U.5 Integración en el ámbito educativo

MI RETO

DISEÑA TU PLAN DE ACCIÓN

A continuación, elabora el esquema de un plan de acción para mejorar la integración de los derechos de infancia en tu centro educativo teniendo en cuenta los conocimientos adquiridos. Para desarrollar el plan de acción, puedes pensar en tu propio centro educativo dotando a la propuesta de realismo o pensar en un centro hipotético donde desarrollar tu proyecto educativo soñado. Para el ejercicio es indiferente cuál elijas, pero sé creativo y ambicioso, se trata de poner a prueba nuestro conocimiento.

Completa la siguiente plantilla para diseñar tu plan de acción con tus propuestas en los cuatro ámbitos. Añade todas las filas que necesites, pero no modifiques los ámbitos, ni los encabezados de la tabla.

Ámbito 1: Conocimiento de los derechos de la infancia
Acciones Recursos necesarios Resultados esperados
 1-Talleres para profesores y familias sobre derechos de la infancia.  -Material fungible, medios audiovisuales, recursos humanos (ponentes)  -Conocimiento sobre derechos de la infancia y tomar conciencia de los mismos mediante una buena formación
 2- Jornadas sobre el conocimiento de los derechos de los niños/adolescentes sobre algún tema determinado, cada curso escolar a través de actividades manuales, juegos…  -Material fungible, medios audiovisuales  -Conocimiento de los derechos de los niños por los propios alumnos fomentando el respeto y la tolerancia.
3- Crear una comisión  de derechos de la infancia compuesto por profesorado, familias y alumnado.  – Biblioteca, sala de reuniones…  – Que sirva como grupo impulsor de las diferentes actuaciones que se harán durante el curso escolar. También como apoyo a vulnerables.
Ámbito 2: Participación Infantil 
Acciones Recursos necesarios Resultados esperados
 1-Mesas redondas trimestrales/anuales sobre el funcionamiento del centro, aula, actividades… Se podría hacer tanto en las tutorias, como en optativas de los diferentes cursos. – Aulas – Que tenga como objectivo concienciar fundamentalmente alumnado y profesorado.
2-Existencia de un mediador. Tanto en los pasillos, aulas, como en el patio. – Material fungible, aula para la resolución de conflictos -Minimizar los conflictos que se den tanto en las aulas, como en las horas de recreo.
Ámbito 3: Protección de la infancia
Acciones Recursos necesarios Resultados esperados
1-Conscienciación para la existencia de un liceo de familias y profesorado sobre uso de las redes sociales, acoso y ciberacoso, sus problemas derivados…  Material fungible, medios audiovisuales…

Ponentes

-Conocimiento sobre los peligros de las redes sociales en las edades de nuestros alumnos e hijos
2- Potenciar los períodos de tutoría o utilizar ciertas áreas como valores ara incidir en los peligros de las redes, adicciones, problemática que implica el uso sin moderación de las mismas… Sala ordenadores, pizarra digital , cañón, material fungible -Detección, conocimiento y solución de problemas relacionados con el uso de las redes sociales
Ámbito 4: Clima  Escolar
Acciones Recursos necesarios Resultados esperados
1. Buzón del respeto. Se pondrán buzones por el centro en los que todos los alumnos puedan participar para expresar los posibles problemas de convivencia que hayan visto y les cueste expresarlo en la clase o en tutoría. Espacios destinados a la actividad, profesorado que pueda supervisar la actividad y actuar ante determinados conflictos -Mejora de la convivencia escolar
2. Apadrinar los alumnos nuevos en el instituto por parte de los de 3r de ESO. Los acompañarán y asesorarán durante 2 años. Alumnado implicado -Que el ambiente en el instituto mejore. Que los nuevos alumnos tengan un elemento de referencia dentro del instituto entre iguales para que puedan confiar.
Jornadas de convivencia en las que participe la totalidad de la comunidad educativa Grandes espacios, patio… Mejorar las relaciones, crear un clima positivo y participativo para toda la comunidad educativa

OBJETIVOS

  • Adquirir las herramientas metodológicas necesarias para que el equipo directivo y los docentes puedan integrar los derechos de la infancia en el Proyecto Educativo del Centro.
  • Alcanzar las competencias necesarias para promocionar en el currículum de todas materias el enfoque de derechos de la infancia y la ciudadanía global.
  • Promover el reconocimiento de la participación infantil como un derecho de la infancia que requiere de promoción en el ámbito educativo.
  • Promover el derecho a la protección adquiriendo los conocimientos necesarios para el desarrollo de estrategias de protección escolar de la infancia y adolescencia.

Ideas clave

1. LA EDUCACIÓN EN DERECHOS DE INFANCIA Y CIUDADANÍA GLOBAL

La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) nació en 1989 para proclamar que todos los menores de edad tienen unos derechos inalienables, indivisibles y universales que todos, incluidos los propios niños y niñas, tenemos el deber de proteger. La Convención ofrece una perspectiva dual de derecho y responsabilidad que, junto con la de ciudadanía global, nos dota de un potente instrumento que puede contribuir a una educación transformadora, a la altura de los compromisos que nos hemos puesto como sociedad.

Como docentes y especialistas en educación, conocemos la existencia de los derechos reconocidos por la Convención. Pero quizás podamos ir más allá: ¿en los centros educativos, estos derechos se conocen o se viven? ¿Tiene sentido que sean algo más que un contenido curricular? ¿Cuál es el compromiso con los derechos de la infancia que queremos impulsar desde el centro educativo? Éstas son preguntas que pueden surgir en las conversaciones que mantenemos como docentes preocupados por el tema. Sabemos que para vivir los derechos hay que conocerlos, pero podemos hacer más: ver su valor como elemento vehicular y desarrollarlos en los elementos organizativos del centro, para hacer coherentes las dos dimensiones de conocimiento y experiencia. El éxito de esta misión necesita de la implicación de toda la comunidad educativa, un colectivo dinámico, heterogéneo y de motivaciones diversas.

La educación en derechos de infancia y ciudadanía global promueve que el centro educativo se convierta en agente transformador a través de la defensa, cumplimiento y promoción activa de los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes, como establece la Convención sobre los Derechos del Niño. Esto supone desarrollar la capacidad de los titulares de deberes para cumplir con sus obligaciones de respetar, proteger y cumplir dichos derechos.

El programa educativo de educación en derechos de infancia y ciudadanía global se basada en nueve principios que informan de la finalidad última de nuestras acciones y se orientan en cuatro ámbitos interdependientes: el conocimiento de los derechos de infancia y la ciudadanía global, la protección, la participación infantil y el clima escolar. Para dotar de coherencia al proyecto educativo es necesario que los cuatro ámbitos se aborden conjuntamente ya que están interconectados.

2.1 EL ÁMBITO DE CONOCIMIENTO SOBRE DERECHOS DE INFANCIA Y CIUDADANÍA GLOBAL

CONOCIMIENTO

1. Promover en el alumnado el reconocimiento de sí mismos y de los demás como personas con dignidad, con derechos y responsabilidades.

2. Comprometerse con el desarrollo de la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del menor hasta el máximo de sus posibilidades.

3. Promover la formación de ciudadanos preocupados por el cumplimiento de los derechos humanos en todo el mundo.

El cumplimiento de estos 3 principios se concreta en el logro de los siguientes objetivos, que tienen la intención de orientar y especificar nuestra acción.

PRINCIPIOS OBJETIVOS
1. Promover  en el alumnado el reconocimiento de sí mismos y de los demás como personas con dignidad, con derechos y responsabilidades.

1.1. Integrar curricularmente los Derechos de la Infancia  en el Proyecto Educativo de Centro (PEC)

1.2. Integrar curricularmente los Derechos de la Infancia  en la planificación escolar

1.3. Integrar curricularmente los Derechos de la Infancia en la Programación General Anual (PGA) del centro.

2. Comprometerse con el desarrollo de la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del menor hasta el máximo de sus posibilidades.

2.1. Facilitar  el tiempo necesario que permita dar una atención personalizada al alumnado, en función  de sus aptitudes y sus capacidades.

2.2. Establecer unos criterios  de organización del espacio y de distribución de los tiempos escolares acordes con el desarrollo de la personalidad y de las diferentes aptitudes y capacidades.

2.3. Mantener un clima  de altas expectativas hacia  el alumnado.

2.4. Dotar de recursos  necesarios en el aula  que favorezcan el bienestar, el fomento del desarrollo y el correcto  tratamiento a la diversidad de todo el alumnado.

3. Promover  la formación de ciudadanos preocupados por el cumplimiento de los derechos humanos en todo el mundo.

3.1. Programar la CDN en el currículo  de aula.

3.2. Promocionar en el currículo  de todas materias el enfoque de derechos de la infancia y la ciudadanía global.

 

Deben entenderse los objetivos como una herramienta conceptual cuya utilidad es facilitar el paso del compromiso a la acción. Los principios mantienen un alcance mucho más amplio que el reflejado en los objetivos que, a su vez, son una forma eficaz de expresión del compromiso con los derechos de infancia en el contexto educativo. Por supuesto, pueden establecerse objetivos adicionales en un centro educativo concreto siempre que persigan la misma finalidad.

En todo caso, nuestra acción en este primer ámbito debe orientarse, al menos, al logro de:

  • La inclusión de los derechos de infancia y el ejercicio de la ciudadanía global en el Proyecto Educativo de Centro y en la programación de aula.
  • El establecimiento de los recursos y condiciones necesarias para alcanzar los objetivos educativos en todo el alumnado.

2.2. LA INTEGRACIÓN EN EL PROYECTO EDUCATIVO DE CENTRO

El Proyecto Educativo de Centro (PEC) es el documento donde se recogen los principales objetivos que orientan las decisiones y actividades del centro escolar. Presenta dos facetas complementarias y, en algunos casos, también contradictorias: una inspirada por el ideal que la comunidad educativa proyecta sobre el centro y otra centrada en la práctica, ya que toda acción educativa debe mantener una relación de coherencia con él.

Por esta razón debemos ser realistas cuando decidamos incorporar el enfoque de derechos, manteniendo los objetivos no sólo en el ideal, sino también en la transformación práctica que tendrá lugar cuando avancemos en actividades y programas basadas en una concepción de derechos y ciudadanía:

  • La incorporación del enfoque en derechos de infancia en el proyecto educativo de centro debe realizarse no solamente por su potencial educativo, sino también como estrategia para articular una educación donde la infancia es sujeto activo de derechos y de responsabilidades.
  • El proceso de modificación del proyecto educativo no debe ser un mero trámite administrativo, sino que debe ser una oportunidad para realizar un proceso de reflexión conjunta que dé como resultado un consenso básico para emprender el proceso de cambio.

Proponemos un ejemplo de enunciado para la incorporación al proyecto de centro. Puede servir de punto partida para un desarrollo más pormenorizado o añadirse fácilmente como un punto más al apartado de fines educativos del PEC.

FINES EDUCATIVOS

Promover el conocimiento y defensa de los Derechos de la Infancia y el ejercicio de la ciudadanía global solidaria y responsable.”

En el apartado señas de identidad del PEC pueden recogerse los principios del compromiso con los derechos de infancia que ya hemos visto anteriormente:

SEÑAS DE IDENTIDAD 

La educación basada en los derechos de la infancia promueve el cumplimiento de los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes, como establece la Convención sobre los Derechos del Niño, desarrollando la capacidad de los titulares de deberes para cumplir con sus obligaciones de respetar, proteger y cumplir dichos derechos. Comprometerse con el pleno cumplimiento de los derechos de la infancia en el ámbito educativo implica:

  • Promover en el alumnado el reconocimiento de sí mismos y de los demás como personas con dignidad: con derechos responsabilidades.
  • Comprometerse con el desarrollo de la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del alumnado hasta el máximo de sus posibilidades.
  • Promover la formación de ciudadanos preocupados por el cumplimiento de los derechos humanos en todo el mundo.
  • Garantizar la protección frente a cualquier forma de discriminación por razón de cultura, religión, origen, idioma, sexo o de cualquier otra índole.
  • Respetar la libertad del menor de tener o adoptar la religión o creencias de su elección y de manifestarlas, tanto en público como en privado.
  • Adoptar las medidas normativas, organizativas y educativas necesarias para garantizar la protección frente al maltrato, las humillaciones y los abusos sexuales, previniendo los riesgos de perjuicios físicos o mentales de cualquier tipo. Así mismo, promover el conocimiento de la infancia de los riesgos presentes en su entorno y fomentar el desarrollo de medidas de autoprotección.
  • Promover un entorno de relación interpersonal que fomente la igualdad, el respeto por la dignidad de las personas, la salud y la convivencia pacífica.
  • Promover que niños, niñas y adolescentes disfruten activamente de la libertad de información, creencia, expresión y participación.
  • Promover que educadores, familias y la comunidad escolar en su conjunto guíen y orienten a niños, niñas y adolescentes en el ejercicio de sus derechos y responsabilidades, de modo acorde con sus capacidades, y velando en todo momento por el interés superior del menor.
  • Promover el derecho de la infancia a disfrutar del juego y a las actividades recreativas propias de su edad, así como a participar en la vida cultural, las artes y el medioambiente.

2.3 RECURSOS PARA EMPRENDER MEJORAS EN ESTE ÁMBITO 

Puedes encontrar más información sobre como emprender mejoras en este ámbito en el Cuaderno de integración curricular.

unicef

La primera parte de este cuaderno se centra en los fundamentos de la integración curricular de los derechos de la infancia y la ciudadanía global.

A continuación, pasamos a la puesta en práctica en la que, mediante propuestas metodológicas y ejemplos de tres formas complementarias de abordarla (conceptual, por proyectos y por situaciones), se pretende orientar, fundamentar e inspirar las acciones de mejora en este ámbito.

El cuaderno se completa con unos breves apuntes sobre el tratamiento adecuado de los contenidos sobre desarrollo y derechos de infancia y la relación de fechas clave que nos permite encontrar en el calendario escolar una excusa para mantener presente nuestro compromiso.

unicef

El programa CReC (Crece, Responsabilízate y Crea) puede ayudarte a desarrollar el conocimiento de los derechos de infancia en tu centro educativo.

Este manual de Educación en Derechos resume algunas claves para poner en marcha un plan de promoción de derechos de la infancia en el centro escolar. El objetivo general del programa es impulsar que los estudiantes de segundo ciclo de Educación Primaria y de Educación Secundaria puedan reconocer los derechos de la infancia como propios y promover sus derechos como agentes activos de su comunidad.

El programa consta de 24 sesiones, con una estructura metodológica participativa de 2 itinerarios paralelos e intercalados. El resultado del programa será un producto de difusión de la Convención sobre los Derechos del Niño elaborado por los participantes

3.1 EL ÁMBITO DE LA PARTICIPACIÓN INFANTIL

Bajo este epígrafe se incluyen el ejercicio de los derechos de información, expresión, asociación y juego. Es decir, todos aquellos relacionados con el desarrollo de la participación infantil plena y el ejercicio de una ciudadanía global responsable y solidaria.

PARTICIPACIÓN INFANTIL Y OTROS DERECHOS

4. Promover que niños, niñas y adolescentes disfruten activamente de la libertad de información, expresión y participación.

5. Promover el derecho de la infancia a disfrutar del juego y a las actividades recreativas propias de su edad, así como a participar en la vida cultural, las artes y el medioambiente.

La participación facilita los procesos de cohesión social y mejora el bienestar de las personas y de su entorno social. Los niños y niñas que participan de manera activa en una iniciativa social amplían su visión sobre los derechos, las responsabilidades y las obligaciones en su comunidad.

Existe un consenso general en valorar la participación social como una importante herramienta que contribuye al desarrollo de las personas y de las comunidades. Los niños y niñas que participan activamente logran alcanzar una visión más profunda sobre los derechos y las responsabilidades que conlleva el ejercicio de la ciudadanía en su comunidad. La participación es una oportunidad de la que se puede y se debe aprender. Los principales beneficios son:

    • En los niños y las niñas: mejora de sus capacidades y potencialidades personales, así como fomento de la autonomía, de la creatividad y del espíritu crítico.
    • En el aula: desarrollo de procesos proactivos en la toma de decisiones. Los aprendizajes son más sólidos, impulsándose las capacidades de reflexión y elección.
    • En el centro educativo: se facilitan los procesos de cohesión social y de mediación en la resolución de conflictos. Se mejora el clima del centro educativo, promocionando un espacio de escucha activa y de diálogo entre los todos los miembros de la comunidad educativa.
    • En el entorno: la participación de los niños, las niñas y los adolescentes como ciudadanos y miembros activos de la comunidad donde exponen sus proyectos, sus opiniones y cumplen con sus obligaciones y sus responsabilidades, beneficia a la sociedad en su conjunto y tiene un efecto multiplicador.

El cumplimiento de estos principios se concreta en el logro de los siguientes objetivos que, como se ha indicado anteriormente, no son exclusivos.

Debe tenerse en cuenta que para el ejercicio de estos derechos es necesario promover que educadores, familias y la comunidad escolar en su conjunto guíen y orienten a niños, niñas y adolescentes en el ejercicio de sus derechos y responsabilidades de modo acorde con sus capacidades. También será fundamental el trabajo desarrollado en paralelo dentro del ámbito de clima escolar, ya que hay que considerar que el pleno ejercicio de estas libertades requiere de un entorno de relación interpersonal que fomente la igualdad, el respeto por la dignidad de las personas y la convivencia pacífica. Una vez más se pone de manifiesto la interrelación entre ámbitos.

PRINCIPIOS OBJETIVOS
4.  Promover  que niños,  niñas  y adolescentes disfruten activamente de la libertad de información, expresión y participación.

4.1.  Promocionar la libertad de expresión y valoración de las contribuciones del alumnado.

4.2.   Generar mecanismos para que el alumnado pueda participar en la toma de decisiones sobre el trabajo académico y la vida escolar.

4.3.   Promocionar que los niños, niñas y adolescentes participen en proyectos en colaboración con las comunidades de su entorno.

4.4. Implementar en el aula metodologías participativo-colaborativas.

4.5.  Incentivar a niños niñas y adolescentes a tomar parte en la resolución pacífica de conflictos entre iguales.

4.6   Promocionar y proteger la libertad religiosa y de creencias del alumnado.

5.    Promover el derecho de la infancia a disfrutar del juego y a las actividades recreativas propias de su edad, así como a participar en la vida cultural y las artes y el medioambiente.

5.1.  Promover la existencia de actividades extraescolares que promuevan valores de la CDN.

5.2.   Favorecer la participación del alumnado en el diseño, gestión y ejecución de las actividades extraescolares.

5.3   Asegurar la disponibilidad de actividades de ocio dentro del horario escolar.

3.2 RECURSOS PARA EMPRENDER MEJORAS EN ESTE ÁMBITO

Puedes encontrar más información sobre como emprender mejoras en este ámbito en la publicación: Participación.

unicef

Esta publicación desarrolla el segundo ámbito de la educación en derechos: la participación infantil. Incluye ideas clave y orientaciones para:

1. Promover que niñas, niños y adolescentes disfruten activamente de la libertad de información, expresión y participación.

2. Promover el derecho de la infancia a disfrutar del juego y las actividades recreativas propias de su edad, así como a participar en la vida cultural y las artes y el medioambiente.

La participación infantil no es un hacer (o hacer de más) en la escuela, sino una forma de ser escuela. Cuando la participación se incorpora en la forma de ser, se incorpora en las maestras y maestros, en las niñas y los niños, en la dirección, en las cocineras y cocineros, en los bedeles, en los espacios… la escuela se convierte en una pequeña ciudad democrática, que funciona eficaz y eficientemente, y que goza de cohesión social entre iguales y entre las diferentes generaciones que en ella conviven.

Sobre todo, se convierte en el lugar que respeta, como ningún otro lugar, los derechos de la infancia.

4.1 EL ÁMBITO DE PROTECCIÓN DE LA INFANCIA

Este es un ámbito muy amplio orientado a garantizar un entorno de protección, lo que significa que los niños y niñas estén en el centro educativo de una forma segura y que la comunidad escolar sea consciente de los posibles riesgos y tenga la capacidad de prevenirlos.

PROTECCIÓN DE LA INFANCIA

6. Adoptar medidas normativas, organizativas y educativas necesarias para garantizar la protección frente al maltrato, las humillaciones y los abusos sexuales, previniendo los riesgos de perjuicios físicos o mentales de cualquier tipo. Así mismo, promover el conocimiento de la infancia de los riesgos presentes en su entorno y fomentar el desarrollo de medidas de autoprotección.

7. Garantizar la protección frente a cualquier forma de discriminación por razón de cultura, religión, origen, idioma, sexo o de cualquier índole.

Para desarrollar este ámbito proponemos los siguientes principios y objetivos.

PRINCIPIOS OBJETIVOS
6. Adoptar medidas normativas, organizativas y educativas necesarias para garantizar la protección frente al maltrato, las humillaciones y los abusos sexuales, previniendo los riesgos de perjuicios físicos o mentales de cualquier tipo. Así mismo,promover el conocimiento de la infancia de los riesgos presentes en su entorno  y fomentar el desarrollo de medidas de autoprotección.

6.1. Proteger frente al descuido físico y emocional.

6.2. Proteger frente a la violencia psicológica.

6.3. Proteger frente a la violencia física.

6.4. Proteger frente al abuso sexual y agresiones sexuales

6.5. Proteger frente a prácticas perjudiciales contra la salud de los menores.

6.6. Fomentar medidas de autoprotección en el alumnado.

7. Garantizar la protección frente a cualquier forma de discriminación por razón de cultura, religión, origen, idioma, sexo o de cualquier índole.

7.1. Crear un entorno libre de racismo y xenofobia.

7.2. Proteger frente a cualquier discriminación por actos sexistas y homófobos.

7.3. Garantizar el acceso igualitario a los recursos y actividades, y una compensación de la falta de recursos de las familias.

7.4. Adaptarse a las necesidades del alumnado con discapacidad física, intelectual y sensorial.


 

4.2 RECURSOS PARA EMPRENDER MEJORAS EN ESTE ÁMBITO

Guía para la protección la infancia y adolescencia desde los centros educativos.

unicef

La Convención de los Derechos del Niño establece el derecho de la infancia a ser protegida por el personal de las instituciones educativas contra toda forma de perjuicio, abuso físico o mental; reafirmando el derecho fundamental de niños, niñas y adolescentes al respeto de su dignidad y de su integridad física y personal.

El objetivo de esta guía es que los profesionales de la educación conozcan cómo actuar y prevenir las situaciones de vulnerabilidad o riesgo para niños, niñas y adolescentes. Este cuaderno nos muestra las claves para la prevención de los principales riesgos para la infancia en nuestro contexto.

El abuso sexual infantil queda fuera de juego

unicef

Una serie de guías para la detección y prevención del abuso sexual infantil en el deporte. Consta de 5 guías diferentes, para diferentes audiencias, pero con el mismo objetivo común: detectar y prevenir el abuso en el deporte a través de la sensibilización, y formación e información a educadores, entrenadores y personal dedicado a la gestión de instalaciones deportivas (y a través de ellos a los niños y niñas):

  • Tres guías para trabajar la prevención directamente con niños, niñas y adolescentes de las distintas etapas:
  • Una guía orientada a profesionales para la detección de abuso sexual infantil en el ámbito del deporte.
  • Un listado de estándares de calidad que deben cumplir las instalaciones deportivas.

Además, un decálogo en formato póster para que los niños conozcan los límites y estén prevenidos contra el abuso.

unicef

UNICEF ha colaborado en la elaboración de estas guías, que forman parte de la campaña “El abuso sexual infantil queda fuera de juego” del Consejo Superior de Deportes.

Guía para prevenir el acoso escolar. Conecta con la realidad de tu hijo 

Presenta claves a las familias para anticiparse al acoso escolar, estructuradas en cuatro apartados: entender la realidad de nuestros hijos, conectar con ellos de forma natural, prevenir y estar pendiente de las señales y saber cómo detectarlas, y actuar. Aporta referencias básicas para compartir con la comunidad escolar.

5.1 EL ÁMBITO DE CLIMA ESCOLAR

Un buen clima escolar se caracteriza por relaciones interpersonales positivas que favorezcan sentimientos de aceptación y de seguridad emocional. La promoción de valores de respeto fortalece los vínculos en la comunidad e impulsa la actividad escolar. Una atmósfera positiva estimula el sentido de pertenencia e identificación con el grupo y la escuela, así como el compromiso con los demás.

PARTICIPACIÓN INFANTIL Y OTROS DERECHOS

8. Promover que educadores, familias y la comunidad escolar en su conjunto guíen y orienten a niños, niñas y adolescentes en el ejercicio de sus derechos y responsabilidades, de modo acorde con sus capacidades, y velando en todo momento por el interés superior del menor.

9. Promover un entorno de relación interpersonal que fomente la igualdad, el respeto por la dignidad de las personas, la salud y la convivencia pacífica.

Para desarrollar este ámbito proponemos los siguientes principios y objetivos.

PRINCIPIOS OBJETIVOS
8. Promover que educadores, familias y la comunidad escolar en su conjunto guíen y orienten a niños, niñas y adolescentes en el ejercicio de sus derechos y responsabilidades, de modo acorde con sus capacidades, y velando en todo momento por el interés superior del menor.

8.1. Generar relaciones de calidad entre el centro y las familias y promover la participación conjunta en la toma de decisiones.

8.2. Comprometer a toda la comunidad escolar en una guía educativa en beneficio del interés superior del menor.

9. Promover  un entorno  de relación interpersonal que fomente la igualdad, el respeto por la dignidad de las personas, la salud  y la convivencia pacífica.

9.1. Promover  relaciones de calidad entre  los miembros de la comunidad escolar.

9.2. Generar mecanismos de resolución pacífica  de posibles conflictos entre  los alumnos, así como entre  el  alumnado y el profesorado.

5.2 RECURSOS PARA EMPRENDER MEJORAS EN ESTE ÁMBITO 

Este cuaderno profundiza en orientaciones para contribuir a la mejora del clima escolar en los centros educativos desde una perspectiva de derechos de infancia.

unicef

La educación basada en derechos de la infancia incluye la intervención en los ambientes de aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes para que puedan ser capaces de ponerlos en práctica en la vida cotidiana. Por ello, es fundamental incidir en los factores que favorecen un buen clima de aula y todos los miembros de la comunidad educativa deben saber cómo poder hacerlo. Es básico el conocimiento de la definición y componentes del clima escolar pero también lo es conocer propuestas prácticas que se pueden plantear para mejorarlo.

 

6.1 AUTOEVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO INICIAL 

Un paso previo al trabajo en estos ámbitos es la realización de una autoevaluación institucional que nos aporte una visión general sobre el compromiso con los derechos de la infancia dentro de nuestro propio centro educativo. Esta autoevaluación nos permite llevar a cabo un ejercicio de reflexión colectiva sobre las políticas y prácticas que llevamos a cabo en nuestro centro, lo que nos llevará más adelante a elaborar un plan de acción donde se recojan las propuestas de mejora sugeridas por la comunidad educativa.

Debe tenerse siempre en cuenta que la intención de la autoevaluación es hacer aflorar propuestas concretas de mejora con las que construir un plan de acción y no oficializar un determinado estatus de calidad del centro.

6.2 CÓMO LLEVAR A CABO EL PROCESO DE AUTOEVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO INICIAL

Dentro de los materiales de autoevaluación [1] de Educación en Derechos y Ciudadanía Global se encuentra la información necesaria para que el equipo directivo del centro educativo inicie el proceso de autoevaluación y diagnóstico. La recomendación general es que sea el equipo directivo quien lidere esta fase inicial, mediante la difusión de los materiales y de la información a toda la comunidad educativa, aunque también puede encargarse a otra persona o grupo responsable que ejerza las labores de coordinación.

Una vez que el profesorado, el alumnado, las familias y el resto de miembros del centro han mostrado su interés en realizar la autoevaluación y diagnóstico inicial, se establecen los siguientes grupos de trabajo:

Grupo 1: compuesto por el equipo directivo, coordinadores/as de ciclo y etapa, directores/as de departamento y miembros de los equipos de orientación. Conviene integrar en este grupo a los y las responsables municipales.

Grupo 2: formado por los tutores/as.

Grupo 3: compuesto por las familias que quieran participar.

Grupo 4: integrado por el alumnado interesado.

Grupo 5: otro personal del centro, como el personal de administración y servicios (PAS), técnicos/as de comedor y de actividades extraescolares, etc.

Cada uno de estos grupos realiza la autoevaluación y diagnóstico inicial de una forma autónoma, en una reunión de trabajo en la que responden a las preguntas de su respectivo cuestionario y realizan propuestas de mejora en los ámbitos que consideran más importantes.

En cada uno de los grupos se elige a una persona representante que asiste a una segunda reunión en la que se ponen en común los resultados del diagnóstico elaborado por los grupos y donde se confecciona el plan de acción en base a las propuestas de mejoras decididas por los distintos grupos de trabajo.

A continuación, se muestra un esquema ilustrado con el mapa del proceso.


[1] La guía metodológica de Educación en Derechos “Transformando la educación desde los derechos de infancia” está disponible on-line.

. DEL DOCUMENTO FINAL DE MEJORAS AL PLAN DE ACCIÓN 

1. Fase de análisis

Una vez recogidas todas las propuestas, es el momento de consolidarlas en un plan de acción para ponerlas en práctica. En esta parte del proceso, se forma una comisión que elabora el plan de acción sobre la base de una plantilla que permite valorar cada una de las propuestas en términos de pertinencia, alcance, relación viabilidad y completitud. Aunque el objetivo de la plantilla es favorecer que este proceso se pueda realizar de forma autónoma, es posible contactar con educacion@unicef.es para recibir asesoría en el proceso de elaboración del plan de acción.

Se sugiere que los distintos miembros de la comisión encargada trabajen individualmente sobre la plantilla y, finalmente, en una reunión de no más de 2 horas, se pongan en común y se apruebe el plan. El equipo directivo se deberá incluir o implicar de la manera que considere más oportuna en la comisión encargada.

Para valorar cada una de estas dimensiones, ten en cuenta las siguientes recomendaciones:

2. Pertinencia

  • Mide la adecuación y conveniencia de las propuestas a través de dos valores: “pertinente” o “no pertinente”.
  • Es necesario mantener la pluralidad de las propuestas y no anticipar otros análisis.
  • Tras el trabajo en grupos, debemos presuponer cierto grado de pertinencia de las propuestas.
  • Únicamente son claramente excluibles aquellas propuestas que no contengan una propuesta real de acción, sino que simplemente sean una reflexión o comentario, aquellas que no se refieran a nuestro ámbito de actuación o las que sean evidentemente inadecuadas para el objeto de la elaboración del plan de acción.

En el siguiente ejemplo se valora como “no pertinente” la última propuesta por no plantear una acción concreta:

3. Alcance

  • Esta dimensión recoge una aproximación del tamaño de la propuesta: ¿abarca a todo el centro, a la comunidad en su conjunto o a una clase?
  • Es necesario dotar de un alcance específico aquellas propuestas que estén redactadas de forma inespecífica.

Ejemplo:

4. Relación

  • Nos permite agrupar aquellas propuestas que estén conectadas y que mantengan una relación funcional o persigan similar propósito. En el ejemplo, la primera y tercera propuestas pueden agruparse, porque se refieren a actividades de participación que pueden estar relacionadas. La segunda y la cuarta también pueden agruparse, por ser actividades de mantenimiento relacionadas con la seguridad del alumnado:

5. Viabilidad y temporalización

  • Aquí estimamos los recursos necesarios para realizar cada propuesta.
  • Es importante tener en cuenta si son recursos puntuales o si será necesario dotarlos periódicamente.
  • La aproximación incluye los recursos humanos, materiales, económicos y temporales que pueden necesarios.
  • Es posible que sea necesario descartar propuestas o postergarlas por falta de recursos.
  • Se puede considerar la posibilidad de movilizar recursos de la comunidad y priorizar las acciones.

6. Completitud

  • Revisando los puntos fuertes y débiles que aparecen en el informe de mejoras es posible que nos demos cuenta de que sería necesario añadir propuestas en los cuatro ámbitos (conocimiento, participación, protección y clima)
  • Es el momento de añadir estas nuevas propuestas que se nos hayan podido pasar por alto, valorando en cada una de ellas su pertinencia, alcance, relación y viabilidad.
  • Tened en cuenta la oferta de actividades del programa educativo de UNICEF para completar el plan.

Sobre la base de las mejoras analizadas en el paso anterior, debemos elaborar un documento donde recojamos la planificación para ponerlas en marcha. Para confeccionarlo recomendamos:

  • Seguir la estructura del programa en torno a los cuatro ámbitos y a los objetivos definidos en cada ámbito: conocimiento, participación infantil, protección y clima escolar.
  • En caso necesario, las acciones se pueden temporalizar en varios cursos escolares en función del alcance de las mismas. También se puede abordar cada ámbito en distintos cursos para focalizar la acción.
  • Es importante recordar que se pueden incorporar al plan de acción objetivos adicionales. A continuación, presentamos una plantilla de ejemplo para el primero de los ámbitos.

Puedes realizar el plan de acción de tu centro usando la siguiente plantilla. Así, las distintas contribuciones analizadas se estructuran en torno a los objetivos del programa en un plan de acción, que devuelve a la comunidad educativa un producto concreto, resultado de su participación, impulsando al centro hacia las acciones de mejora continua.

8. CENTROS REFERENTES

unicef

Esta iniciativa tiene como finalidad impulsar y reconocer el esfuerzo de los centros educativos por llevar a cabo proyectos de ciudadanía global a largo plazo e incentivarles a la mejora permanente y la innovación en la Educación en Derechos de Infancia.

Estos reconocimientos se enmarcan dentro de la colaboración de UNICEF Comité Español con las Consejerías de Educación para impulsar la Educación en Derechos de Infancia, tal y como marca la Convención sobre los Derechos del Niño.

Para UNICEF, el derecho a una educación inclusiva y de calidad como marcan los Objetivos de Desarrollo Sostenible es fundamental en la construcción de sociedades más justas y para ello un enfoque de derechos es clave. Esta iniciativa hace posible que toda la comunidad educativa esté implicada en acciones que permiten a los estudiantes desarrollarse como ciudadanos conscientes y responsables, capaces de contribuir a su propia mejora, a la de su comunidad y, por extensión, a la de la sociedad. Aquellos centros reconocidos como Centros Referentes han decidido, además, ir un paso más allá y convertirse en modelos de implementación que puedan inspirar a otros centros.

La convocatoria de los reconocimientos es de carácter bianual y está abierta a todos los centros de Educación Infantil, Primaria y Secundaria, ya sean públicos, privados o concertados, reconocidos como oficiales por la Consejería de Educación y/o el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Los centros interesados pueden encontrar aquí más información sobre esta convocatoria.


U.4 Factores de riesgo y protección en la infancia

Mi reto

¿ERES TAN ANÓNIMO EN LA RED COMO TE CREES? #NoSeasEstrella

El siguiente vídeo promueve el uso responsable de las redes sociales. Tras visionarlo, ¿cuál crees que es el principal riesgo de la exposición de la vida privada de niños, niñas y adolescentes y cómo crees que podemos protegerles desde el ámbito educativo?

 

Vídeo: “¿Eres tan anónimo en la red como te crees?”

Como tarea te pedimos que diseñes una intervención educativa que:

    • Fomente entre tu alumnado el uso responsable de las redes sociales.
    • Advierta de los principales riesgos que conlleva una sobreexposición de la vida privada.
    • Integre protocolos de detección, protección y actuación que ayuden a tu alumnado a saber cómo actuar en cada caso.

La intervención que elabores debe especificar el tipo de alumnado al que va dirigida, objetivos, contenidos y actividades que desarrolla, así como presentar la evaluación que se va a llevar a cabo.

Puedes realizar el reto mediante una entrada de blog, una infografía, un cartel, una presentación de diapositivas, un documento de texto…

Te recomendamos que tengas en cuenta la rúbrica de evaluación a la hora de realizar la tarea de este reto.

Objetivos

  • Promover el derecho a la protección adquiriendo los conocimientos necesarios para el desarrollo de estrategias de protección escolar de la infancia y adolescencia.
  • Fomentar que los docentes utilicen los recursos necesarios que favorezcan el bienestar, el fomento del desarrollo y el correcto tratamiento a la diversidad de todo el alumnado.

Ideas Clave

1. LA PROTECCIÓN DE LA INFANCIA Y LA FUNCIÓN DOCENTE

La protección forma parte inseparable de la función docente porque es fundamental para el desarrollo de la infancia y de la adolescencia, siendo este el objetivo y la guía del proceso educativo.

La exposición a la violencia en cualquiera de sus múltiples formas, tiene graves consecuencias sobre el desarrollo personal, la socialización y el proceso educativo de niños, niñas y adolescentes. Hay que tener en cuenta que las vulneraciones de derechos vinculadas a la protección inciden sobre el cumplimiento efectivo de otros derechos y especialmente en el derecho a la educación. Por ejemplo, la ausencia de un entorno seguro interfiere en el rendimiento académico, en la motivación y en el aprendizaje de valores.

Comprometerse y asumir la protección como parte de la función docente no significa que esta labor deba abordarse en solitario por los educadores. La coordinación entre los ámbitos educativo, sanitario y social es necesaria para afrontar la protección de la infancia.

Proteger a la infancia consiste en garantizar los derechos de los niños y niñas, que se satisfagan sus necesidades básicas y se promueva su integración en los grupos naturales de convivencia, en unas condiciones que posibiliten su participación en la vida familiar, social y cultural, así como su desarrollo como individuos. En este sentido, el sistema de protección a la infancia va desde los padres y los ciudadanos en general, hasta las diversas instituciones con competencia en materia de protección.

El trabajo en red puede ayudar a que las relaciones entre los profesionales que atienden a los alumnos no se limiten a aplicar un sistema de derivaciones, preferentemente a través de las familias, sino que se establezcan, de forma sistemática, fórmulas de intercambio de información fluida y de cooperación que faciliten una atención coordinada, simultánea y continuada, con el fin de optimizar recursos y ganar en eficacia y eficiencia (Defensor del Menor de Andalucía, 2016, p.184).

Para los educadores el enfoque de protección implica desarrollar tareas muy diferentes a la enseñanza pero contenidas en el rol docente como movilizar recursos comunitarios, colaborar con otras instituciones de forma coordinada, realizar formación permanente o elaborar procedimientos de actuación y planes preventivos.

Las intervenciones sobre situaciones de desprotección tienen diferentes fases: detección, notificación, evaluación e intervención. La participación de los docentes en las intervenciones orientadas a la protección de la infancia es diferente en función de la etapa en el que se encuentre cada intervención y generalmente su participación se centra en las fases de detección y notificación. Aunque su participación no es protagónica es imprescindible.

Donde la educación cobra especial protagonismo es en la labor preventiva. Los riesgos son cambiantes y complejos en la sociedad actual. Los profesionales de la educación deben conocerlos, intervenir sobre ellos y dotar al alumnado de las adecuadas medidas de autoprotección como parte de su proceso educativo.

 
"unicef2
UNICEF/UN048981/GETMAN

2.1. LOS PRINCIPALES RIESGOS PARA LA INFANCIA EN NUESTRO CONTEXTO I

A continuación, se recogen los principales retos educativos para garantizar el derecho a la protección; estos riesgos están vinculados a las principales causas de mortalidad y morbilidad infantil en España. Seguidamente, se proponen algunas acciones preventivas para abordarlos desde el ámbito educativo.

Riesgo: Acoso escolar
¿Cómo prevenirlo?

1 DE CADA 10

 ESTUDIANTES DE E.S.O.  SUFRE ACOSO EN ESPAÑA

  

1 DE CADA 15 

ESTUDIANTES DE E.S.O.   SUFRE CIBERACOSO EN ESPAÑA

 

  • Desarrollando actividades educativas que favorezcan el desarrollo de las capacidades para interrelacionarse de forma positiva y para resolver pacíficamente los conflictos.
  • Desarrollando y manteniendo actualizados los protocolos de actuación.
  • Implementado programas específicos en colaboración con otras instituciones como ayuntamientos, consejerías u organizaciones no gubernamentales.
  • Promoviendo la participación infantil y desarrollando un entorno protector en el centro educativo.
Riesgo: Maltrato infantil
¿Cómo prevenirlo?

EN ESPAÑA SE PRODUCEN

15 NOTIFICACIONES DE SOSPECHA DE MALTRATO INFANTIL GRAVE CADA DÍA

  

CADA HORA SE PRODUCE EN ESPAÑA 1  NOTIFICACIÓN DE SOSPECHA DE MALTRATO INFANTIL POR NEGLIGENCIA*

 

  • Desarrollando actividades educativas que favorezcan el desarrollo de las capacidades para interrelacionarse de forma positiva y para resolver pacíficamente los conflictos.
  • Identificando las situaciones de maltrato y riesgo familiar o social y colaborando con el resto de instituciones.
  • Desarrollando y manteniendo actualizados los protocolos de actuación.
  • Completando las hojas de notificación de riesgo y maltrato infantil.
  • Detectando los factores de riesgo presentes en el centro desde la labor de orientación escolar.
  • Promoviendo la parentalidad positiva con las familias del centro educativo.
  • Desarrollando un entorno protector en el centro educativo.

*Boletín de datos estadísticos de medidas de protección a la infancia. Boletín nº19, 2016. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Riesgo: Abuso sexual y agresiones sexuales
¿Cómo prevenirlo?

EN EUROPA,

1 DE CADA 5 NIÑOS SON VÍCTIMAS DE ALGÚN TIPO DE VIOLENCIA SEXUAL**

  

    • Desarrollando actividades de educación afectivo-sexual y promoviendo la igualdad de género.
    • Incluyendo actividades educativas que permitan al alumnado tanto el conocimiento de los riesgos como el desarrollo de las capacidades de autoprotección.
    • Desarrollando y manteniendo actualizados los protocolos de actuación.
    • Identificando las situaciones de abuso o violencia sexual y colaborando con el resto de instituciones para garantizar el acceso a los servicios asistenciales y la protección tanto de las posibles represalias como del proceso de re-victimización.
    • Completando las hojas de notificación de riesgo y maltrato infantil
    • Implementando programas específicos en colaboración con otras instituciones como ayuntamientos, consejerías u organizaciones no gubernamentales.
    • Promoviendo la participación infantil y desarrollando un entorno protector en el centro educativo.

**Consejo de Europa. Campaña contra la violencia sexual contra la infancia.

Riesgo: Riesgos on-line
¿Cómo prevenirlo?

1 DE CADA 3 NIÑOS Y NIÑAS DE 1 A 16 AÑOS AFIRMARON HABER VISTO CONTENIDOS INADECUADOS

NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES CONTACTADOS ON-LINE POR UN ADULTO BUSCANDO ALGÚN TIPO DE  CONTACTO SEXUAL

1 DE CADA 4 NIÑAS

1 DE CADA 10 NIÑOS***

  

 

  • Desarrollando actividades educativas para la adquisición de competencias digitales que permiten el uso adecuado de la tecnología y el desarrollo de las capacidades para afrontar sus amenazas
  • Implementando programas específicos en colaboración con otras instituciones como ayuntamientos, consejerías u organizaciones no gubernamentales.

  

***Informe de UNICEF Comité Español (2018. Los niños y las niñas de la brecha digital en España. Citado de (Calamaestra 2016; Garmendia et al, 2016 y Montiel, Carbonell & Pereda, 2016).

2.2. LOS PRINCIPALES RIESGOS PARA LA INFANCIA EN NUESTRO CONTEXTO II

Riesgo: Trastornos alimentarios, obesidad y sobrepeso
¿Cómo prevenirlo?

 EN ESPAÑA, DE CADA 10 NIÑOS, 

1 PADECE OBESIDAD Y 2 SOBREPESO

LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA AFECTAN EN ESPAÑA  A 1 DE CADA 25 NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES

   

Promocionando una nutrición saludable

  • Desarrollando actividades educativas que permitan al alumnado adquirir los conocimientos, actitudes, creencias y aptitudes necesarias para tomar decisiones fundamentadas, tener conductas saludables y crear condiciones propicias para la salud.
  • Ofreciendo programas alimentarios escolares que incrementen la disponibilidad de alimentos saludables en las escuelas.
  • Promoviendo los alimentos saludables en las máquinas expendedoras del centro educativo.
  • Garantizando que los alimentos servidos en las escuelas cumplan requisitos nutricionales mínimos.
  • Ofreciendo a los estudiantes y al personal, servicios de salud escolar que ayuden a fomentar la salud y el bienestar, así como a prevenir, reducir, seguir, tratar y derivar los problemas de salud o trastornos importantes.
  • Empleando los huertos escolares como instrumento para concienciar alumnado sobre el origen de los alimentos.
  • Fomentando la participación familiar.

Promocionando la actividad física

  • Ofreciendo actividades diarias de educación física con actividades variadas adaptadas a las necesidades, intereses y capacidades del alumnado.
  • Ofreciendo actividades extracurriculares: deportes y programas no competitivos (por ejemplo, recreos activos).
  • Alentando la utilización de medios de transporte no motorizados para acudir a la escuela y a otras actividades sociales.
  • Ofreciendo acceso a los estudiantes y a la comunidad a instalaciones adecuadas para la práctica de actividades físicas.
  • Alentando a todos los miembros de la comunidad educativa a realizar actividades físicas.

Adaptado de las recomendaciones de la OMS a las escuelas para combatir la epidemia de obesidad infantil

Riesgo: Accidentes domésticos, escolares y de tráfico

 

¿Cómo prevenirlo?

 EN ESPAÑA, 1 DE CADA 10 NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES DE 5 A 14 AÑOS HA SUFRIDO UN ACCIDENTE EN LOS ÚLTIMOS 12 MESES*

  • Desarrollando actividades educativas que permitan al alumnado tanto el conocimiento de los riesgos como el desarrollo de las capacidades para la prevención y la autoprotección.
  • Implementado programas específicos en colaboración con otras instituciones como ayuntamientos, consejerías u organizaciones no gubernamentales.
  • Promoviendo la parentalidad positiva con las familias del centro educativo.
  • Detectando los factores de riesgo presentes en el entorno del centro en colaboración con la policía local.
  • Fomentando la participación infantil en las normas de seguridad y en las actividades de prevención.

*Encuesta Nacional de Salud de España para 2011-2012.

Riesgo: Hábitos tóxicos

 

¿Cómo prevenirlo?

ADOLESCENTES ESPAÑOLES ENTRE 14 Y 18 AÑOS QUE DECLARAN HABER CONSUMIDO SUSTANCIAS PSICOACTIVAS EN EL ÚLTIMO MES**

2 DE CADA 3 TOMARON BEBIDAS ALCOHÓLICAS

1 DE CADA 4 FUMARON TABACO

1 DE CADA 5 CONSUMIERON CANNABIS

  • Desarrollando actividades educativas que permitan al alumnado tanto el conocimiento de los riesgos como el desarrollo de las capacidades personales para manejar adecuadamente las situaciones relacionadas con el consumo de drogas.
  • Diseñando intervenciones específicas para la acción tutorial.
  • Desarrollando actividades que permitan a la comunidad escolar la expresión de las actitudes favorables al cuidado de la salud y el rechazo al consumo de estas sustancias.
  • Detectando los factores de riesgo presentes en el centro desde la labor de orientación escolar.
  • Identificando e interviniendo sobre aquellos casos de alumnos que se inician en hábitos tóxicos, atendiéndolos o derivándolos a recursos especializados.
  • Implementado programas específicos en colaboración con otras instituciones como ayuntamientos, consejerías u organizaciones no gubernamentales.
  • Fomentando la puesta en práctica de propuestas de participación infantil orientadas a promover la protección.

**Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España (ESTUDES) Informe 2016.

3. LA VIOLENCIA Y EL PODER EN LAS RELACIONES PERSONALES 

El abuso de poder es una de las claves para comprender cualquier forma de violencia. El poder es la capacidad para influir en otra persona y es una capacidad que se puede emplear para promover el desarrollo de esa persona o para hacerle daño. En muchas ocasiones, se cree que la violencia entre niños, niñas y adolescentes, al ser entre dos menores, entre “iguales”, no conlleva ese abuso de poder. Nada más lejos de la realidad. No es posible ejercer violencia sin tener previamente una posición de poder para ejercerla. No se ejerce violencia contra quien se quiere, sino contra quien se puede. El poder no tiene que ver con la edad de la persona, sino con la relación que existe entre ambos. Existen cuatro formas de adquirir poder sobre otra persona y todas ellas pueden darse entre niños, niñas y adolescentes[1].

  • EL AFECTO. Cuando un niño es amigo de otro, fruto de esa relación se establece una estructura de poder. Ambos tienen poder sobre el otro, la capacidad de hacerse sentir bien y la capacidad de dolerse mutuamente. Tienen la capacidad de influirse en positivo haciéndose sentir reconocidos, queridos y valorados. Pero tienen también la capacidad de influir haciéndose sentir poco valiosos, limitados o inseguros. Muchas de las formas de violencia entre niños, niñas y adolescentes suceden en el marco de relaciones afectivas.
  • LA AUTORIDAD. Esta forma de poder es la que más cuesta ver en la violencia entre niños, niñas y adolescentes. Al ser de edades similares, se considera que no pueden tener posiciones de autoridad. Sin embargo, son los niños y niñas que tienen posiciones de liderazgo en los grupos, a los que se reconoce autoridad sobre los demás por algún motivo, los que más capacidad tienen para ejercer violencia. El liderazgo social brinda poder, es decir, capacidad para liderar al grupo en positivo creando lazos de respeto, apoyo mutuo y reconocimiento o para liderarlo hacia la exclusión social de alguno de sus miembros.
  • LA FUERZA FÍSICA. Los niños, niñas y adolescentes suelen agredir a aquellos que son más débiles físicamente. Y, si quieren agredir a alguien que sea más fuerte físicamente, suelen buscar aliados y agredir en grupo, para tener una posición de fuerza.
  • LA DIFERENCIA SOCIAL. Los niños, niñas y adolescentes agreden al que es “diferente” por algún motivo. Ven esa diferencia en vez de como una riqueza que les permite crecer como una amenaza que necesitan situar en una posición de inferioridad. Convierten la diferencia en desigualdad, es decir, en violencia. En este marco se entiende la violencia por homofobia, la violencia contra niños, niñas y adolescentes de colectivos vulnerables, con discapacidad, o de etnias o nacionalidades minoritarias. Pero también la violencia ejercida contra un niño, niña o adolescente que tiene alguna característica que le hace ser percibido por el grupo como diferente: características físicas (más gordos, con gafas, pelirrojos…), de forma de ser (más movidos, más tímidos, los más estudiosos), su situación económica (no tiene dinero para cuadernos, para las extraescolares o las excursiones), o su realidad familiar (vive en un centro o su familia es homoparental). Luego esa violencia se ejercerá en distintos contextos: la escuela, la comunidad o las redes sociales.

Para lograr convertir a un niño o niña en víctima de violencia en cualquier ámbito se necesita, primero, tener una posición de poder sobre él. Cualquier acción de prevención de la violencia entre niños, niñas y adolescentes ha de abordar estas relaciones de poder. Es esencial trabajar con los niños, niñas y adolescentes la asunción responsable del poder que tienen sobre otras personas y la consciencia sobre a quién otorgan poder sobre ellos mismos y por qué. Enseñarles a utilizar ese poder en positivo, vinculándolo a la ética del cuidado y al reconocimiento del otro como sujeto de derechos humanos.

A menudo, los educadores nos centramos en los actos de violencia ejercidos y no en las relaciones que subyacen al ejercicio de la violencia. Debemos ser capaces de identificar estas relaciones y reconducirlas hacia espacios de interacción entre iguales basados en la igualdad y el cuidado mutuo. Frente a la violencia debemos tomar un enfoque preventivo, identificando las relaciones de poder y asegurándonos de que nuestra acción educativa garantiza un espacio de relación interpersonal saludable.


[1] Horno, P. y Ferreres, A. (2016).Los municipios ante la violencia entre niños, niñas y adolescentes. Madrid. Unicef Comité Español.

4. ABUSO SEXUAL

El abuso sexual conlleva cualquier clase de contacto e interacción sexual donde la infancia es utilizada para la estimulación sexual del agresor o la gratificación de un observador. El agresor utiliza la situación de poder en que se encuentra para interactuar sexualmente con el menor.

Los niños pueden ser objeto de abusos sexuales por parte de adultos o de otros niños que, en razón de su edad o de su estado de desarrollo, estén en una situación de responsabilidad, confianza o poder en relación con su víctima [1].

El abuso sexual contra la infancia es una de las peores formas de maltrato. A pesar de producir gran alarma social, la mayoría de los casos no son detectados ni denunciados. Desde el ámbito educativo tenemos la responsabilidad de contribuir a erradicar esta lacra.

Factores de protección

El modelo de Finkelhor [2] es un marco teórico clásico que permite una aproximación concisa sobre el abuso sexual infantil. Describe cuatro precondiciones para que el abuso se produzca:

1. La motivación del agresor para cometer el abuso.

2. La habilidad del agresor para superar sus propias inhibiciones.

3. La capacidad para romper los factores de protección del niño.

4. La capacidad para vencer la resistencia del niño recurriendo a la violencia, la amenaza, el engaño o la manipulación.

Las posteriores investigaciones también han destacado la importancia de los factores socioculturales en el abuso sexual infantil. Desde el ámbito educativo podemos tener una influencia significativa sobre estos aspectos: incrementado los factores de protección de la infancia y dotando a niños, niñas y adolescentes de herramientas de autoprotección.

Colectivos vulnerables

Aunque el abuso sexual puede afectar a cualquier menor, los agresores se acercan de forma prioritaria a aquellos que perciben con menor capacidad para resistirse, para revelar el abuso o para ser creídos. Son más vulnerables los niños, niñas y adolescentes que presentan las siguientes características:

• Falta de afecto, pasividad y poca confianza en sí mismos

• Familias disfuncionales con ausencia de una figura de adulto protector

• Tienen alguna discapacidad intelectual

Nociones básicas

Resulta fundamental enseñar a la infancia, desde muy temprana edad, nociones acerca de su seguridad corporal y los límites saludables. Entre estas nociones están:

•Una información clara y sencilla sobre su cuerpo y su desarrollo sexual que les permita tener una actitud positiva de cuidado y de autoprotección sobre su cuerpo y sus actos.

• Saber que tienen el derecho de decidir acerca de su propio cuerpo y fomentar la seguridad en sí mismos para ejercer su voluntad cuando deseen no ser tocados.

• Deben saber que recibir obsequios de personas conocidas o desconocidas que les exijan luego mantener secretos no es adecuado. También deben saber que los secretos que los niños deben guardar para siempre, y que esconden malas acciones, no son aceptables y no deben guardarse.

También es muy recomendable:

• Promover la autonomía infantil para ir al baño, vestirse y bañarse.

• Fomentar la capacidad para expresar sus emociones y sentimientos.

Finalmente, para prevenir el abuso sexual, es fundamental propiciar una buena comunicación entre familias, docentes y alumnado que permita tomar las decisiones más adecuadas conjuntamente.

Romper el silencio

Son diversos los motivos por los que niños, niñas y adolescentes no revelan que son o han sido abusados sexualmente. Algunos de ellos pueden ser:

• Han recibido amenazas contra ellos o contras sus personas queridas.

• Han sido manipulados y tienen dificultades para interpretar lo sucedido, a veces, hasta mucho tiempo después.

• Tienen sentimientos de culpa, vergüenza, impotencia o desvalimiento.

• Tienen miedo de las consecuencias que la revelación pueda causar en el agresor o en su propia familia.

• Pueden temer ser acusados de complicidad y complacencia con el abuso sexual que padecieron.

• Desean evitar ser estigmatizados o rechazados.

Las víctimas de abuso sexual infantil requieren de un entorno protector que les brinde acceso a los servicios asistenciales y los proteja tanto de posibles represalias como del proceso de re-victimización.

Actuar ante una revelación

La detección de los casos de abuso sexual puede ocurrir mediante: la revelación directa o indirecta del alumnado, la observación de su conducta o la información referida por terceras personas.

Revelar un abuso sexual es un proceso sumamente difícil y doloroso para niños, niñas y adolescentes. En muchas ocasiones, los menores tantean el entorno o realizan una revelación superficial. La forma de reaccionar de la persona a la que se revela la experiencia de abuso resulta fundamental. Los niños y niñas pueden retractarse o convencerse de la conveniencia de seguir ocultándolo durante años si los adultos reaccionan de forma inadecuada. Por este motivo, debemos estar preparados y actuar siguiendo el protocolo de nuestra institución educativa, proporcionando acompañamiento, apoyo afectivo, desculpabilizando a la víctima y comunicando el hecho a las instancias pertinentes para garantizar su protección.

En muchos casos, el testimonio del niño, niña o adolescente es la única prueba de que un abuso sexual ha tenido lugar. Debemos ser conscientes de que esta prueba es frágil, si a la víctima se le ha hecho contar muchas veces su experiencia, la declaración pierde naturalidad, lo que puede impedir que el psicólogo forense emita un dictamen concluyente.

Para proteger a la víctima y la integridad de la prueba, cualquier entrevista al niño, niña o adolescente que sea posterior a la revelación debe ser realizada por un especialista.

No es imprescindible que la dirección del centro disponga del testimonio de primera mano del alumno para notificar la sospecha. Desde el ámbito educativo no debemos confirmar el hecho, sino garantizar las condiciones para que se investigue tempranamente por personal especializado y en las mejores condiciones posibles.

QUÉ DEBEMOS HACER

  • Creer al niño, niña o adolescente y respetar sus tiempos.  Nunca debemos cuestionar si lo que dice es cierto. Debemos escucharle en todo momento y hacerle entender que le creemos.  No debemos presionarle para que hable y evitaremos hacerle muchas preguntas.
  • Hacerle sentir orgullo por haberlo contado. Es importante agradecer la confianza en contar algo tan difícil de expresar.
  • Transmitirle la idea de que no es culpable. En todo momento debe transmitirse la idea de que nada de lo sucedido es por culpa suya. Él o ella no han hecho nada malo.
  • Identificar posibles heridas. Debemos considerar la posibilidad de la existencia de lesiones sin realizar ningún tipo de exploración física. Ante la sospecha de heridas debemos acudir a los servicios sanitarios.
  • Proteger a la víctima.  Notificar las sospechas es la única manera de garantizar la protección frente a posibles agresiones futuras.  Paralelamente, debemos evitar el proceso de revictimización, para lo que es fundamental garantizar la confidencialidad. Debemos tener en cuenta que frente a la amenaza de la estigmatización podremos actuar más eficazmente si en el centro educativo hemos creado un clima de integración y aceptación de las diferencias individuales y sociales.

 

QUÉ NO DEBEMOS HACER

  • Juzgar o dudar del testimonio
  • Pedir detalles
  • Alarmarnos
  • Emplear palabras que puedan asustar (policía, detención, abuso, denuncia,  etc.)
  • Afirmar que no se lo diremos a nadie o comprometernos a guardar el secreto

 

Sexting y sextorsión

Un nuevo desafío es la emergencia del material sexualmente explícito generado por los propios adolescentes. Esto, a menudo, se refiere al sexting consensuado, pero también puede incluir material producido de manera no consensuada, por ejemplo, a través de solicitación, captación y extorsión sexual on-line. El informe de 2015 de la Internet Watch Foundation (IWF) sobre el contenido sexual producido por los jóvenes reveló hasta qué punto se pierde el control del contenido una vez que está on-line: el 89,9% de las imágenes y vídeos evaluados como parte de su estudio estaban siendo redistribuidos por sitios web diferentes al que se subieron. Si bien a menudo se supone que el material del contenido sexual autogenerado se produce mediante dispositivos móviles, el 85,9% del contenido que representa a menores de 15 años se creó utilizando una cámara web. Un tercer hallazgo clave de este estudio fue la alta proporción de contenido que representa a niños de 13 años o menos.

 


 

[1] OMS (2009). Prevención del maltrato infantil. Qué hacer y cómo obtener evidencias, Ginebra: OMS.

[2] Finkelhor, D. (1984). Child sexual abuse: New theory and research. New York: Free Press.

5. CLAVES PARA LA ACCIÓN

Protocolos de actuación

Prevención y preparación constituyen los dos pilares de la protección de la infancia en el ámbito educativo. Planificar y preparar la respuesta frente a las situaciones en las que el derecho a la protección de nuestro alumnado se ve vulnerado (acoso escolar, maltrato, desatención familiar, abuso sexual, etc.) nos permitirá evitar las funestas consecuencias de la improvisación en esas circunstancias.

Algunos estudios han desvelado la necesidad de una mayor implicación desde el ámbito educativo, datos como que tan sólo el 15% de los centros escolares en los que el alumnado comunicó que estaba sufriendo abusos sexuales lo notificó a las autoridades [1] refuerzan la idea de la importancia de que los centros educativos estén preparados y dispuestos para enfrentar estos retos.

Los centros educativos deben contar con protocolos en los que se especifique la actuación adecuada de cada profesional del centro (profesorado, tutoría, equipo directivo, equipo de orientación, etc) frente a cualquier situación de desprotección además de establecer los cauces de coordinación con el resto de ámbitos intervinientes.

Las diferentes consejerías de educación han elaborado instrucciones para abordar estas situaciones pero recae en el centro educativo el establecimiento de los protocolos y su puesta en práctica. Tan importante como elaborar unos protocolos eficaces es mantenerlos actualizados y difundirlos adecuadamente a la comunidad educativa.

Hojas de notificación de riesgo y maltrato infantil desde el ámbito educativo

En el año 2001, el Observatorio de la Infancia publicó los modelos de notificación de riesgo y maltrato para los ámbitos de educación, servicios sociales, sanidad y policía, y en la actualidad las Comunidades Autónomas tienen en funcionamiento dichas hojas u otras de características similares. Su uso promueve la coordinación entre instituciones y la recogida sistemática de la información para tomar decisiones en favor de la protección de la infancia.

Notificar es trasladar información sobre el supuesto caso de riesgo o maltrato infantil a las instituciones adecuadas, sin perjuicio de prestar al niño, niña o adolescente la atención inmediata que precise. Es una condición necesaria para posibilitar la intervención y una obligación legal y profesional de los educadores. Comunicar los indicios de maltrato no significa tener la obligación de probar el maltrato. La detección debe ser lo más precoz posible y tiene que incluir aquellas situaciones donde existe maltrato y también aquellas situaciones de riesgo en las que pueda llegar a producirse [2].

En los protocolos de maltrato infantil de vuestro centro deberá figurar con claridad quién tiene la responsabilidad de remitir las hojas de notificación.

RECUERDA

Comunicar NO es denunciar

Ten en cuenta que realizar una comunicación y que no se confirme la situación no tiene efectos legales, mientras que no comunicar el maltrato, el abuso o el acoso puede tener graves repercusiones legales para el centro y para los educadores implicados.

El prestigio de una institución educativa se basa en estar preparada y actuar debidamente.

La confianza de la comunidad educativa en el centro se ve más gravemente afectada por la inacción frente a las situaciones de desprotección.

Construir un entorno protector

El acoso escolar, el maltrato infantil, el abuso sexual, los hábitos tóxicos, los trastornos alimentarios, los riesgos online y los accidentes, tanto domésticos como escolares o de tráfico, son riesgos habituales presentes en las aulas. Debemos asumir las responsabilidades derivadas de la protección de la infancia como inseparables de la función docente y emprender acciones de prevención y planificación de la respuesta frente a estas situaciones de riesgo.

No debemos circunscribir la protección a lo que ocurre en nuestro centro educativo sino a lo que le ocurre a nuestro alumnado en su relación con los demás y con el entorno.

Los riesgos son variables y evolucionan rápidamente por lo que resulta imprescindible identificar las situaciones de riesgo desde el ámbito educativo y estar preparados para actuar colaborando con el resto de instituciones.

El criterio del interés superior de la infancia es una valiosa guía de las intervenciones y es clave para enfrentar estos retos. Por otro lado, es fundamental dotar a la infancia del conocimiento de los riesgos y de las adecuadas herramientas de autoprotección, ser proactivos, ir más allá de la elaboración de normas y emprender decididamente acciones preventivas.

Garantizar el derecho a la protección de la infancia en nuestro centro educativo pasa ineludiblemente por crear un ambiente de relación interpersonal seguro, construir un entorno protector y fomentar la participación infantil.

 


 

[1] Save The Children (2107) Ojos que no quieren ver. Los abusos sexuales a niños y niñas en España y los fallos del sistema. Madrid: Save The Children España.

[2] Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (2014) Protocolo básico de intervención contra el maltrato infantil en el ámbito familiar. Madrid: MSSI

 

U3. Participación infantil

Objetivos

  • Promover el reconocimiento de la participación infantil como un derecho de la infancia que requiere de promoción en el ámbito educativo.
  • Lograr que los docentes utilicen los recursos necesarios que favorezcan el bienestar, el fomento del desarrollo y el correcto tratamiento a la diversidad de todo el alumnado.

Ideas Clave

1. ¿QUÉ ES LA PARTICIPACIÓN INFANTIL?

Todos sabemos qué es participar, pero su significado y el valor educativo que aporta quizás no sean tan evidentes: participar nos ayuda a asumir responsabilidades, a adquirir independencia y a desarrollar nuestro máximo potencial en la vida.

UN DERECHO DE LA INFANCIA UNA HERRAMIENTA EDUCATIVA UN IMPULSO AL CLIMA ESCOLAR
El derecho a la participación incluye el derecho a opinar libremente en los asuntos que le afectan, la libertad de expresión, la libertad de pensamiento, conciencia y religión, la libertad de asociación, el acceso a la información y el derecho a la protección de la vida privada. La Convención sobre los Derechos del Niño reconoce a niños, niñas y adolescentes como ciudadanos de pleno derecho: no son los ciudadanos del futuro, son los ciudadanos del ahora y, como tales, pueden y deben participar.
El ejercicio cotidiano de la participación permite desarrollar competencias educativas clave para el desarrollo de una vida independiente en sociedad: competencias de negociación, expresión, autoconocimiento, empatía, respeto, apreciación a la diversidad, trabajo en equipo, resolución de conflictos…
A través de la participación infantil y adolescente, toda la comunidad educativa puede avanzar en algunos de los elementos que caracterizan un buen clima escolar: la existencia de relaciones positivas, el sentido de pertenencia, la seguridad emocional, sentimientos de aceptación, percepción de equidad, fomento del respeto…

PARTICIPACIÓN=RESPONSABILIDAD

Aprender a participar es aprender a ser responsable. Cuando, desde la escuela y en función de la edad, los niños y niñas participan en los asuntos que les afectan, adquieren competencias relacionadas con la asunción de responsabilidades y avanzan en el desarrollo paulatino de una vida independiente que les permita, poco a poco, formar parte activa de la sociedad con independencia de criterio y plena responsabilidad.

2. ¿QUIÉN PUEDE PARTICIPAR?

Cualquier niño, niña o adolescente puede tomar parte en procesos de participación infantil. No importa su edad, nivel de desarrollo, capacidades, personalidad, rendimiento académico…

¡La participación es un derecho y es para todos!

Educación infantil: Conocer las preferencias

Una primera fase del desarrollo de las competencias de participación está en el desarrollo de la noción de “preferencia”. ¿Qué preferimos? ¿Qué prefieren otros? Saber que las preferencias de cada persona son importantes y que tenemos libertad para expresarlas, aunque no siempre podamos conseguirlas, permite sentar las bases de conocimientos, actitudes y competencias clave para desarrollar la competencia ciudadana.

Educación primaria: Aprender a convivir y a trabajar en equipo

En esta etapa educativa es crucial desarrollar competencias relacionadas con el trabajo en equipo: convivencia, respeto al otro, tolerancia al error y resolución de conflictos. A lo largo de toda la educación primaria, es posible desarrollar estas y otras competencias a través de la participación en proyectos de aula y de centro que favorezcan formas de participación infantil cada vez más complejas.

Educación secundaria: Preparación para la vida independiente

Esta etapa es clave en el desarrollo del sentido de la responsabilidad. La participación en distintas actividades del centro educativo y de la comunidad, incluido el asociacionismo, permite a los jóvenes avanzar en el fortalecimiento de su independencia, sentido crítico y en la asunción de las responsabilidades que les corresponden sobre el resultado, positivo o negativo, de los proyectos de las que toman parte.

¡LO IMPORTANTE ES PARTICIPAR!

Participar no es “estar presente” o “asistir”; al participar planificamos, organizamos, coordinamos, debatimos, decidimos, ejecutamos, evaluamos… Es en este sentido en el que la participación infantil y adolescente tiene un verdadero valor educativo. Además, el resultado sí importa: un ejercicio de participación en el que los participantes no se comprometen con el resultado, lo evalúan y se responsabilizan en la búsqueda de mejoras no es un ejercicio de participación real. En la medida de las capacidades y grado de desarrollo de nuestro alumnado, podemos buscar fórmulas de participación auténtica.

3. BENEFICIOS DE LA PARTICIPACIÓN INFANTIL

Adultos, niñas, niños y adolescentes que han vivido experiencias de participación infantil están de acuerdo en que esta es una gran contribución al desarrollo tanto personal e institucional como comunitario, como podemos ver en la imagen inferior. La participación es un proceso que:

• Aumenta la capacidad de los niños y niñas a formarse un juicio propio y expresarlo, escoger entre diversas opciones y aceptar responsabilidades.

• Promueve valores democráticos y prepara a los niños y niñas para cumplir sus funciones de ciudadana o ciudadano global.

• Contribuye a incrementar el respeto mutuo, la tolerancia y la aceptación de la diversidad.

• Promueve la negociación y ayuda a prevenir conflictos.

• Fomenta el respeto y el reconocimiento de la infancia como personas de derecho propio.

• Incrementa el efecto y la sostenibilidad de las intervenciones a favor de los niños y niñas.

Fuente:UNICEF
4.1. ALGUNOS MITOS SOBRE LA PARTICIPACIÓN INFANTIL I

“La participación es una nueva moda, otra tarea más”
Los beneficios son bidireccionales: impactan tanto al docente como al estudiante. La participación es una manera de entender la educación.

El optimismo reside en la evidencia de que en todas las múltiples iniciativas de todo el mundo se desprende el poderoso testimonio de las capacidades y deseos de los niños de estar incluidos e implicados. Actualmente hay mucho más reconocimiento de la experiencia y sabiduría de los niños en sus contribuciones, por ejemplo, en los asuntos políticos. Ejemplo de ello es la proliferación de los consejos municipales de infancia en más de 170 localidades en España, o la participación de niños y niñas en jornadas parlamentarias del Congreso de los Diputados. Sus voces e implicación hacen que las respuestas sean más creativas, más ricas, más adecuadas, más inclusivas…, en definitiva, la participación infantil conlleva mejores decisiones y pone en valor su capacidad como ciudadanos que son, pero también aporta a los maestros: ganan en confianza hacia ellos y en compromiso educativo. Por lo tanto, es ahora el momento de tomar en consideración las lecciones aprendidas en todas las experiencias de participación infantil desarrolladas y poner en práctica estrategias para superar las barreras y garantizar una aproximación efectiva que consiga una adecuada participación.

“Las niñas y los niños no son lo suficiente maduros para formarse una opinión propia y son fácilmente manipulables”
La forma de entender la participación está condicionada por el adulto-centrismo. Los niños y niñas son sujetos de la participación.

El desarrollo madurativo del alumnado debe respetarse y entender por ello que la participación es gradual. Sin embargo, gradual no significa que deba esperarse y asumir que habrá temas en los que no podrán participar hasta su mayoría de edad. Gradual significa que debe enseñarles cómo formarse opiniones, cómo dar a conocer esas opiniones, cómo respetar las opiniones de los demás; en definitiva, enseñarles a participar cuanto antes mejor. Las iniciativas en las que participan los niños y niñas, en muchas ocasiones, son lideradas por los maestros y profesores. Incorporar su punto de vista genera autonomía, empodera, cohesiona, les transmite una confianza mayor en la respuesta que se les da y deja de verse la educación como algo impuesto. Es importante ofrecerles información en formatos adecuados y darles la oportunidad de participar en aquello que sea de su interés, así como motivarlos para que se interesen por cuestiones que a priori “se piensa” que no son de su incumbencia. Pero, también, se tiene que incentivar el diálogo entre los niños y niñas y quiénes toman las decisiones y trasladan el mensaje a otros lugares y espacios. Habitualmente, el mensaje se da sin contar con ellos. Tan importante es su participación en el ámbito de convivencia escolar como en el curricular, en el de organización y gestión del centro o en las iniciativas de mejora docente.

“La participación puede convertirles en pequeños tiranos”
La participación es un derecho que, a su vez, conlleva aprender a ser responsable con uno mismo durante el proceso educativo.

Los niños y niñas gozan de tener derechos desde su nacimiento, y la sociedad en la que viven tiene el deber de reconocérselos como propios. Nadie puede otorgar tener o no derechos, ni condicionarlos; son iguales para todos, pequeños o mayores. Reconocer la participación significa dar voz y que los niños y niñas puedan participar de todo aquello que les afecta, pero significa también hacerles ver que ese derecho conlleva una responsabilidad que deben ir asumiendo progresivamente a lo largo del proceso educativo. El ejercicio de la participación implica la responsabilidad hacia esta. Es decir, por ejemplo, debemos enseñar a los niños, niñas y adolescentes que tienen derecho a opinar pero, a su vez, acompañarles en el proceso enseñándoles a que el discurso que elaboren debe ser coherente y fundamentado como parte de la responsabilidad que comporta el ejercicio de ese derecho. Por otro lado, comprender que uno tiene ese derecho, permite comprender que otros también lo tienen y así ser más respetuoso con los derechos de los demás. Si el docente permite la participación infantil hará más autónomo al alumnado y más responsable con todo aquello que le afecta, incluso en el aprendizaje. La participación fomenta que se corresponsabilice de lo que aprende, respetando también los aprendizajes de los demás e incluso ayudándole para su consecución.

Los niños y niñas participan en el patio y aun así no cumplen con las normas de convivencia”
Existen varios escenarios de participación y es necesario que el alumnado sea parte activa en todos ellos.

Son diversos los escenarios de participación infantil en la escuela. En el aula permite incentivar la toma de decisiones y desarrollar la capacidad de reflexión. En el centro se fomenta desarrollar la convivencia, el diálogo y la cohesión entre los niños y niñas. En la comunidad, los niños y niñas tienen que considerarse ciudadanos del presente y miembros activos de la comunidad donde exponen sus puntos de vista y se tienen en cuenta. Sin embargo, en ocasiones las normas de convivencia y de saber hacer y estar impuestas por el centro o la comunidad chocan con los intereses de los niños y niñas y hace que no se sientan ni reconocidos ni representados. ¿Cómo hacer para ponernos de acuerdo? La participación puede ayudar a la mejora de la convivencia si se aplica para construir esas normas comunes. Por ejemplo, los primeros días de curso, el alumnado, en asamblea, acuerda mediante consenso las normas que regirán durante el curso en el patio de la escuela. De esa forma se fomenta la participación, se reconoce al niño como parte activa y se consigue que vean esas normas no como una imposición sino como algo que tiene que ver con ellos y de lo que sentirse responsables. Además, configura un escenario donde los niños y niñas conocen las preocupaciones de los docentes y de la comunidad, así como las de otros compañeros y les acerca un poco más a todos.

4.2 ALGUNOS MITOS SOBRE LA PARTICIPACIÓN INFANTIL II

“La participación infantil es algo aparte; nada que ver con los contenidos que enseñar”

La participación infantil es una responsabilidad docente vinculada al desarrollo de la ciudadanía global.

La participación infantil, además de un derecho, es un principio educativo y un valor democrático. Históricamente, la participación de los niños y niñas ha sido uno de los grandes referentes en el marco de las experiencias educativas e innovadoras. Facilita mayores cuotas de igualdad porque permite visibilizar la diversidad, por ejemplo, evitando que sólo algunas visiones se conviertan en la norma general. En una escuela inclusiva, la participación infantil es un elemento integral del día a día que estimula la presencia y la participación de todo el alumnado y, por lo tanto, hace evidentes las capacidades que tiene cada uno y aporta riqueza al grupo subrayándolas por encima de las diferencias. Impulsa también el crecimiento personal de los niños y niñas en un marco de libertad, de confianza en ellos mismos, de formación de valores, de mejora de la convivencia y de compromiso con la colectividad. La participación infantil es la esencia del desarrollo personal, colectivo y comunitario. Un buen ciudadano conoce, cumple y defiende sus derechos. Un buen ciudadano se compromete también con la mejora del bienestar de los demás y busca transformar la sociedad. Nos formamos como ciudadanos y ciudadanas cuando nos brindan la oportunidad de ejercer y responder de nuestros derechos en las comunidades y espacios de los que formamos parte. El fomento de la competencia ciudadana es responsabilidad del docente. Y, precisamente, el reconocimiento de los niños y niñas como personas capaces de participar y responsables de su propia ciudadanía, junto con la poca capacidad de los adultos para otorgar el poder que necesitan para desarrollar y ejercer su derecho, son algunos de los obstáculos más importantes que nos encontramos en el desarrollo de este ejercicio. A pesar de los esfuerzos, tanto en materia legal, práctica como política, para potenciar y mejorar la participación infantil, ésta continúa siendo un reto, incluso en las sociedades más democráticas. Los docentes tenemos la labor de garantizar que en cada escuela se promuevan valores democráticos, pensamiento crítico, inclusión social, ciudadanía activa, cultura política y, por su puesto, participación democrática. ¿Estamos, por lo tanto, dispuestos a generar relaciones horizontales en la comunidad?

“Las niñas y los niños ya participan lo suficiente en la escuela”

En las escuelas podemos hablar de distintos grados de participación.

La participación infantil es ciertamente una realidad en muchas escuelas. Sin embargo, hay diversos niveles de participación ¿en cuál se sitúa el alumnado de tu clase? ¿y de tu escuela? La participación infantil no puede ser ni anecdótica, ni casual, ni puntual, sino que tiene que dar una respuesta holística y transversal que convierta al niño en el centro de la acción permitiéndole reconocerse e influir tanto en la vida del aula, del centro y de la comunidad, así como en su propio proceso de aprendizaje y desarrollo.

Esta participación puede adoptar distintas formas. La simple es la más elemental y en la que el niño o niña suele tomar parte de una actividad como espectador. La consultiva implica un paso más allá y da lugar a que se implique opinando, proponiendo o valorando temas que le afectan directa o indirectamente. Niveles más altos de participación -como la proyectiva- permiten al niño o la niña transformarse en un agente corresponsable del proyecto y convertirse en “un creador de iniciativas”, un agente de cambio. Y de ahí puede surgir la metaparticipación, en la que los mismos niños y niñas exijan y generen nuevos espacios y mecanismos de participación. Para ello, las experiencias de participación infantil deben establecer principios claros y normas de base definiendo cómo se tomarán las decisiones, quién las tomará y cómo será la relación entre adultos y niños. A medida que el niño gane confianza y competencias a través de su participación, crecerá su deseo para determinar sus propios intereses. Veremos en la propuesta práctica algunas estrategias para los diferentes grados de participación.

“La participación ya está representada por sus delegados y los consejos escolares”

Todos los niños y niñas, no solo los delegados, deben tener la oportunidad de participar.

Si consideramos a los niños y niñas como centros de la acción y protagonistas de su desarrollo, no podemos pensar en una participación exclusivamente “representativa”. La escuela son todos y cada uno los alumnos y alumnas. Cada niño tiene su propia experiencia y es necesario escuchar las voces de todos porque las experiencias son diversas. La voz de cada alumno es única y necesaria, sin voz no hay acción, ni tampoco participación. Así pues, no basta con los delegados o líderes ya que difícilmente pueden ser representantes de todos sus compañeros y compañeras. Es necesario que el liderazgo en el aula esté repartido entre los diferentes grupos que conforman el aula, debe incluir alumnos más populares como alumnos de grupos más minoritarios. La participación, sin embargo, cuando permite la participación de todos deviene inclusiva. Para ello, es necesario no solo pensar en las formas de participación que ponemos en juego, sino en cómo acompañamos y garantizamos que todas las voces estén recogidas y se visibilizan en el centro. La participación se construye entre todos y todas, y no suele quedar suficientemente representada cuando se concentra en algunos estudiantes. Si se crean estructuras no jerárquicas, donde nadie tiene un líder o representante, todos son susceptibles de representar a los otros en diferentes ocasiones y todos desarrollan diferentes roles.

“Los niños y niñas deben ganarse el derecho a participar”

La participación se aprende participando y hay distintas formas de hacerlo.

No podemos esperar que sean ellos mismos quienes aprendan a participar. Alguien debe dejarles participar, pero, sobre todo, enseñarles a hacerlo. Si no se les brinda la oportunidad, difícilmente podrán aprender. Se trata de empezar planificando acciones que comprometan a la participación del alumnado y, poco a poco, ir delegando esa asunción de responsabilidad y derecho, renunciando también al control que tenemos de él. Si desde pequeños no adoptan este rol protagonista de sus propias vidas -sin dejar atrás las responsabilidades que el derecho a la participación conlleva-, será difícil que siendo adolescentes quieran y sepan participar. El formato más común para la participación es el oral, pero esta va más allá de la palabra. Son diversos los formatos en los que un niño o niña puede participar. No siempre debe ser el recurso oral. Habrá niños y niñas que prefieran expresarse con otro formato y los docentes tienen que brindarles el espacio adecuado para poder hacerlo. Otros formatos menos habituales son el escrito y la representación visual o plástica. Uno de los formatos preferidos en infantil y en primaria es la acción. En ella, la participación implica el hecho de hacer. Ya en secundaria, se da prioridad al formato digital o del multilenguaje que integra formas de expresión, comunicación y construcción.

5. MODELOS DE PARTICIPACIÓN INFANTIL

Existen infinidad de modelos de participación; en este apartado se recogen aquellos que responden a los marcos legislativos alineados con la Convención sobre los Derechos del Niño y que han gozado de mayor calado. Se han seleccionado aquellos mejor contextualizados que, bien se han aplicado en nuestro país, o se han elaborado en el mismo.

La escalera de la participación de Roger Hart
Hart RA. 1992. Children’s Participation, from Tokenism to Citizenship. UNICEF, Florence.

Hart se ayuda de una escalera con 8 peldaños (niveles) para identificar cuando no y cuando sí, se generan experiencias reales de participación infantil.

Los criterios cualitativos que distinguen un nivel de otro son: el grado de implicación de los niños, niñas y adolescentes y la relación Adultos-infancia/adolescencia.

Los tres primeros peldaños se corresponden con una participación ficticia, y son:

  1. La manipulación: Los niños, niñas y adolescentes desconocen o no comprenden el motivo de su participación. Esto ocurre porque los adultos usan la voz de los niños para comunicar mensajes que no les son propios.
  2. La decoración: Toman parte como figurantes en una escenificación, sin haber sido oportunamente informados, ni involucrados en la planificación y organización de las actividades.
  3. La participación simbólica: Se da la oportunidad a los niños, niñas y adolescentes de expresarse, pero éstos no pueden elegir los temas sobre los que tienen que opinar, se trata además de declaraciones no vinculantes, sin gran incidencia posterior.

A partir del cuarto escalón aparecen los “escalones participativos”:

4. Asignados, pero informados: Los niños, niñas y adolescentes toman parte porque se les ha informado, pero las decisiones sobre cómo y en qué pueden participar vienen de los adultos.

5. Informados y consultados: Los adultos tienen en cuenta las opiniones infantiles para abordar actuaciones o proyectos. Estas actuaciones son llevadas por adultos.

6. Iniciada por los adultos, y decisiones compartidas con los niños, niñas y adolescentes: Los mayores implican a los más jóvenes en la toma de decisiones sobre acciones y proyectos.

7. Iniciada y emprendida por los niños, niñas y adolescentes: Estos proyectan y ejecutan.

8. Iniciada por los niños, niñas y adolescentes pero éstos, optan por involucrar a los adultos.

Harry Shier y el itineario de la participación

http//www harrysh1er net/docs/Shier-Caminos_hacia_la_Partic1pacion-lnglaterra-2001.pdf

Shier presenta 5 niveles de participación y un itinerario muy bien señalizado mediante interrogantes a los que hay que responder, para ir progresando hacia cotas más altas de protagonismo y empoderamiento infantojuvenil. Avanzar, supone asumir mayores dosis de compromiso a través de nuevas oportunidades y obligaciones.

Los niveles por superar son cinco:

  1. Arranca cuando los niños son escuchados
  2. Se ofrece apoyo a los niños, niñas y adolescentes para que estos opinen.
  3. Las opiniones de los niños son tenidas en cuenta
  4. Los niños se implican en la toma de decisiones.
  5. Niños, niñas, adolescentes y adultos comparten responsabilidad y poder en la toma de decisiones.

6. ESTÁNDARES DE PARTICIPACIÓN

Para concluir este módulo, nos gustaría compartir algunos de los estándares de la participación infantil elaborado por la Alianza Save the Children en 2005. Estos estándares representan los requisitos mínimos que los profesionales deberían tener en cuenta en el ejercicio de promoción de la participación.

ESTÁNDARES

Un enfoque ético: transparencia, honestidad, responsabilidad.
  • Existe claridad en el propósito de la participación y el impacto que puede lograrse.
  • Los niños, niñas y adolescentes reciben la información pertinente.
  • Los roles de los adultos y los de los niños, niñas y adolescentes quedan claramente definidos.
  • Los niños, niñas y adolescentes pueden expresar sus puntos de vista y opiniones libremente>
  • Los niños, niñas y adolescentes se involucran en todo el proceso, desde la primera etapa de diseño y contenido del proceso participativo hasta el final.
  • La representación de niños, niñas y adolescentes en los procesos se basará en los principios de Democracia y No-Discriminación.
  • Formación de los adultos que participan de los procesos.
  • Responsabilidad en seguir los compromisos asumidos en el proceso participativo.
La participación de la infancia es apropiada y relevante.
  • Los temas tienen importancia real para la infancia y ellos/as se involucran en la definición de contenidos y metodologías (considerar ritmos, tiempos, otras obligaciones de los niños y niñas).
  • La participación es voluntaria. Consentimiento personal e informado sobre su participación.
  • Información adecuada a las familias.
Un entorno favorecedor y amigable para la infancia y adolescencia
  • Entornos que consideran la posibilidad de favorecer la participación y tengan en cuentas las diferencias de edades, madurez y niveles de desarrollo.
  • Los métodos de participación se desarrollan junto con los niños, niñas y adolescentes.
  • Tiempos y recursos para asegurar la participación.
  • Los niños, niñas y adolescentes se involucran en la definición de todo el proceso, en los contenidos y metodologías, lo que hace más fácil considerar factores como ritmos, tiempos, lenguaje, etc.
  • Compartir información relevante en formato amigable. Considerar a los niños y niñas con problemas de vista o audición, o lenguas diversas.
Igualdad de oportunidades
  • La infancia y adolescencia no es un grupo homogéneo.Considerar proporcionar igualdad de oportunidades para la participación y evitar la exclusión, independientemente de la edad, idioma, género, etnia, religión, capacidades u otros factores. No discriminación.
  • Considerar prácticas y metodologías adaptadas a los diversos grupos.
  • Asegurar la participación de grupos tradicionalmente discriminados (acciones positivas).
El personal trabaja con efectividad y confianza
  • Adultos sensibilizados y capacitados, en condiciones, para acompañar este tipo de procesos.
  • Adultos reciben apoyo e información adecuado, se les asesora y acompaña en su práctica y apoya en el desarrollo de sus capacidades.
  • Se crean habilidades o especializaciones técnicas (facilitación, comunicación, resolución de conflictos, etc.).
  • Relaciones entre los adultos y de los adultos hacia la infancia basada en el respeto.
  • Posibilidad de poder expresar dudas o inquietudes sobre el proceso.
La participación promueve la seguridad y la protección de la infancia y adolescencia
  • Obligación de los adultos organizadores de proteger a los niños, niñas y adolescentes, minimizando cualquier riesgo de violación de alguno de sus derechos.
  • Considerar la protección de los niños, niñas y adolescentes a la hora de planificar y organizar la participación de los mismos.
  • Evaluación de riesgos previa a la organización del evento participativo.
  • Los niños, niñas y adolescentes conocen sus derechos, en especial su derecho a ser protegidos de cualquier forma de abuso o violencia, y saben donde recurrir en caso de ser necesario.
  • Procedimiento de quejas confidencial accesible a todos los niños, niñas y adolescentes.
  • Existe un protocolo sobre cómo serán analizadas y encaminadas las quejas, y es conocido por todos.
  • Existe personal capacitado sobre el tema que conoce sus obligaciones legales y éticas.
  • Existe un sistema para reportar incidentes y es entendido por todo el personal. Sistema destinado al personal adulto.
Asegurar el seguimiento y evaluación.
  • Es importante que los niños, niñas y adolescentes comprendan cuál ha sido el resultado de su participación y qué uso se ha dado a su contribución.
  • Los niños, niñas y adolescentes participan en actividades de seguimiento y evaluación.
  • Los niños, niñas y adolescentes difunden y comparten las experiencias con otros niños de sus comunidades.
  • Los niños, niñas y adolescentes reciben información sobre el impacto de su participación, resultados y siguientes pasos.
  • Los resultados del monitoreo y evaluación son comunicados a los niños, niñas y adolescentes que participaron y sus opiniones son tenidas en cuenta durante todo el proceso.
  • Compromiso de utilizar las lecciones aprendidas para mejorar los procesos.
  • Se conversa siempre sobre la sostenibilidad del apoyo, alcance y límites de continuar apoyando el proceso participativo iniciado con los niños, niñas y adolescentes.

GLOSARIO SOBRE PARTICIPACIÓN INFANTIL

RETO

LOS DESAFÍOS DE LA PARTICIPACIÓN INFANTIL

Para algunos autores, el gran desafío de la participación infantil pasa por construir un nuevo modelo de infancia, donde los niños, niñas y adolescentes tengan la oportunidad de influir tanto en su sociedad como en las decisiones políticas y económicas, impulsando con su actividad las transformaciones sociales. En ese sentido, uno de los grandes desafíos que atraviesa la participación de los niños, niñas y adolescentes en España es configurar estructuras y mecanismos que puedan alcanzar a lo local, a lo autonómico y a lo estatal. ¿Qué es necesario para que la participación infantil alcance tanto el ámbito de las decisiones estratégicas como el de las cotidianas?

La expansión de los entornos colaborativos on-line y de las redes sociales configuran nuevos escenarios de participación infantil. El reto de desarrollar contextos seguros de participación infantil en los espacios virtuales cobra cada día más relevancia. ¿Podrá la inteligencia artificial o la mayor conectividad e interacción semántica garantizar una participación infantil adecuada a escala planetaria?

Estos son algunos ejemplos de los desafíos que enfrenta garantizar el derecho a la participación de la infancia. ¿Cuál crees tú que es el mayor reto de la participación infantil y cómo podemos abordarlo desde el ámbito educativo?

En contrucción

U2. Didáctica_de_los_derechos

Mi reto:

1. Visiona el cortometraje “La vida efímera” y responde a las siguientes cuestiones en una nueva entrada de tu diario de aprendizaje:

1.a. Analiza las recomendaciones sobre los contenidos acerca del desarrollo que has estudiado en esta unidad 2 aplicadas a este cortometraje.

Este cortometraje cumple la función de informar de forma directa dejando de lado los sentimentalismos.

Considero que busca la solución de un problema social como es el paludismo en los niños en Guinea a través del apoyo social y el conocimiento de la situación.

1.b. ¿Qué sentimientos positivos o negativos crees que puede suscitar y qué impacto crees que tendrán esos sentimientos sobre el aprendizaje?

Esta película suscita sentimientos intensos, dramáticos, tristes, de impotencia, con una carga emocional muy elevada que puede crear rechazo al visionado de la película por la crudeza de ésta. A la vez muestra una realidad que debe hacerse visible y que es importante analizar, pero considero que con una reflexión y comentario posterior por parte de profesionales en el tratamiento de este tipo de información.

1.c. ¿Crees que es adecuada la utilización de este tipo de contenido en el aula? ¿Por qué? ¿En caso afirmativo, en qué nivel educativo lo utilizarías y por qué?

Creo que este tipo de contenidos se podrían utilizar en los últimos años de Secundaria o Bachillerato, ya que necesitan un grado de madurez para poder entender y empatizar con la situación que se plantea en el corto.

2. Visiona “Binta y la gran idea“, consulta la ficha técnica y las notas del director y responde a las siguientes cuestiones en una nueva entrada de tu diario de aprendizaje:

2.a. Reflexiona sobre cómo se abordan en la película cada uno de los cinco conceptos, en qué escenas aparecen y cómo se tratan.

Interdependencia: se aprecia en las reflexiones sobre lo que tienen las personas en Europa y lo que tienen en África. Según el punto de vista de cada personaje un continente necesitaría la ayuda del otro para desarrollarse, ya sea porque nos fijamos en las riquezas materiales o porque pongamos el valor principal en ser feliz.

Cambios y futuro: aparece en la obra de teatro que hacen las niñas y niños explicando qué futuro tienen si continúan pensando que las niñas no tiene que ir a la escuela. Al inicio de la película también nos aparece, cuando el profesor explica que todos somos personas; si se mezclan ahora, en la escuela, lo harán de mayores.

Justicia social: al finalizar la obra de teatro, cuando todos, niños, niñas y adultos le piden al padre de la prima de  Binta que la deje ir a la escuela.

Imágenes y percepciones: cuando Binta dice qué colores le gustan cuando está dibujando, el director hace un guiño al decir el personaje que su color favorito es el color “carne” y pinta a la niña del dibujo con lo que para nosotros es el color “marrón”. Sobre percepciones, también están las conversarciones entre el padre de Binta y Souleyman; uno tiene un punto de vista de los tubad, el otro, otro punto de vista totalmente distinto.

Conflictos y su solución: En la película se ve cómo el padre detecta el conflicto de los tubab y quiere resolverlo pacíficamente a través de la carta que va llevando a cada uno de los estamentos que le van diciendo y proponiendo acciones positivas para resolverlos. Otro ejemplo claro es el teatro y cómo aceptan la presencia de un conflicto.

2.b. ¿Qué sentimientos crees que puede suscitar y que impacto crees que tendrán esos sentimientos sobre el aprendizaje?

Esta película trasmite esperanza, progreso, posibilidades y potencialidades, sensibilidad, realidad también, existen problemas pero también la posibilidad de solventarlos o mejorarlos, trasmite humildad,reflexión, aprendizaje y estimación por las raíces pero con progreso.

2.c. Lee las notas del director y responde a la siguiente cuestión: ¿Qué aporta que el director utilice como actores a miembros de la comunidad donde estaba rodando?

Se les da participación, y la posibilidad de tomar partido y que puedan analizar su propia situación para avanzar. Aporta  aprecio por su cultura, autenticidad y ganas de llegar al mundo, de llegar a otras culturas. También aporta realidad y empatía, ilusión, responsabilidad, aprendizaje mutuo entre la comunidad y el equipo de rodaje, tal y como lo trasmite el director, y agradecimiento. Quienes mejor que ellos para mostrarnos su realidad desde un enfoque de progreso.

Objetivos

  • Alcanzar las competencias necesarias para promocionar en el currículum de todas las materias el enfoque de derechos de la infancia y la ciudadanía global.
  • Adquirir los conocimientos que permitan a los docentes desarrollar contenidos sobre derechos de la infancia y ciudadanía global.

Ideas clave

1. LA DIDÁCTICA DE LOS DERECHOS DE INFANCIA

Si nos aproximamos al conocimiento del mundo en que vivimos con la mirada del cumplimiento de los derechos nos sorprenderá la profunda desigualdad e injusticia que lo caracteriza y nos asaltará cargada de frustración la recurrente incertidumbre: ¿Cómo es posible que haya tantos seres humanos privados de lo imprescindible para su desarrollo?

¿Cómo dar respuesta a tan inquietante pregunta? Aunque no existe una respuesta única y sencilla a esta cuestión, disponemos de recursos conceptuales y didácticos que nos permiten emplear el poderoso instrumento de la educación para sembrar la esperanza y la solidaridad en la conciencia de nuestros alumnos y alumnas.

La cuestión sobre el desarrollo está fuertemente interrelacionada con la noción de injusticia y, por lo tanto, con los derechos. Al analizar la desigualdad, la pobreza o el abuso desde una perspectiva de derechos logramos enriquecer la reflexión y favorecer una madurez en la concepción de los valores y su puesta en práctica que acompañará a nuestro alumnado a lo largo de su vida. Porque los derechos se expresan en las leyes, los tratados y las convenciones, pero no residen en ellas: aunque estos instrumentos sean de innegable importancia debemos verlos como la expresión de una voluntad colectiva. Los derechos viven en la conciencia de la gente y es allí donde los educadores tenemos la complicada responsabilidad de situarlos.

El modo en que transmitimos mensajes sobre situaciones problemáticas, conflictivas o afectadas por un contexto diferente al propio es fundamental para dotar a nuestros estudiantes de una competencia ciudadana que les permita valorar adecuadamente los problemas en su contexto y percibir las diferencias y semejanzas, así como la posible interrelación con su propio entorno. De lo contrario podemos, quizás sin pretenderlo, fomentar una perspectiva alienada de algunas situaciones que consideramos, erróneamente, lejanas, extrañas o ajenas.

A continuación, te ofrecemos unas consideraciones didácticas generales acerca del abordaje de los contenidos sobre desarrollo humano y derechos de infancia.

2. DIDÁCTICA DE LOS DERECHOS: EL DESARROLLO HUMANO

El concepto de desarrollo ha evolucionado desde las concepciones que lo definían como la cantidad de bienes materiales que se producen hasta visiones que lo caracterizan como la cantidad de opciones que tiene un ser humano en su propio medio, para ser o hacer lo que él desea ser o hacer. Actualmente la medición objetiva del desarrollo humano se realiza a través de índices compuestos que analizan, no sólo variables económicas, sino también sociales y de bienestar. Un ejemplo es el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Para las Naciones Unidas, el desarrollo es más que crecimiento económico, ya que este es solo un medio (uno de los más importantes) para ampliar las opciones de las personas para llevar la vida que valoran. En esta forma de ver el desarrollo es fundamental construir capacidades humanas, ya que sin estas capacidades muchas opciones no existen y muchas oportunidades son inalcanzables (una vida larga y saludable, tener acceso a los recursos que nos permiten vivir dignamente obtener la posibilidad de participar en las decisiones que afectan a nuestra comunidad).

Las ONG de Desarrollo [1] españolas han acordado definir el desarrollo como:

Un proceso de cambio social, económico, político, cultural, tecnológico, etc…que, surgido de la voluntad colectiva, requiere la organización participativa y el uso democrático del poder de los miembros de una comunidad.

El desarrollo, así entendido, crea condiciones de equidad que abren más y mejores oportunidades de vida al ser humano para que despliegue todas sus potencialidades, y preserva para las generaciones futuras el acceso y buen uso de los recursos, el medio ambiente natural y el acervo cultural.

Desarrollo humano y derechos humanos

Según el PNUD, “el desarrollo humano comparte una visión común con los derechos humanos. La meta es la libertad humana. Las personas deben ser libres para realizar sus opciones y participar en las decisiones que afectan a sus vidas. El desarrollo humano y los derechos humanos se refuerzan, ayudando a afianzar el bienestar y la dignidad de todas las personas, construyendo el respeto por sí mismos y el respeto por los demás.”

 


[1] Definición contenida en el Código de Conducta de las organizaciones pertenecientes a la Coordinadora de ONG para el desarrollo.

  1. COMUNICAR SOBRE EL DESARROLLO

Todo proceso de enseñanza-aprendizaje tiene como base un proceso de comunicación. En este sentido, es necesario tener en cuenta que en el aula no partimos de cero cuando tratamos de temas de desarrollo, sino que a menudo tenemos que compensar la información sesgada que nuestros alumnos y alumnas han podido recibir ya por distintos medios.

Los medios de comunicación a menudo hablan de los problemas de desarrollo, de las emergencias humanitarias y de las desigualdades mundiales de forma parcial, sensacionalista y estereotipada, representando a las personas afectadas como víctimas del destino.

Conviene dejar atrás este fatalismo y aportar una información más próxima a la realidad y más completa, que permita entender las situaciones desde una perspectiva empática, cercana a la realidad cotidiana y reflexiva acerca del impacto que tienen sobre las personas y las comunidades acontecimientos que parecen fuera de su control, pero que interrelacionan con su día a día y determinan su capacidad para tomar decisiones sobre su propio desarrollo. Esta perspectiva puede facilitar con el tiempo una toma de conciencia por parte del alumnado del valor intrínseco de cada civilización, de los límites de nuestro propio sistema y de la necesidad de un desarrollo más universal, respetuoso con la justicia, la paz y el medio ambiente.

Dentro del modelo pedagógico de la educación para el desarrollo, la información es un elemento imprescindible para que se produzca el ciclo completo de aprendizaje. Sin una adecuada información de partida acerca de los problemas que afectan al desarrollo humano, no es posible completar el ciclo de aprendizaje. A veces, se intenta provocar una reacción o lograr una acción sin haber logrado un conocimiento del problema, lo cual puede ser contraproducente.

También debemos tener siempre presente que en los procesos de comunicación sobre el desarrollo intervienen importantes elementos emocionales que no deben de ser ignorados. Un tratamiento de estos temas que tenga como base la empatía pero que esté libre de sentimentalismo es fundamental para que podamos estimular una reflexión constructiva, respetuosa, profunda y orientada a la responsabilidad y a la búsqueda de soluciones. Si no establecemos la debida distancia emocional, podemos caer en el sensacionalismo y generar en nuestro alumnado sentimientos de impotencia que generen ira, estrés, tristeza, indefensión o incluso alejamiento, negación y evitación del problema. Es nuestra responsabilidad como docentes explorar formas de hablar sobre la injusticia, la desigualdad, la exclusión y otras vulneraciones de derechos estableciendo un adecuado equilibrio entre la información y la emoción.

No podemos olvidar el potencial efecto estresante que puede tener sobre los niños, niñas y adolescentes la información sobre situaciones que parecen fuera de su control. Este estrés no es negativo en sí mismo, ya que es un reflejo de su sensibilidad y empatía, pero es necesario que lo canalicemos hacia formas de afrontamiento que les permitan madurar (resolución de problemas, apoyo social, expresión emocional, desarrollo personal…) evitando que adopten estrategias que no les van a ayudar (reacción depresiva, negación, conformismo, desconexión, distanciamiento…).

Un ejemplo práctico sobre un caso en el que es fundamental tener en cuenta la madurez emocional de nuestro alumnado serían las emergencias humanitarias con gran impacto mediático. La necesidad de los medios de comunicación por “vender la noticia” lleva en ocasiones a una sucesión de imágenes y mensajes catastróficos que pueden tener un impacto emocional, no sólo en los más pequeños, sino también en niños y niñas de más edad e incluso adolescentes. Abordar la explicación de estos temas con una información completa y adaptada a la edad del alumnado, con apoyo emocional y sin dramatismos es clave para transformar una información de fuerte impacto en una oportunidad de madurez emocional y de aprendizaje sobre el mundo en que vivimos.

Recomendaciones sobre los contenidos acerca de desarrollo

Como guía para la elaboración de contenidos sobre los problemas que afectan a gran parte de la población mundial, podemos seguir el código de conducta que las ONG para el desarrollo han establecido para su propia difusión de mensajes. Este código establece 12 reglas prácticas [1], que pueden ayudarnos a hacer comprender mejor la compleja realidad de los países en desarrollo en su contexto histórico, los obstáculos particulares con los que choca el desarrollo y la diversidad de las situaciones que caracteriza a estos países. Como norma general, siempre hay que evitar las imágenes, mensajes y representaciones:

  • Generalizadoras y que esconden la diversidad de las situaciones.
  • Acusadoras.
  • Que promueven una visión idílica, de “aventuras” o exótica.
  • Que subrayan la superioridad del Norte.
  • Que muestran de forma miserable o patética una situación.

[1] Puedes consultar el código completo y sus 12 recomendaciones.

4. LOS CONTENIDOS SOBRE DERECHOS DE INFANCIA

A la hora de abordar la elaboración de contenidos didácticos sobre derechos de la infancia conviene tener en cuenta la necesidad de superar determinados mitos que existen respecto a estos derechos. En ocasiones esto puede suponer una revisión personal acerca de nuestra propia noción de derecho. La tendencia común de la sociedad a considerar las cosas relativas a la infancia como “asuntos menores” nos puede llevar a asumir, implícita o explícitamente, algunos errores:

• Creer que los derechos de la infancia son algo muy loable pero que, en el fondo, son menos importantes que otros derechos.

• Asumir que, como hay leyes e instituciones que protegen a la infancia, el trabajo de defensa de los derechos de la infancia es poco efectivo en la práctica y que no es necesario promocionar dichos derechos.

• Considerar que los derechos llevan aparejadas obligaciones para los beneficiarios de dichos derechos.

• Pensar que reconocer los derechos de la infancia es lo mismo que dar carta blanca a los niños y niñas para que hagan lo que quieran.

Al igual que ocurre con otros derechos y libertades individuales, estos errores pueden ser alentados por corrientes de opinión interesadas en la percepción de los derechos como una contrapartida, como algo que los individuos deben ganarse y merecer. Reconocer que puede haber en nuestro entorno intereses en menoscabar el valor de los derechos como algo inherente a la condición humana es fundamental para poder abordar de manera adecuada los contenidos sobre derechos de la infancia en el aula y también para ser capaces de proteger y defender dichos derechos en nuestra vida cotidiana.

5. ¿QUÉ DERECHO ES MÁS IMPORTANTE? ABORDAR EL CONFLICTO DE DERECHOS

Cuando hablamos de conflicto de derechos nos referimos a aquellas situaciones en las que parece que dos derechos “luchan” por prevalecer. Un ejemplo sería la contraposición entre el derecho a la información y el derecho a la propia imagen. El conflicto es inherente a los contenidos relacionados con los derechos humanos y los derechos de la infancia. ¿Cómo tratamos la conflictividad de los derechos en nuestros contenidos educativos sobre derechos?

Un primer paso es diferenciar bien entre la existencia de conflictos puntuales de derechos en casos concretos y la posible importancia relativa de cada derecho respecto a los demás. ¿Qué existan conflictos de derechos significa que hay derechos más importantes que otros? Aunque en algunos casos existen conflictos de derechos, que pueden hacer dudar sobre qué derecho es más importante en un determinado caso, los derechos de la infancia son indivisibles, interdependientes e interrelacionados. Esto significa que no hay en esencia un derecho más importante que otro, ya que del cumplimiento de uno de ellos pueden depender todos los demás.

Una segunda estrategia es aprovechar la propia naturaleza conflictiva de los derechos como base para la educación en resolución de conflictos. Partiendo del reconocimiento de que el conflicto es inherente a las relaciones humanas, la Educación para el Desarrollo invita a tener una actitud activa y a utilizar el conflicto como herramienta de aprendizaje. Propone analizar, negociar y buscar vías de transformación de los conflictos. Al igual que ocurre con los derechos (que en un determinado caso prevalezca un derecho no significa que ese derecho sea per se más importante), en los conflictos la aceptación de una solución, la modificación de nuestra postura inicial o el reconocimiento de los logros de la otra parte no significa que “hayamos perdido” o que seamos menos importantes.

Tanto en la teoría como en la práctica diaria cotidiana surgen tensiones entre la libertad y la igualdad, entre los intereses públicos y los privados, entre el bien común y el bien individual, entre la libertad y el orden. Es algo lógico ya que entran en juego intereses y visiones distintas, a menudo contrapuestas y el objetivo no es eliminar ese conflicto de raíz, ya que es inevitable, sino educar a nuestro alumnado para que sean capaces de anticipar los conflictos, enfrentarse a ellos constructivamente y trabajar con una perspectiva de solución de problemas que limite los daños y que incluso enriquezca a todas las partes.

El valor educativo del conflicto de derechos

“Presentar el carácter conflictivo de los derechos en la enseñanza, no implica renunciar a los principios, ni colocarlos en el lugar de lo opinable. Por el contrario, significa interpelar a los estudiantes (e interpelarse personalmente) en sus opiniones e ideas previas sobre la realidad, y analizarlas desde los conocimientos vinculados a los derechos humanos de la infancia.(…) Presentar las diferentes interpretaciones de la realidad, junto con sus fundamentos y las consecuencias que derivan de cada una, permitirá hacer conscientes las posiciones adoptadas por cada uno, comprender mejor la sociedad, otorgarle sentido, y actuar de forma responsable”.

Propuesta curricular y metodológica para la incorporación de la educación en derechos humanos en la educación formal de niños y niñas entre 10 y 14 años de edad. II

6. CONTENIDOS SOBRE LOS DERECHOS DE LA INFANCIA EN MATERIA DE PROTECCIÓN

En el caso de los derechos de la infancia, al igual que con otras causas, puede ocurrir que se entienda que el fin justifica los medios, en el sentido de que cualquier mensaje, imagen o propuesta es válida si “remueve conciencias”, “logra un apoyo” o “abre los ojos de la sociedad”. Si bien es cuestionable que un mal medio logre un buen fin, en el caso de la infancia es un imperativo necesario respetar escrupulosamente los derechos de los niños, niñas y adolescentes al tratar de defender esos mismos derechos. Este imperativo se concreta en tres aspectos fundamentales:

• Respetar los derechos de los niños, niñas y adolescentes representados en nuestros contenidos.

• Respetar los derechos de los niños, niñas y adolescentes a los que van destinados dichos contenidos, o que puedan acceder a los mismos.

• Respetar la dignidad de la infancia, protegiéndola de representaciones sociales negativas, superficiales y estereotipadas. Esto es particularmente necesario en el caso de las niñas, que se ven afectadas doblemente por los estereotipos de género y de edad.

DH, 2006.

7. UNA HERRAMIENTA DIDÁCTICA: LOS CINCO CONCEPTOS

Llegados a este punto pudiera parecer que hay tantas limitaciones que es muy difícil generar mensajes educativos constructivos acerca de los problemas mundiales y los derechos de la infancia. Nada más lejos de la realidad: estos contenidos pueden y deben ser trabajados con niños, niñas y adolescentes de todas las edades solo que es necesario adoptar una perspectiva que capacite al alumnado a:

  • Darse cuenta de las interrelaciones entre distintos acontecimientos y de las conexiones existentes entre cosas aparentemente distantes.
  • Ser conscientes de las causas de los hechos actuales así como de las consecuencias que tendrán los hechos presentes.
  • Ser capaces de detectar las injusticias sociales y reaccionar frente a ellas de un modo resolutivo y cooperador.
  • Ser conscientes de que percibimos la realidad a través de imágenes y que éstas a menudo son disonantes, cuando no contradictorias.
  • Aceptar la existencia de conflictos como parte de la naturaleza humana y ser capaces de participar en una resolución pacífica de conflictos que les haga afrontar los problemas de complejidad creciente con mayor responsabilidad.

Estas cinco capacidades se encuentran descritas en los cinco conceptos básicos que vertebran los contenidos sobre derechos de infancia y ciudadanía global.

8. INTERDEPENDENCIA

En un mundo globalizado es imprescindible entender la noción de interdependencia, ya que es un elemento clave para que el alumnado pueda percibir el mundo en que vivimos como un sistema, lo que conlleva:

  • Entender la red de relaciones de este sistema.
  • Apreciar el equilibrio inestable que existe entre los componentes de esta red.
  • Tomar conciencia de que los cambios en una parte del sistema tendrán repercusiones sobre el sistema entero.

Un enfoque que tenga en cuenta la interdependencia entre los distintos factores de un problema favorece que se puedan encontrar soluciones duraderas a los mismos, capacitando al alumnado para la resolución de problemas complejos.

Esto hace que la noción de interdependencia sea fundamental para el proceso de aprendizaje.

El enfoque de interdependencia en los contenidos

Un enfoque de interdependencia en el uso educativo de contenidos sobre derechos de infancia y desarrollo humano conlleva tratar los problemas de manera que se favorezca la reflexión sobre las relaciones que hay entre unos hechos y otros.

Por ejemplo, para poder explicar adecuadamente un tema como el trabajo de niños en fábricas (ya sea en Europa durante la Revolución Industrial o en otros lugares del mundo en la actualidad) es necesario evitar un enfoque de “buenos y malos” y desplegar toda la gama de grises que hay entre sus causas y sus consecuencias: la pobreza de las familias, la presión comercial por la bajada de los precios de producción, las demandas crecientes de los consumidores, las mafias que operan al margen de la ley, el papel de la corrupción en el incumplimiento de las leyes de protección de la infancia, el impacto del trabajo sobre la salud y la educación de los niños, etc.

9. CAMBIO Y FUTURO

La adaptación al cambio y la capacidad de planificar a futuro y de comprometernos con líneas de acción que tendrán resultado a largo plazo son competencias que los jóvenes necesitan tener y a las que, a veces, no se les presta suficiente atención.

La educación sobre el futuro tiene que basarse en un estudio del procedimiento de cambio y en la comprensión de cómo se produce este cambio. Incidir en las dinámicas del cambio es importante porque los cambios sociales, tecnológicos y económicos se producen más rápido en el presente que en los siglos pasados, con un impacto visible tanto a nivel local como mundial, y esta continua mutabilidad puede provocar en los jóvenes sentimientos de impotencia, o de falta de control sobre las fuerzas que afectan sus vidas.

A pesar del valor educativo que tiene la proyección a futuro, gran parte de la enseñanza actual está más enfocada al estudio del pasado y a la transmisión de una serie de conocimientos aparentemente completos y finalizados sobre los que los alumnos no tienen opciones de programar una línea de acción futura. La realidad, sin embargo, no es así: las lenguas cambian, la historia es continuamente revisada, la ciencia progresa y los modelos físicos y matemáticos están en constante evolución.

Darse cuenta de que el futuro no está predeterminado y de la relevancia de las propias acciones tiene una gran importancia educativa:

  • Conocer que lo que ocurrió en el pasado determina el modo en que vivimos hoy y que lo que hagamos ahora influirá en el futuro es esencial, porque las personas podemos cambiar la realidad que nos rodea.
  • Los jóvenes pueden aprender a descubrir los medios de provocar el cambio y a utilizarlos conscientemente para crear un futuro mejor: Pueden ocurrir muchos futuros alternativos, pero es el comportamiento que tenemos hoy en día el que hará realidad una de estas alternativas.

El enfoque sobre el cambio y el futuro en los contenidos

Al trabajar contenidos sobre desarrollo y derechos conviene reflexionar sobre las causas cercanas y lejanas de determinadas situaciones, así como de las posibles consecuencias de diferentes líneas de acción.

Conviene ser realista respecto a las soluciones posibles, y así no generar falsas expectativas sobre las propias capacidades para modificar la realidad que nos rodea. Para sentirse motivados, los niños y jóvenes necesitan entender por qué algunas alternativas para el cambio no están a su alcance y explorar posibilidades más realistas. El objetivo es que puedan salir de la escuela con confianza en sus propias capacidades para influir en el futuro y buena voluntad para hacerlo efectivo.

10. CONFLICTOS Y SU RESOLUCIÓN

La adaptación al cambio y la capacidad de planificar a futuro y de comprometernos con líneas de acción que tendrán resultado a largo plazo son competencias que los jóvenes necesitan tener y a las que, a veces, no se les presta suficiente atención.

Para muchos niños, niñas y adolescentes, conflicto es sinónimo de violencia. Pero la violencia, en realidad, sólo es una de las numerosas respuestas posibles a un conflicto. Los conflictos son inherentes a la naturaleza, ya que vivimos dentro de diferentes sistemas donde es imposible que todos los actores obtengan el máximo beneficio al mismo tiempo. Muchas de las normas sociales que damos por hechas y de los elementos que construyen nuestro día a día se han construido a partir de negociaciones sobre esos conflictos.

La resolución de los conflictos es la exploración de los medios por los cuales conflictos y controversias pueden solucionarse de manera no violenta. Las resoluciones no violentas de conflictos se pueden aprender y aplicar de manera constructiva a los desacuerdos a nivel personal, comunitario, nacional, mundial o entre grupos. La educación puede ayudar a tener una visión más amplia de los conflictos:

  • Explorando situaciones conflicto que desembocan en violencia y otras que no lo hacen.
  • Analizando los conflictos que ocurren inevitablemente entre la gente respecto a ideas, valores, posiciones y perspectivas sobre una amplia gama de problemas.
  • Reflexionando sobre como los conflictos pueden desembocar en violencia si no se tratan de manera constructiva.

El objetivo de las iniciativas educativas relacionadas con resolución de conflictos no puede ser eliminarlos, porque los conflictos son parte de la vida. Pero como educadores podemos ayudar a nuestros alumnos y alumnas a aprender que tienen que elegir entre distintas maneras de reaccionar ante un conflicto:

  • Pueden desarrollar habilidades de negociación y de resolución de problemas que les permitan considerar el conflicto no como una crisis sino como una ocasión de cambio creativo.
  • Pueden aprender a aplicar estas habilidades a los conflictos que forman parte de sus vidas cotidianas: conflictos con amigos, con la familia e incluso con los profesores.
  • Pueden reflexionar acerca de cómo esta aproximación a la resolución de problemas podría aplicarse a los conflictos vinculados con diferencias religiosas y étnicas, con los recursos, las fronteras o las diferentes ideologías políticas dentro de su comunidad, su país, o en el mundo entero.

En algunos casos, este enfoque educativo es terapéutico: Para los niños y niñas que se han criado en situaciones de violencia, aprender a resolver conflictos puede formar parte de un proceso de superación y resiliencia, proporcionándoles estrategias prácticas de afrontamiento y un mayor sentimiento de control sobre sus propias vidas.

Al mismo tiempo, la educación en los conflictos y su resolución es preventiva. Al adquirir unas capacidades y unas aptitudes de promoción de la paz, los jóvenes tienen la ocasión y la responsabilidad de actuar para fortalecer la cultura de la paz en un mundo devastado por la resolución inadecuada de los conflictos.

El enfoque de conflictos y su resolución en los contenidos

Un aspecto clave cuando se tratan problemas relacionados con el desarrollo o con los derechos es la noción de conflicto. Como ya hemos visto anteriormente, el conflicto de derechos es una cualidad insoslayable de los mismos que no puede ser eludida, sino sobre la que es necesario fomentar el debate. Del mismo modo, las dificultades de muchas personas, comunidades y países para lograr el desarrollo, no es comprensible si no es desde la perspectiva del conflicto de intereses.

El recurso a la violencia como modo de resolución de conflictos está tan extendido que puede llegar a entenderse como una vía inevitable, cuando no lo es. Analizar las causas que han llevado a un determinado conflicto a desembocar en la violencia y las alternativas disponibles es un buen ejercicio para entrenar la propia capacidad de resolución de conflictos.

Aunque hemos visto estos cinco conceptos por separado, no ofrecen perspectivas únicas desde las que interpretar la realidad, sino que actúan en conjunto. Por ejemplo: hay situaciones en las que es más evidente la existencia de un problema de justicia social, pero puede estar también influido por la existencia de prejuicios o puede estar generando un conflicto que afecte a otras personas. Es necesario enfocar los contenidos de manera que permitan integrar un análisis que incluya los cinco conceptos, siempre que sea posible.

 

Educación en derechos de la infancia y ciudadanía global (2ª edición)_#EducaDerechosMOOC

Educación en derechos de la infancia i ciudadanía global

Desde este enlace se podrá acceder a las diferentes unidades del MOOC

Enllaç a les diferents unitats: (En construcció)

Unidad 1. Los derechos de la infancia
 Unidad 2. Didáctica de los derechos
 Unidad.3 Participación infantil
 Unidad 4. Factores de riesgo y protección en la infancia
 Unidad 5. Integración en el ámbito educativo