Author Archives: Juanjo

About Juanjo

Profesor de lengua y literatura castellanas, y amante de la una y la otra.

¡Cuidaos mucho!

Imagen de Renate Köppel en Pixabay

Probablemente, todos los alumnos que leáis esta entrada del blog seáis conscientes de la cantidad supina de veces que os he tenido que corregir el uso espurio del infinitivo verbal en sustitución del modo imperativo. Quién de vosotros no ha intentado alguna vez echarme un cable al inicio de una clase pidiendo a los compañeros silencio, ¡callaros, por favor!, o circunspección, ¡sentaros de una vez! Y ahí estaba yo, corrigiendo el callaros con un callaos o el sentaros con un sentaos.

Durante estos días, y, aplicándonos al cuento de lo dicho en el párrafo precedente, tenéis ocasión de demostrar que las clases de lengua valen para mejorar el uso que de ella hacemos. Seguramente, son muchas las oportunidades que os está brindando esta alarma sanitaria para que, a través del teléfono o las redes sociales, deseéis al prójimo (¡qué palabra tan hermosa, en su tercera acepción) que mantenga su salud tanto física como mental. Yo mismo lo hago con vosotros, bien lo sabéis, en los cc. ee. que nos cruzamos durante estos días de teletrabajo: Cuidaos, por favor, suelo deciros.

Y recordad que la única excepción a la caída de la -d ante el enclítico de los verbos pronominales en las formas de 2.ª pers. pl. del presente de imperativo se da en el verbo ir, cuya forma recomendable es idos, aunque, desde 2017, la RAE admite también la forma iros.

En fin, queridos alumnos, quedaos en casa y cuidaos mucho mientras yo me quedo en la mía echándoos de menos. ¡Ah!, y, si habéis de salir por alguna circunstancia de necesidad, lavaos bien las manos a la vuelta.

Origen del antropónimo Pepe

Hoy celebramos el día del padre, que, como bien sabrás, se trata de una conmemoración religiosa en honor a José, padre de Jesucristo. Sin querer entrar en cuestiones de fe, la lógica dicta que, dado que su mujer, María, es, por antonomasia, la Virgen, la paternidad de José no pudo ser cuestión fisiológica.

Efectivamente, a san José, a pesar de no ser el padre de Jesucristo, se le reconoce como tal por mor de reputación. Es decir, se le considera padre putativo.

La Iglesia se ha encargado bien de reputarlo como tal durante siglos y, en los devocionarios y misales de la liturgia latina, los feligreses de todas las parroquias no podían leer una sola referencia a «Sanctus Iosephus» sin que figurase al lado, a modo de ineludible epíteto, la expresión «Pater Putativus Christi». Dada la frecuencia con que aparecía la expresión, lo corriente era encontrarla abreviada en «P. P. Christi» y, de este hecho, surge una explicación, la cual corre por la creencia de las gentes como la pólvora, acerca de que los Josés se llamen Pepes. No obstante, se trata de una etimología espuria, pues el origen de la forma hipocorística Pepe es mucho más prosaico: se trata, sencillamente, de una forma reducida de Jusepe —versión antigua de José—, tal como sucede con el catalán Pep respecto de Josep o con el italiano Beppe respecto de Giuseppe.

Feliz Día de Pokémon

Hoy se conmemora el Día de Pokémon, pues el 27 de febrero de 1996 se lanzaron en Japón los primeros títulos de la saga para Game Boy: Pokémon Rojo y Pokémon Verde.

Si eres fan de la franquicia, es posible que conozcas más de una curiosidad en torno a este mundo de fantasía. Por supuesto, estás invitado a contárnoslas en forma de comentario a esta entrada. Por nuestra parte, lo que aquí vamos a exponer son algunas peculiaridades lingüísticas, en especial, las que atañen a la ortología y la ortografía de su nombre.

En primer lugar, como bien sabes, Pokémon es el nombre propio con el que se conoce a esta franquicia de videojuegos y animación manga. En japonés, su escritura es esta: ポケモン. Sin embargo, la grafía latina no se debe a un proceso de adaptación alfabética, sino que es la forma original con que se bautizó este universo: Pokémon es un acrónimo de pocket monsters ‘monstruos de bolsillo’ —en japonés, ポケットモンスタ [poketto monsutā]—.

Pero, ¿a qué se debe la tilde que vuela sobre la e de la segunda sílaba? En inglés, resulta extraña y, en castellano, contraviene las normas de acentuación, pues se trata de una palabra llana acabada en vocal seguida de s. La razón la encontramos en la necesidad de marcar esta vocal para que la pronunciación inglesa no altere su modo ni su lugar de articulación.

Así pues, dado que la existencia de esta tilde no depende de la normativa ortográfica, al escribirla en castellano, conviene no prescindir de ella, incluso si quien escribe es un hablante iberoamericano cuya realización fonética del nombre Pokemón sea aguda, la más habitual en el español de América.

Con todo, cabe advertir que si tiramos de lexicalización, es decir, si usamos el nombre como común, como taxón ficticio, al modo como usaríamos gato o felino o mamífero, entonces deberíamos escribir pokemon. Así, sin tilde y con minúscula. A partir de aquí, otro sería el problema lingüístico con que nos enfrentaríamos. Sabido es para los seguidores del juego, de las series o de las películas que, cuando se menciona a más de un espécimen, se hace mediante una forma de plural invariable, esto es, se habla de los pokemon. Sin embargo, la lexicalización  es una opción lingüística que implica la necesaria adaptación a las normas de nuestro idioma, las cuales dictan que los nombres acabados en vocal seguida de s forman su plural añadiendo el morfema flexivo -es, o sea: pokémones, ahora sí, con tilde, por ser voz esdrújula.

¡Ah! Y, por supuesto, si tu pronunciación es aguda y no llana, las lexicalizaciones exigen que las formas sean pokemón, para el singular y pokemones, para el plural.

«Despedida muy dolorosa»

Quienes, durante este último mes, hemos tenido la suerte de conocer a Léa Hardy nos sentimos hoy algo tristes. Léa se ha ido, ha vuelto a casa y ha dejado los pasillos de nuestro instituto huérfanos de la intensidad con que todo lo miraba, huérfanos de la hondura con que todo lo sonreía. No obstante, antes de irse, ha querido dejarnos escrita una despedida que ha titulado tal como yo titulo ahora esta entrada de blog.

Hola a todos. Para quien no sepa quien soy, soy una alumna de intercambio y hace un mes que estoy aquí. Lo que pasa es que hoy es mi último día en Lloret y en este instituto. Quería deciros que me lo he pasado realmente muy bien aquí. He podido perfeccionar mi castellano y aprender un poco el catalán, y quería agradeceros lo bien que me habéis acogido. Ha sido muy importante para mí venir aquí; he podido descubrir la cultura, la comida y las costumbres catalanas. Hacia mucho tiempo que quería venir a vivir por aquí y ahora, por fin, lo he podido descubrir, os lo agradezco. Os echaré de menos a todos.

Bonjour à tous, si vous ne savez pas qui je suis, je suis une élève qui est venu pour un échange, et ça fait un mois que je suis ici. Et aujourd’hui, c’est mon dernier jour à Lloret et dans ce collège. Je voulais vous dire que j’ai passé de très bon moment ici, j’ai pu perfectionner mon espagnol et apprendre un peu le catalan. Je voulais vous remercier de m’avoir aussi bien accueillis. C’était très important pour moi de venir, j’ai pu découvrir la culture, la nourriture et les coutumes catalanes, ça faisait tellement longtemps que je voulais venir, et en fin j’ai pu découvrir tout ça, et je vous en remercie. Vous me manquerez tous.

Gracias, Léa, por tu interés en la educación y por esa energía vital que desprendes.

NOTA: Gracias también a Neus Trull, atenta partenaire durante el intercambio educativo, por el asesoramiento lingüístico ofrecido para este ejercicio cuasi epistolar.

Literatura y ciencia

Estamos de lleno inmersos en la Semana de la Ciencia 2019.  Bueno será que nuestro blog de lengua castellana, contribuya en algo a tal conmemoración. Y aunque, después de todo, los estudios lingüísticos también son una ciencia, en esta breve entrada de lo que vamos a hablar es de las concomitancias entre la literatura, que es un arte, y la ciencia.

Como bien expone Alberto G. Rojo en su escrito Cuatro ejemplos de una curiosa intersección, «En una valoración rápida, la ciencia y la literatura sirven a dos divinidades contrarias: la inteligencia y las emociones». A este argumento cabe añadir, también apresuradamente, otro en que se recoja la idea del distinto uso que de la lengua hacen una y otra. Mientras que la ciencia prefiere el lenguaje denotativo, de sentido unívoco, y lo considera un medio para su propósito de explicar el mundo, la literatura se erige sobre connotaciones y sentidos figurados al tiempo que otorga a la lengua suma trascendencia, elevándola del rango de mera herramienta al de finalidad en sí misma. Y es que, como Alberto G. Rojo defiende, aunque el escritor se ocupe de conmovernos con mundos imaginados y el científico, de descifrar el mundo real, «Las grandes obras literarias dirigen miradas profundas a la realidad y los grandes avances científicos redefinen los límites de la imaginación, de manera que es concebible que las dos disciplinas, en un sentido amplio, se intersecten».

Machado, «in memoriam»

«Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar:
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…” ».

He aquí tres versos de Serrat, tan íntimamente ligados, en Cantares, a otros dos versos proverbiales de Antonio Machado, que diríanse todos propiamente machadianos.

Hoy, 22 de febrero de 2019, se conmemora el octogésimo aniversario del fallecimiento de este gran, enorme, poeta español. Son ochenta años que han pasado y se nos han quedado, pese a que él nunca persiguió la gloria ni dejar en la memoria de los hombres su canción. Son ochenta años que han pasado y se nos han quedado, acaso porque sí, acaso porque resulta ser cierto que todo pasa y todo queda, sobre todo donde los bosques se visten de espino.

Ni una más

Lo había conocido una tibia tarde de otoño, a la hora mágica en que el sol doraba, malheridas en los árboles o muertas en las aceras, las hojas caducas de los plataneros del vecindario. Se enamoró enseguida de sus ojos de hombre y su boca de hombre, de sus pies de hombre y sus manos de hombre. Luego vendrían la mirada y los susurros, el andar y las caricias, y ese cuidado exquisito que él iba a poner en todo lo que fuese destinado a ella.

Siete otoños habían acontecido desde entonces. Y siete inviernos, siete primaveras y seis veranos. Y algunas discusiones. Y algunas manos alzadas también. Resultaba difícil ahora saber en qué estación de qué año se alzó la primera antes de caer con violencia y lacerar su rostro asustado. «Con lo que yo te quiero», dijo aquella primera vez y las que la sucedieron.

«Con lo que yo te quiero», le había oído decir también ahora, mientras notaba cómo le faltaba el aire, cómo se comprimían sus carótidas y se aplastaba su tráquea bajo la presión animal de aquellas manos, las mismas de las que ella se había enamorado una vez, durante cierto otoño de hojas muertas en las aceras.

Hojas muertas, de Gonzalo Montesierra

Día de la Biblioteca

Hoy, como cada 24 de octubre desde 1997, en nuestro país, se conmemora el Día de la Biblioteca. Por tal motivo, en la página de Amigos del Libro, puede leerse un pregón escrito por Antonio Rodríguez Almodóvar. Se trata de un pregón, además, concebido como homenaje a Ana María Matute.

Si lo prefieres, puedes leerlo a continuación, sin salir de nuestro blog:

—¡Ana María, despierta!
El príncipe se quedó contemplándola. Era guapa, el pelo negro, los ojos grandes, la boca carnosa. Luego la sacudió suavemente, por un hombro. Insistió: —Vamos, mujer, que ya es hora.
Ana María, solo después de un rato, empezó a moverse. Primero movió un dedo, luego una ceja, luego entreabrió un ojo.
—¿Y tú… quién… eres? —preguntó, no sin gran esfuerzo.
—¡Soy el Príncipe Azul!
—¿El qué? —El príncipe… ¿No te acuerdas? Tenemos que amarnos.
—¿Es obligatorio?
—Claro, lo manda la tradición.
—¡Pues entonces vete a hacer gárgaras!
Ana María se giró hacia un lado y volvió a dormirse. El príncipe quedó sumamente desconcertado. Se incorporó del filo del lecho y se puso a pasear la estancia.Vio las telarañas del tiempo colgando de los pesados cortinajes, vio a un par de alabarderos durmiendo de pie, la nariz del uno apoyada en la nariz del otro. Vio, o mejor dicho, escuchó la estridente sinfonía de ronquidos que le llegaban de todas partes de aquel palacio encantado; ronquidos atronadores de guardianes forzudos, ronquidos silbantes de cocineros exquisitos, ronquidos trascendentes de capellanes gordinflones, ronquidos, ronquidos… Como que tuvo que taparse las orejas para no ser víctima de aquel terremoto sónico… y entonces se dio cuenta: ¡el fuego de la chimenea también dormía! Se acercó, aproximó una mano a aquellas llamas petrificadas y quedó ensimismado… Luego de un tiempo incontable, levantó la vista y vio sobre la repisa una hilera de libros. Eran libros de cuentos, los únicos objetos de aquel lugar que no habían acumulado polvo ni telarañas. Con un tembleque en el dedo índice de la mano derecha, impropio de todo un príncipe, fue recorriendo los títulos: Cuentos de antaño, de Charles Perrault, Cuentos de los hermanos GrimmCuentos de H. C. Andersen, Cuentos de Ana María Matute… Al leer este último, el corazón empezó a repicarle. Sacó el libro y lo abrió. Al azar fue leyendo: “Todos nos acostamos con el lobo, pero lo que no podemos hacer es confundirlo con la abuelita.” “La infancia es más larga que la vida”. “El que no ama está muerto”.
Justo al acabar esta frase, cesaron los ronquidos y el fuego de la chimenea cobró repentina vitalidad. El príncipe se apartó.
—Eso, ahora ponte a curiosear en mis cosas —oyó a sus espaldas. Levantó un poco más la vista y vio, en el espejo de la chimenea, cómo se incorporaba en su magnífico lecho una dama todavía más magnífica. Casi cien años de edad, el pelo totalmente blanco y la sonrisa totalmente pura. — ¿Se puede saber qué día es hoy?
—¿Hoy? —El príncipe no tenía ni la menor idea.
—¡Me acabo de acordar!— Exclamó ella—. ¡Es 24 de octubre, Día de la Biblioteca! ¡No te quedes ahí pasmao, que los niños nos están esperando! ¡Vamos, Príncipe Azul, mueve el culo!

 

Recorte de prensa (1)

Esta pretende ser la primera de una serie de entradas en que ir siguiendo esporádicamente aquellas expresiones aparecidas en la prensa que pueden invitarnos a una reflexión gramatical. No entraremos nunca a debatir ideológicamente los contenidos de las noticias seleccionadas, pues no es nuestro propósito.

Empecemos ya.

Durante estos días, la prensa se está ocupando de informar y opinar acerca de la posible falsificación del máster de Cifuentes. En concreto, hoy, el diario Infolibre se hace eco de una noticia publicada por El Confidencial en que, planteando una presunta falsificación de firmas, se dice, en la misma cabecera de la noticia, que «El catedrático responsable del máster, Enrique Álvarez Conde, se reunió este martes con las tres profesoras que supuestamente firmaron ese acta en el despacho de un abogado “para tratar de pactar una versión común”».

Al lector, puede asaltarle la duda de si el despacho de un abogado es el lugar en que las tres profesoras firmaron supuestamente el acta o donde el catedrático se reunió con ellas. El sentido común parece apuntar a esta última posibilidad, puesto que la firma de actas universitarias no requiere la presencia de un abogado, mientras que, para pactar una versión común ante posibles querellas criminales, sí parece oportuno disponer de los consejos de un letrado. De hecho, en el desarrollo de la noticia, puede volver a leerse esta información, expurgada de manera que no deja lugar a la ambigüedad: «El catedrático responsable del máster, Enrique Álvarez Conde, se reunió este martes con las tres profesoras en el despacho de un abogado “para tratar de pactar una versión común”».

¿Por qué se produce este vicio anfibológico en el primer redactado, pero no en el segundo? ¿Podría haberse evitado sin la pérdida de información del segundo redactado?

Para intentar dar respuesta, conviene simplificar la estructura oracional y fijar nuestra atención en la parte diferencial (en verde). Prescindamos, pues, del complemento de finalidad pospuesto y del sujeto antepuesto: “Se reunió este martes con las tres profesoras que supuestamente firmaron ese acta en el despacho de un abogado”. Si observamos bien, vemos cómo, entre el CCL y el verbo reunir(se), al que complementa, se ha intercalado una proposición de relativo, cuya función es CN del núcleo “profesoras”. Ello hace que ahora el CCL quede próximo al verbo de esta subordinada y que nuestro cerebro tienda a procesarlo como posible complemento suyo. Para evitar esta anfibología sin necesidad de suprimir nada de la estructura oracional, el periodista podría haber ubicado como último complemento del verbo principal aquel que contiene la oración de relativo: «El catedrático responsable del máster, Enrique Álvarez Conde, se reunió este martes en el despacho de un abogado “para tratar de pactar una versión común” con las tres profesoras que supuestamente firmaron ese acta». Nótese que, con esta nueva disposición de los elementos oracionales, se introduce una nueva variación en la complementación, pues el SP “con las tres profesoras…” se subordina, sintácticamente, al verbo “pactar” y no al verbo “reunir(se)”. No obstante, con ello, no se da conflicto semántico alguno.

DILM 2018

Hoy se conmemora el Día Internacional de la Lengua Materna. Coincidiendo con esta fecha, hemos dado la bienvenida a Sophia, la nueva compañera de aula en la optativa de 1.º de ESO Hablar, leer, escribir. Todos nos hemos presentado ante Sophia en nuestras respectivas lenguas maternas: castellano, catalán y ruso; ella, a su vez, lo ha hecho en alemán.

Necesidad obliga, suele decirse, y, dado que Sophia no habla ninguna de nuestras dos lenguas oficiales, hemos acudido a las TIC para salir del apuro. Cada uno de nosotros ha escrito su presentación en el traductor virtual del teléfono móvil y, tras leerla en nuestro idioma propio, hemos dejado que fuese la aplicación, a través de la activación del audio, la encargada de pronunciar el texto traducido al alemán. Finalmente, Sophia, ha hecho lo propio, invirtiendo lógicamente el proceso y permitiendo que el traductor pronunciase en castellano su presentación original en alemán.

Nos encanta conocer a Sophie. Ens encanta conèixer a Sophie. Нам нравится встречаться с Софи. Wir lieben es, Sophie zu treffen.

(¡Ay, ay, ay… Espero que el traductor sepa lo que se dice!).