dar una vuelta. (Distributiva)
  • O vienes pronto o me voy a casa. (Disyuntiva)
  • Esperaba que fuera comprensivo y que la perdonara. (Copulativa)
  • Mañana hará buen tiempo, es decir, lucirá el sol y el cielo estará despejado. (Explicativa)

 Ejercicio 5

Aquí… allí (distributiva), pero (adversativa), ni (copulativa), ya… ya (distributiva), es decir (explicativa), o (disyuntiva).

Morcillas antihidrófobas (4º ESO).

Morcillas antihidrofóbicas

Bienquistos alumnos alternativos, he aquí la propuesta de investigación:

¿Qué tiene que ver la hidrofobia con las morcillas?

Parece una propuesta al estilo de la celebérrima ¡Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino!  Pero no, la respuesta os conducirá directamente a poder explicar el origen de una no menos celebérrima expresión coloquial usada para manifestar vehementemente desprecio , desinterés, rechazo…

Diccionario de americanismos.

Una de las mayores satisfacciones que, como profesor de lengua, puedo tener es que, durante el transcurso de una clase, un alumno me pregunte por el significado de una palabra; el interés idiomático de las nuevas generaciones no tiene precio. Por la misma razón, me fastidia sobremanera el hecho de que un alumno me pregunte por el significado de una voz extraída de las tareas realizadas en casa, como si el único propósito de su diccionario fuese el de acopiar polvo en el anaquel.

Pensando en aquellos primeros y con la esperanza de que siempre sean los más, cuelgo aquí esta entrada para dar cuenta de una noticia.

diccionario-americanismosDurante el Congreso Internacional de la Lengua que se celebrará el próximo 5 de abril en la ciudad chilena de Valparaíso, tendrá lugar la presentación del Diccionario de americanismos, magna obra lexicográfica que posee más de 70.000 entradas y más de 120.000 acepciones. Su publicación ha de suponer el lógico y esperado colofón a un proceso de ánimo panhispánico que se inició, apenas constituidas las primeras Academias americanas, con un primer intento de elaborar conjuntamente un diccionario de americanismos. Por desgracia, transcurría el último cuarto del siglo XIX y la constatación de la deficiencia de fuentes informativas y la limitada posibilidad de comunicación dejaron aquel ambicioso proyecto en el limbo de las buenas intenciones.

Pero, con los años, han ido sucediéndose continuos logros nacidos de este empeño panhispánico, al tiempo que el número de Academias que conforman lo que hoy es la Asociación crecía hasta las veintidós actuales. Un primer avance significativo fue la edición del DRAE de 1925, la cual mereció el título de «americana», merced a haber incrementado de tal modo, entre sus entradas, la presencia de americanismos. Y, más recientemente, se han sucedido dos hitos notables: en 1999 se publicaba la Ortografía de la lengua española, consensuada por las veintidós entidades, y, el  1 de febrero de 2006, se presentaba, en Lima, el Diccionario panhispánico de dudas.

La inminente presentación del Diccionario de americanismos es el último punto y seguido en una labor, como se pretende, puesta al servicio de la unidad del español sin menoscabo de su rica y fecunda variedad. No en vano, el acto tendrá lugar durante el citado Congreso Internacional de la Lengua, el cual se inscribe en el marco de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia de las Repúblicas Iberoamericanas.

Refranero multilingüe.

Refranero multilingüe

Transcribo aquí la entrada de Matías Nicolás, un colega del instituto Juan Ramón Jiménez, en Moguer. Espero que la herramienta lingüística de que nos informa despierte vuestra curiosidad y satisfaga vuestro posible interés. Os he creado un enlace permanente en la sección de diccionarios de la sidebar.

Refranero multilingüe, creado por el Centro Virtual Cervantes

El Refranero multilingüe contiene una selección de paremias españolas populares, principalmente refranes y frases proverbiales, con su correspondencia en varias lenguas (alemán, catalán, francés, gallego, griego antiguo, griego moderno, inglés, italiano, portugués, ruso y vasco).

Cómo utilizarlo:

  1. Una vez en la página se pulsa en BÚSQUEDA (columna de la derecha).
  2. En el cuadro de búsqueda se anota una palabra clave, por ejemplo “vino” y se pulsa el botón BUSCAR.
  3. Aparece una lista con 22 refranes que contienen la palabra “vino”. Elegimos, por ejemplo el primero, “Al pan, pan, y al vino, vino”. Pulsamos en la palabra “Ficha”, para acceder a la ficha del refrán.
  4. Aparece la ficha con la información acerca del refrán, su significado y sus variantes en español. Y en la parte superior 11 casilleros con las iniciales de cada idioma. Si pulsamos en FR, nos lleva a la explicación y traducción en francés: “Appeler un chat un chat”; si pulsamos en EN nos lleva a la traducción al inglés: “To call a spade a spade”.

‘Amarrazón’ o los fantasmas lexicográficos.

fantasma

Que las clases de lengua son un rollo para muchos alumnos es una evidencia; díganmelo a mí, que soy el profe que las imparte —o que las sufre, según se enfoque—.

No obstante, los fantasmas lexicográficos a que se refiere el título de este artículo nada tienen que ver con la perspectiva del alumno de secundaria, por bien que éste pueda pensar en el miedo al suspenso en una asignatura que no le va, o en lo evanescente de unas explicaciones que no consigue aprender y, pon ende, mucho menos aprehender.

Hace un tiempo recibí, por gentileza de la Fundación Duques de Soria, la invitación a un seminario de lengua española acerca de ‘La morfología en la confección de un diccionario histórico’, invitación a la que mi ya oxidada preparación filológica me obligó a renunciar (pero retengamos el lamento, que no viene al caso). Ojeado el folleto, entre las ponencias y coloquios, llamó mi atención el tema de una mesa redonda: ‘¿Hay fantasmas lexicográficos? ¿Qué hacer con ellos?’

Siempre ando a vueltas con mi desmemoria, de modo que he sido tardo en reconocer a estos viejos fantasmas, descubiertos en los años fronterizos entre mi última mocedad y mi primera edad adulta, mientras preparaba para el proyecto PROLOPE de la UAB la edición crítica de El Duque de Viseo, de Lope de Vega. Al cotejar distintas ediciones de la obra para fijar definitivamente el texto, recuerdo haber hallado una inadecuación en la lectura de dos variantes textuales: dehessas gamenosas y dehesas amenosas. La primera, correcta; la segunda, espuria. El Fénix se refería con la expresión a aquellas tierras de pasto abundantes en gamones, por tanto gamenosas, según correcta sufijación -pese a que el adjetivo no figure en el DRAE-. Lo curioso es que el adjetivo amenoso no existía en castellano antes de la errata -tipográfica, a todas luces- de la obra de Lope. La Academia lo incluyó en su diccionario en 1770 basándose en la autoridad del Príncipe de los Ingenios y definiéndolo como ‘lo mismo que ameno’; todo un hápax, pues, por aquel entonces -ignoro si aun con posterioridad-. El error se corrigió, como tantos otros, en la edición del DRAE de 1992, la cual recoge en gran parte el resultado de la labor lexicográfica de limpieza de fantasmas que el DHLE -ahora ya NDHLE-, tan en cierne aún, hizo durante la década de los 80.

Así, tal y como puede colegirse de esta experiencia, los fantasmas lexicográficos no son sino palabras cuya vida se limita única y exclusivamente a las páginas del diccionario que las incluyó erróneamente entre el elenco de términos del idioma. Como agudamente apuntara Landau, las palabras fantasma son equiparables a las dolencias iatrogénicas, esto es, alteraciones del estado del paciente producidas por el médico.

Por deformación profesional y por inclinación ilustrada, entiendo que un ejemplo pueda aclarar mejor el entendimiento. Véase a continuación uno de los aducidos por Pedro Álvarez de Miranda en un estupendo artículo publicado por la Biblioteca Miguel de Cervantes:

Todos los diccionarios, tanto académicos como extraacadémicos, han registrado hasta ayer mismo un sustantivo, amarrazón, que definen como «conjunto de amarras» (así, por ejemplo, en Academia 1984). La cosa se remonta al Diccionario de Autoridades, que en 1726 incluyó el siguiente artículo: “AMARRAZÓN. s. f. Término náutico. Las cuerdas, cables y gúmenas con que se atan, afirman y asseguran las embarcaciones en los Puertos. Lat. Funes. Rudentes. CERV. Quix. tom. 1, cap. 46. Y cortar la amarrazón con que este barco está atado”. Un desgraciado cúmulo de errores se cebó en este artículo. Por lo pronto, en el capítulo 46 de la Primera Parte del Quijote no hay ni rastro de ese texto. Donde sí está -y luego veremos la explicación del error- es en el capítulo 29 de la Segunda Parte. El pasaje pertenece a la aventura del barco encantado, y reza así en la edición príncipe de 1615: “-Ya están atados -replicó Sancho-. ¿Qué hemos de hazer aora?- ¿Qué? -respondió don Quijote-. Santiguarnos y levar ferro; quiero dezir, embarcarnos y cortar la amarra con que este barco está atado.”(fº 111vº) […] El caso es que, en efecto, en la edición madrileña del Quijote de ese año, lo mismo que en otra de 1714, se lee en la página 146 de la Segunda Parte (y ahí, en ese número 146, está la explicación del gazapo, o lapsus, «tom. 1, cap. 46»): «y cortar la amarraçon con que este barco está atado». Estamos, más que ante una errata común, ante una cadena de erratas, ante una fatídica bola de nieve provocada primero, en 1655, por un error accidental y más tarde, en 1706, por el intento de otro impresor de arreglar, añadiendo otra preposición “con”, un texto que quedaba cojo. He aquí la serie de lecturas, partiendo de la edición príncipe:

Madrid, 1615, 111vº: ‘y cortar la amarra con que este barco está atado’.
Madrid, 1655, 245b: ‘y cortar la amarraçon que este barco está atado’.

Madrid, 1706, 146b: ‘y cortar la amarraçon con que este barco está atado’.

Madrid, 1723, 146b: ‘y cortar la amarrazon con que este barco está atado’.

El hecho de que en la edición de 1723 la palabra esté ya escrita con -z- no es sino la culminación de la errata, pero no implica necesariamente que fuera esa la edición manejada, pues, como se sabe, la eliminación de la ç fue una de las primeras decisiones ortográficas que tomó la Academia.

En fin, la Academia hizo caer en la trampa hasta a los especialistas, pues tanto el excelente Diccionario marítimo español (1831) como otros diccionarios posteriores de términos náuticos acogieron la palabra entre sus páginas. Ni siquiera (y esto es más grave) el primer y truncado Diccionario Histórico de la Academia detectó en 1933 el error. Solo el DHLE lo hizo, en 1984, gracias a lo cual amarrazón ya no consta en la edición vigesimoprimera del diccionario común, publicada en 1992.