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Amor “realidealizado”

Cuesta poco comprender que Alonso Quijano anduviese prendado de Aldonza Lorenzo si en el imaginario de cada cual la «moza labradora de buen parecer» se dibuja con la estampa de Sophia Loren. Evidentemente, no menos comprensible resulta que el bueno de nuestro manchego hidalgo, una vez transmutado en don Quijote, la idealizase en su mente y en su corazón como Dulcinea, nombre, al parecer del caballero, «músico, peregrino y significativo».

Quienes cursáis en 2.º de bachillerato la materia de modalidad de Literatura Castellana recordaréis la carta que don Quijote, el Caballero de la Triste Figura, dirige a quien es señora de sus pensamientos (DQ, I, 25):

Soberana y alta señora:

El ferido de punta de ausencia y el llagado de las telas del corazón, dulcísima Dulcinea del Toboso, te envía la salud que él no tiene. Si tu fermosura me desprecia, si tu valor no es en mi pro, si tus desdenes son en mi afincamiento, maguer que yo sea asaz de sufrido, mal podré sostenerme en esta cuita, que, además de ser fuerte, es muy duradera. Mi buen escudero Sancho te dará entera relación, ¡oh bella ingrata, amada enemiga mía!, del modo que por tu causa quedo: si gustares de acorrerme, tuyo soy; y si no, haz lo que te viniere en gusto, que con acabar mi vida habré satisfecho a tu crueldad y a mi deseo. Tuyo hasta la muerte,

El Caballero de la Triste Figura

La carta es una taracea de expresiones que aparecen en otras cartas de amor de los libros de caballerías. Ello, sumado al hecho de que don Quijote, como hemos señalado, ha idealizado a Dulcinea en su locura, invita al lector a no asumir el mensaje epistolar como expresión sincera de amor. Sin embargo, por un lado, la tal retahíla de lugares comunes, Cervantes la hilvana y la reinterpreta con sumo acierto estilístico, y, por otro, la idealización en el amor es siempre necesaria: nadie es más hermoso, más alegre, ni posee mayor donaire que la persona amada. Ello es siempre así en el proceso de enamoramiento y debe seguir siendo así durante los años venideros, porque las imperfecciones, a la luz del amor, no son tales. Llegado a este punto de la reflexión, siempre recuerdo el acierto con que Benedetti escribió los versos de “La octava”:

[…] La octava de la izquierda
tampoco caben dudas
esa es la “cautivante”
sus dos centímetros de menos
sus seis centímetros de más
como decía el viejo nietzsche
la hacen humana
demasiado humana.

Es posible que para el lector moderno el lenguaje de la carta de don Quijote sea otro factor determinante que le dificulte la identificación emocional. Hoy es San Valentín, para muchos, el Día de los Enamorados, y puede ser, por tanto, un buen día para dedicarle una breve paráfrasis a esta rendida, pese a retórica, declaración de amor.

Don Quijote se presenta como «ferido de punta de ausencia» y «llagado de las telas del corazón» porque se declara temeroso de ser un amante desdeñado: no estar junto a Dulcinea hace de él una víctima de amor:  un herido y un enfermo. El caballero es capaz de soportar sufrimientos intensos, pero teme flaquear ante este sufrimiento amoroso tan intenso y duradero y pide a la dama que o bien le corresponda o bien lo rechace, haciéndola sabedora de que esto último sería el gesto cruel ante el que él sucumbiría. A riesgo de excederme en la glosa y caer en el prosaísmo, hoy diríamos algo así como «Si tú no me quieres, la vida no tiene sentido».

Feliz día de San Valentín.

Borges 30

Borges 30Quien tanto y tan bien escribió, nos dejó dicho que «Uno llega a ser grande por lo que lee y no por lo que escribe». Se acaban de cumplir treinta años del fallecimiento de Jorge Luis Borges y quiero regalaros esta cita suya que nos habla, desde la poesía del amor y no desde el amor a la ciencia (aunque también), de la teoría de la relatividad: «Estar contigo o no es la medida de mi tiempo»

… «Y dejó de escribir» (versiones de un microrrelato)

... «Y dejó de escribir». MICRORRELATOSUna belleza que nadie podrá palpar

VERSIÓN PRIMERA (original de Liana):

 ➡ Érase un escritor de literatura fantástica cuyo objetivo era demostrar y explicar la belleza intangible.

Éste, un día lluvioso, vio la luz, y no es que saliera el sol, ni que se preparara el escritor para ir con Dios, sino que la vio a ella, tan bella y reluciente cual ángel bajando del cielo. Tanta fue la admiración por la muchacha, que se enamoró de ella, pero no por su belleza externa, sino por la interna, esa belleza intangible que la hacía especial, única…

El escritor, enamorado, dejó de escribir aventuras fantásticas pues, a su lado, tenía a la mayor de todas, y gracias a ella no le hacía falta viajar muy lejos para vivir fantasías.

VERSIONES SEGUNDA Y TERCERA (originales de Tania):

 ➡ Dejó de escribir fantasía cuando su mente sólo podía imaginarla a ella.

➡ Para qué imaginar mundos nuevos, si este es perfecto junto a ella.

VERSIÓN CUARTA (original de Laia):

➡ ¿Por qué?  Porque, al verte, supe que eras tú mi única razón.  Ya no hace falta imaginarte,  porque te tengo.  Te miro,  te huelo,  te siento… Eres mía. Qué loco seria imaginar otro mundo sin tus caricias, sin tus besos, sin tus susurros.  Insólito sería imaginar algo más perfecto que un mundo sin ti, si eres tú un mundo perfecto para mí.

 VERSIÓN QUINTA (original de Khadija):

 ➡ Leía en el periódico: “El famoso escritor de fantasía Castle deja de escribir”. Cerré los ojos e imaginé que no podía ser por otra cosa que no fuese que su afición le llevara a fantasear un mundo sin ella.

 VERSIÓN SEXTA (original de Matías):

 ➡ Era el primer atardecer de agosto y Antonio, como cada día, fue a dar un paseo por el parque que más cerca estaba de su casa, aprovechando el viaje para comprar el periódico deportivo que a su padre le gustaba leer por las noches. Un hombre con una vida monótona pero agradable, como él, no se imaginaba lo que le esperaba en unos instantes.

Una chica joven, con su llamativa bicicleta, tropezó con un banco de aquel parque. Antonio, preocupado, fue velozmente a socorrerla y, al ver su rostro, no deseó nada más desde aquel momento. Era de repente, lo que más necesitaba y sin quererlo, Antonio, se había enamorado perdidamente de ella.

 VERSIÓN SÉPTIMA (original de Pooja):

 ➡ Era un viernes muy tranquilo, muy normal, otro más. Necesitaba salir fuera, necesitaba relajarme. Pero nunca tuve la idea de que, al salir fuera, perdería la cosa que más he estado amando, que es escribir, escribir y escribir y conseguiría el amor de mi vida, a mi amada.