Category Archives: Retórica

La pregunta de la semana (3)

Imagen de Thomas Wolter en Pixabay

¿Por qué solemos pensar que bajar abajo es un pleonasmo, pero no solemos pensar que bajar al sótano también lo es?

La acción de bajar lleva implícito un movimiento hacia abajo, por lo que este adverbio resulta redundante en la expresión bajar abajo. En cambio, en la expresión bajar al sótano, el significado del sustantivo supone una concreción, una especificación de un lugar al que poder bajar. Podría pensarse que, en el caso de que nos encontrásemos en una construcción de piso único y sótano, la indicación de bajar al sótano podría ser pleonástica; pero, aun así, habrían de considerarse otras variables, como la posibilidad de bajar al pueblo, a la playa… Por otro lado, no resulta imposible ni paradójico el hecho de subir al sótano, si nos hallásemos en un subsótano (el nombre no se recoge en el DLE, pero su uso, como su realidad, existe).

Pese a todo, cabe recordar que no tiene por qué haber incorrección alguna en los pleonasmos. A menudo, resultan útiles, no solo porque esclarezcan, como acabamos de ver, el sentido concreto a que queremos referirnos, sino también porque pueden funcionar como énfasis. Por ejemplo, en la expresión lo he visto con mis propios ojos hay dos redundancias (es obvio que ver se hace con los ojos y que estos son los propios y no los ajenos), pero con ella ganamos fuerza expresiva para ser creídos en lo que decimos. Otro ejemplo: cualquier niño tiende a obedecer a su madre con mayor premura y sin rechistar al oír un pleonástico ¡Sal de aquí! o incluso ¡Sal hacia/para fuera! que con un lacónico ¡Sal!

Día Mundial de los Docentes

Esta mañana me han felicitado en clase: «¡Felicidades, profe!».

Sabedor de que el parabién no se debía ni a mi cumpleaños ni al día de mi onomástica —los cuales andan aún muy lejos en el calendario— y conocedor de la efeméride de hoy, 5 de octubre, he intuido por dónde podía ir el tiro, pero he decidido hacerme el despistado y preguntar el motivo de la felicitación. «Es el Día de los Docentes», me han contestado. «¡Ah, pues qué emoción! Siempre he deseado que los demás vean en mí a alguien digno, honesto…». Constato ante mí que las caras de mis alumnos se corresponden con las del desconcierto y la sorpresa que esperaba que causaran mi respuesta. Prosigo: «Me hace muy feliz que me felicitéis en el Día de los Decentes». Y enseguida se oyen a barullo las respuestas que quieren corregir mi lapso: «¡No, no…, decentes, no; doooocentes!». Es el momento de aprovechar la oportunidad provocada: «Docentes y decentes, he aquí un buen ejemplo para explicar los conceptos de paronimia y paronomasia». La clase ha empezado.

Feliz Día Mundial de los Docentes, a todos los colegas —en acepción primera, claro está—.

Alegoría

Los alumnos de 1.º de bachillerato andáis estos días a vueltas con las alegorías de ciertas coplas manriqueñas. Para los que aún alberguéis alguna duda acerca de si sois capaces de reconocerlas o no, he aquí una de carácter político y muy contemporánea. Podéis, si gustáis, diseccionar los correlatos de los términos R, de los términos I y de las relaciones entre los términos R e I. Aunque, como veréis enseguida, saltan a la vista.

Una mañana, Su Majestad el Rey Juan Carlos I, Rey de España, queda gratamente sorprendido al leer una noticia en la prensa:
María
, una joven madre madrileña, ha bautizado a sus recién nacidas gemelas con el nombre de Cataluña y España.
Honrado por esta circunstancia, Juanca decide hacer una visita a la madre en cuestión, como muestra de su agradecimiento.
Al llegar a la casa, encuentra a María amamantando a España. El Rey reitera constantemente su profunda satisfacción y pregunta a la madre de las gemelas:
¿Dónde está Cataluña, la hermanita de esta tragona y preciosa que no deja de mamar?
María
le responde que está profundamente dormida desde hace mucho rato…
Extrañado por la respuesta, el Rey se permite aconsejar a la madre que la despierte y así él podría tener la oportunidad de verla.
La respuesta de María deja a Su Majestad sin habla:
—Mi rey, no le aconsejo despertar a Cataluña porque, si Cataluña despierta, España dejaría de mamar.

Figuras literarias (BAT).

Figuras literarias

ALITERACIÓN. Repetición de fonemas con intención expresiva: En el silencio sólo se escuchaba un susurro de abejas que sonaba (Garcilaso).

ANÁFORA. Repetición de palabra o expresión al inicio de varios versos u oraciones: Alondra de verdad, alondra mía (Gerardo Diego).

ANTONOMASIA. Sustitución de un nombre por el de una cualidad suya inconfundible o viceversa: La Ciudad de la Luz [= París].

ANTÍTESIS. Contraposición de palabras o expresiones de significado opuesto: Ayer naciste y morirás mañana (Góngora).

APÓSTROFE. Apelación a un receptor individualizado: Amor insano, déjame ya (Juan Mª. Mauri).

ASÍNDETON. Supresión de nexos en una enumeración: Para la libertad, sangro, lucho, pervivo (Miguel Hernández).

COMPARACIÓN (o SÍMIL). Un término real se compara a otro imaginado por medio de un nexo: Y todo en la memoria se rompía, / tal una pompa de jabón al viento (Antonio Machado).

DERIVACIÓN. Uso de un lexema con varios afijos: Mientras vive el vencido, venciendo está el vencedor (Alarcón).

DILOGÍA. Utilización de palabras con doble sentido gracias a la homonimia: En amor, como las que enseñan son las mujeres, cuanto más enseñan… más suspenso te dejan (Carlos Arniches).

ELIPSIS. Se elude un término que queda sobrentendido: Por una mirada, un mundo (Bécquer).

ENUMERACIÓN. Sucesión de elementos de igual categoría sintántica: En la amistad oscura de un zaguán, de un alero y de un aljibe (Borges).

EPÍFORA. Repetición de una expresión en final de versos u oraciones: Me gusta escribir tu nombre, / llenar papeles con tu nombre (Gloria Fuertes).

EPÍTETO. Adjetivo que destaca una cualidad inherente al sustantivo, bien por su anteposición al mismo, bien porque su significado se halle contenido en el del sustantivo: Por ti la verde hierba, el fresco viento (Garcilaso).

HIPÉRBATON. Alteración del orden gramatical lógico: Era del año la estación florida (Góngora).

HIPÉRBOLE. Visión desproporcionada de una realidad, amplificándola o disminuyéndola. Es exageración: Tanto dolor se agrupa en mi costado /que, por doler me duele hasta el aliento (Miguel Hernández).

IRONÍA. Se da a entender lo contrario de lo que se dice: Los sabios, claro, están en las Cortes (Fco. Umbral).

LÍTOTES. Negación de lo contrario de lo que se quiere afirmar: Yo no lo niego, ingenios tiene España (Quevedo).

METÁFORA. Identificación de un término real con otro imaginario en virtud de una relación de semejanza. Es un símil sin nexo comparativo. Existen varios tipos básicos:

  • IMAGEN O METÁFORA SIMPLE (o IMPURA):
    • R es I: La luna es un pozo chico (Lorca).
    • R de I: Su carita de porcelana (Lorca).
    • I de R: El jinete se acercaba / tocando el tambor del llano (Lorca).
  • METÁFORA APOSICIONAL:
    • R, I: Los dos ríos de Granada / uno llanto y otro sangre (Lorca).
    • I, R: Cobre amarillo, su carne (Lorca).
  • METÁFORA DESCRIPTIVA:
    • R, I’, I”…: Por el olivar venían / bronce y sueño los gitanos (Lorca).
  • METÁFORA PURA:
    • I (en vez de R): La luna […] / con su polisón de nardos (Lorca).

METONIMIA. Relación de contigüidad entre dos términos (la causa por el efecto, la parte por el todo…): Absuelto por los ojos más dulcemente azules (Leopoldo Panero).

OXÍMORON. Antítesis formada en un mismo sintagma: Una dulce amargura, una deleitable dolencia, un alegre tormento (Fdo. de Rojas).

PARADOJA. Unión de dos ideas inconciliables al pie de la letra y que, por tanto han de ser interpretadas: Cierro los ojos porque quiero verte (Vicente Gaos).

PARALELISMO. Repetición de estructuras sintácticas, a menudo sinonímicas o antitéticas: Tu solo cuerpo posible / tu dulce cuerpo pensado (Pedro Salinas).

PARONOMASIA. Juego de palabras que se da al usar palabras de sonido muy parecido: Despejado y despojado / se asoma a su vergüenza (Calderón).

PERÍFRASIS. Expresión mediante un rodeo de lo que puede decirse con una palabra: Aquel ave que dulce muere y en las aguas mora (Góngora).

PLEONASMO. Uso redundante de palabras con intención enfática, si no, es mera redundancia: Temprano madrugó la madrugada (Miguel Hernández).

POLISÍNDETON. Repetición de conjunciones para presentar aisladamente los elementos de una enumeración: El tiempo lame y roe y pule y mancha y muerde (Antonio Machado).

PREGUNTA (o INTERROGACIÓN) RETÓRICA. Afirmación expresada en forma de pregunta, que, por ello, no espera ser contestada: ¿Serás, amor, / un largo adiós que no se acaba? (Pedro Salinas).

PROSOPOPEYA (o PERSONIFICACIÓN). Atribución de cualidades humanas a los animales o cosas, o bien cualidades de seres animados a los no animados o abstracciones: La heroica ciudad dormía la siesta (Clarín).

QUIASMO. Paralelismo cruzado o en espejo: Ya sonoro clavel, ya coral sabio (Quevedo).

SÍMBOLO. Representación constante de un pensamiento o sentimiento por un elemento material o concreto: Fuego = Amor, Rojo = Pasión, Río = Vida…

SINESTESIA. Mezcla de las acciones o posibilidades de los cinco sentidos o asociación de referencias sensoriales con abstractas: Dar al sueño cierto sabor azul (Vicente Aleixandre).

Es importante tener en cuenta que las expresiones literarias pueden ser retóricamente complejas y, por tanto, contener en sí más de un recurso estilístico. Verbigracia, en el ejemplo de prosopopeya, la secuencia no subrayada es una metonima; el ejemplo de oxímoron (triple), lo es además de paralelismo y de enumeración, etc.