Category Archives: FILOSOFIA I HISTÒRIA

Inacabado …..

Cuando salió de casa iba despistado. A él no le preocupaba el mundo pero si en cambio la vida. De pequeño había tenido la rara habilidad de desaparecer de los espacios donde la gente se concentraba masivamente. Su caminar rápido permitía que en pocos minutos se encontrase en los confines de la vida. Porque eso sí, su interés por respirar aquella brisa que el mar le arrojaba las mañanas en su paseo habitual le despertaba su conciencia. Sólo así frente a ese aire frio y cortante se sentía vivo. Con el tiempo aquello se había convertido en una obsesión : atrapar con sus sentidos su propia realidad existencial, su yo, su ser.
No todas las mañanas eran iguales aunque a la mayoría les pareciesen así , ni todos los atardeceres provocaban a la gente melancolía y nostalgía. El sentía en sus manos la fuerza de algo interior que le obligaba a tocar, palpar, recorrer con sus largos dedos de pianista cada zona de la pared , cada corteza de árbol, cada farola de hierro helado, ….. Así se experimentaba consigo mismo como diferente. Aquel día el comentario que en su trotar habitual recogió al vuelo en un primer momento no pareció intranquilizarlo. “Lo siento, hicimos lo que pudimos. Esta muerto, no hay nada que hacer”….

Parrhesia.

Era ayer cuando frente a un tribunal de profesores me defendia con un artículo que hablaba de la parrhesia. La parrhesia és la relación que el pueblo griego establecía con la verdad. El parrhesiastés era quien ejercia en nombre de la verdad con la palabra frente a la asamblea del ágora un compromiso. Por eso a veces ese hablar franco y sincero diciendo lo que se pensaba y se creia comportaba un riesgo. Perder la vida, perder los amigos, perder la patria , perder las tierras o la casa. Sin embargo ejercer la parrhesia era un deber que uno tenía frente a aquello que uno realmente es y defiende ser. Ir por la vida haciendo que tus pensamientos coincidan con tus acciones, con tus actos sin esconderse en nada, ni de nadie , ni simular, ni disimular, ni ocultar. El parrhesiasta se compromete consigo mismo y con su verdad. No se trata de decir lo que conviene, ni lo que le conviene a uno sino hablar de manera franca y sincera sobre lo que se piensa y lo que se siente. El parrhesiasta no se esconde de si mismo. Por eso requiere cierto coraje saber decir la verdad. No todos tenemos ese coraje de decir la verdad. Porque eso comporta un cierto riesgo, un cierto compromiso. La mayoria de veces el parrhesiasta era expulsado de la ciudad, exiliado, o ejecutado. Sócrates quien ejerció la parrhesia acabó ejecutado por intentar defender la condición de la isegoria , o sea, el derecho de tener y decir la palabra frente al estado, y la isonomia, o sea, el derecho a la igualdad frente a la ley. Por eso en una democracia imperfecta como la que tenía el pueblo griego la solución fue el refugio en las comunidades de vida, comunidades como los epicureos, los cínicos, los estoicos…. que en grupo o individualmente intentaron llevar una vida con felicidad. Sabiamente aprendieron que para vivir una vida placentera debemos aprender a estar bien con nosotros mismos. La parrhesia , pués, resultó fundamental para aquellos tiempos. Quizás también sea importante para los nuestros.

Receta para un desahogo.1ª parte.

Todo aquello que nos molesta o estorba acaba con nosotros. Como la paciencia o la austeridad. Repetir constantemente aquello que nuestra conciencia nos produce puede que nos sea un problema. Pero si ponemos una pizca de ilusión bien finita a “lo juliana” y a fuego lento cocinamos con el corazón que tenemos y algunas lágrimas de ese desconsuelo que un día perdimos puede que empecemos por conseguir un buen estofado. Nos faltará evidentemente el producto principal , lo que da sustancia, lo que resulta la esencia básica de nuestro cocido o estofado, la matéria primera. Sigamos pués añadiendo los condimentos con ternura y esmero lentamente y sin prisa como si tuviesemos todo el tiempo del mundo pero lejos de virtudes teologales y así podremos conseguir una cierta ligereza que dará cierta dosis de felicidad a nuestra comida. Y si la suerte nos sonrie y la esperanza nos confirma nuestra creencia en el arte culinario podremos alcanzar el cenit de la accidentalidad en nuestra comida. Hacer del accidente una razón para seguir probando, a través de los sentidos, cada novedad irresistible y cada instante por distante que nos parezca. A lo lejos la sustancia dejará de ocupar ese espacio que alimentaba nuestro ser porque está demasiado idealizada y ya no nos interesa. Nicolas de Staël entendía así que del arte del accidente podemos hacer motivo de producción artística. La cocina gana y ellos pierden. Dejamos ya de tener un problema y nos hemos desahogado una vez más consiguiendo que el placer sea la razón de nuestra existencia.

Sembrar el caos para legitimar el orden : la política educativa

No nos debería sorprender que todos los inicios de cursos desde hace algunos años los medios de comunicación nos bombardeen con notícias que advierten de los pelígros de la violencia en las aulas. Por eso utilizando diversos nombres con un argot “politicamente correcto” divulgan la sensación que los niños y adolescentes estan desprotegidos frente a los peligros del bulling , de la homofobia, de los pedófilos, etc etc. En este inicio del curso no hay mejor manera de crear verdadero estres, angustia, pánico, alarmismo social que lanzando notícias como estas que periódicos varios estos dias propagan y difunden a todo trapo. Seguramente hablar gratuitamente de la violencia en las aulas es el mejor sistema para empezar a oir demandas de más control, más sanciones, más castigos, más vigilancia.
Así pués si se difunde el caos y el malestar evidentemente se consigue en ese estado de terror la necesidad del soberano absoluto. Más normas, más obligaciones, más controles…. todo eso hace que en apariencia se disminuya la violencia escolar. Sin embargo , como decíamos antes, este discurso falaz y lleno de sofismas esconde otro tipo de mensajes mucho más dañinos y perversos.

¿ Y la violencia legítima de una administración que promueve cierto tipo de escuelas y se olvida de otro tipo de escuelas? ¿ Y la violencia legítima del profesorado que utiliza su situación para justificar aleatoriamente que los alumnos sean suspendidos sin más ? Pero de esa violencia que excluye, desintegra, somete, coacciona no se habla. Seguramente no promueve nada , ¿Digo y0?

MIradas.

Veo todo aquello que me sugiere algo distinto y diferente. Por eso el mundo se me vuelve a veces transparente y otras veces opaco. Mi mirada lo vuelve extraño, como si fuera un extranjero que se ve sometido a través de los ojos de los otros , a todo aquello que uno pudo amar un dia , todo aquello que fue y dejo de ser con el paso del tiempo. Bergman sabía entender muy bien este juego de mirar a la cámara o de observar con la cámara una mirada , que queda detenida entre el tiempo y el espacio. Asi se penetra secretamente en el otro para que se produzca una cierta radiografía de su conciencia. Y por eso no resulta lo mismo ver, que mirar, que observar e incluso que contemplar. Seguramente somos más observadores de distancias , de seres lejanos que contempladores con nuestra mirada de espacios íntimos.

Observar , observar, observar…. con ojos de científicos determinando el límite de todo, recogiendo en las variables de mi cuaderno cualquier señal o signo que me conduzca a la realidad que tengo delante. Los médicos por eso observan al paciente jamás lo miran , porque no les interesa les podria comprometer demasiado. Observar es más distante, porque forma parte de la lógica de la distancia espacio temporal. El científico busca en la observación un mecanismo de objetivización de la realidad. Así se observa y así es. No hay error.

Mirar, mirar, mirar …. a través de mi piel y otros sentidos. Quien mira es capaz de acercarse al otro poco a poco sin prisas. Se le aproxima con ternura porque le concede en la mirada un silencio complice y compartido. Por su puesto en silencio. Mirar a la chica del vagon de metro, o al chico del vagón de metro como si fuera ese ser próximo y hermano. Imaginar sus vidas y contarnosla en silencio a través de el encuentro de nuestras miradas. La mirada es acogedora, es el abrazo que nos ayuda a explicarnos mejor quienes somos y que hacemos.

Contemplar , contemplar, contemplar …… con el pensamiento ese paisaje que tengo delante. Esa idea que me dibujo, esa mujer a quien deseo o ese hombre que me apetece. Contemplar para poseernos ambos, para detenernos en la eternidad. Quien contempla atraviesa con el pensamiento los espacios del reconocimiento. Pocos sabemos contemplar porque no hay tiempo y la contemplación requiere meditación, una cierta estética existencial que nos haga detener el tiempo y nos vuelva ausentes de forma permanente. Contemplamos en la cima de la montaña el espacio abierto que nos absorve , contemplamos un ária de opera que nos sobrecoge en lo infinito, contemplamos el cuadro aquel que aprendimos con él la belleza, y así tantas cosas .

Mirones, voyeures, observadores, contemplativos, fisgones, …… todo simplemente con unos ojos.

Las normas y la relación con la vida.

Me sorprende cada vez más que estemos normativizando todo, absolutamente todo. Parece que cuando las cosas no nos funcionan, cuando nos exceden o nos perjudican, basta con regularizar aquellos espacios desorganizados, ordenar normativamente nuestros tiempos vitales. Se trata de introducir en nuestras vidas personales y colectivas lo que el derecho romano antaño supo prescribir muy bien. Las leyes no dejan de ser una forma social que permite el ejercicio de los derechos individuales y sociales , así como ofrece y garantiza los deberes para cualquier individuo. Sin embargo ya en el siglo IV a .c los griegos polemizaron entorno a la idea de ley. ¿De qué ley hablamos? ¿ La ley natural producto del sentido común, del buen corazón de los hombres o de la ley de la ciudad creada en función de las modas cívicas, de los contextos circunstanciales ? Antígona nos podría dar la respuesta.
Hoy la regularización para disminuir el número de accidentes de coches con el famoso carnet por puntos da ejemplos de lo que intento explicar. Durante cierto tiempo los mensajes para promover una educación vial no parecía que impactasen suficientemente en la sociedad. En apariencia parecía que no eran algunas veces lo suficientemente contundentes para disminuir el número de siniestros. La opción alternativa ha sido el incremento de medidas de carácter punitivo como el carnet que han de ser disuasorias para la mayoria de los conductores alocados, o de los conductores inconcientes. Numerosos paneles luminosos por autopistas y carreteras lanzan consejos y nos invaden con cifras de muertos o accidentados. Pero sólo parece que este tipo de pautas sociales que en un primer momento pueden presentarse como ventajosas y útiles a largo plazo se olvidan facilmente. Incluso permiten que se intercambien penas por dinero, acciones incívicas por cursillos acelerados de buen conductor. Paso algo parecido en otros campos y espacios como la famosa ley de regularización cívica de algunas ciudades para gestionar y establecer normas sociales que penalizen los meones, las prostitutas callejeras o los lateros immigrantes. Etc etc se trata pués de poner normas, limitar, definir, pautar, … así parece que nuestras vidas se vivan mejor. Con las normas se nos acaba garantizando seguridad, paz, bienestar. El famoso Leviathan de Thomas Hobbes cada vez está más presente entre nosotros. El terrorismo, la delincuencia, la immigración, la conflictividad social, etc son los enemigos a batir y las normas pueden ofrecernos mejor vida en aeropuertos, estaciones de tren, carreteras, ciudades, escuelas, barrios, hogares. Sin normas no somos nada ni vamos a ninguna parte. Son nuestra brújula personal, nuestra orientación necesaria para no caer en el caos absoluto. Hasta nos parece todo lo que estoy diciendo maravilloso y perfecto. Sin embargo un observador atento seguramente se dará cuenta que estamos perdiendo nuestra poca libertad como auténticos ciudadanos libres con voz y voto y nos estamos convirtiendo en ciudadanos adocenados , adoctrinados, sometidos a las grandes tiranias de nuestro siglo. Las normas no deberían servir para que hagamos de nuestras vidas un coto cerrado y privado como buenos súbditos del miedo y el terror.

La curiosa vida del profesor aburrido y cansado a principio de curso.

Hoy vino un compañero nuevo a mi departamento. Bueno eran más pero especialmente uno me llamó la atención. De lo primero que habló es que estaba en educación porqué era demasiado mayor para encontrar trabajo. “¿Dónden ir a trabajar a mi edad?” . Disimuladamente sonreí y me pregunté esa vida curiosa que alberga a mucha clase de profesorado que año tras año camina por centros diambulando en busca del “santo grial”. No están nunca tranquilos, inquietos, incómodos,…. declarándose inadaptados como profesores. Seguidores de los métodos de una instrucción arcaica y disciplinada que pretende someter al alumnado a contenidos y conocimientos que deben memorizarse y acumularse sin más. No me sorprende pués que polémicas como las protagonizadas por Fernando Savater y Rafael Sanchez Ferlosio todavía puedan ser objeto de debate público en la prensa escrita. ¿Educar o instruir? No se trata de vencer con domesticaciones sumisas un tipo de educación que los ministerios pretender ofrecernos como garantía de éxito educativo pero tampoco de rechazar con un tono ” casposo” y “doctrinario” todo tipo de educación. Me pregunto que frente a ciertos tipos de modelos de profesorado ” resignado y escéptico” : ¿como se pueden sentir la gran diversidad de alumnado de orígenes diferentes, de aprendizajes heterogéneos, de dificultades sociales notables ? No se trata de defender la vigencia de un sistema que hace aguas por muchas grietas pero tampoco de refugiarse en la tiranía de “estoy donde estoy porque no creo en ningún tipo de educación”. Quizás en el fondo de muchas de estas discusiones sobre educar o instruir existe una manera de relacionarse con los otros, con lo que es ajeno , con lo que no soy exclusivamente yo. Entiendo pués que el mundo no sólo es una manera personal de vivir sino también una especial manera de estar con uno mismo y con los demás. Decidirse por la educación no puede ser una opción sin alternativa sinó debería ser todo lo contrario.

¿Nos estamos ritualizando demasiado hoy?

Salir con el coche para acceder a un lugar cercano a la orilla. Plantar el parasol o sombrilla. Desplegar las toallas geométricamente. Cubrirse de crema solar todo el cuerpo. Tumbarse al sol horas y horas. Y esperar a que se llene la playa como un hormiguero. Lo de cada verano. Lo de siempre.
Quizas somos animales de rituales, de formas estandarizadas y repetidas una y otra vez. Así nos identificamos con nuestra cultura y nuestros signos culturales. Todos hacemos lo mismo. Todos lo hacemos a la misma hora. Todos compramos lo mismo y nos gastamos lo mismo.
Todos nos exponemos a lo mismo. Repetidamente nos engachamos a nuestras costumbres ancestrales que nos obligan a ritualizarnos como especie. La especie se protege mediante sus ritos. Así sobrevive. Quizás para evadir el tedio y la monotonia. O puede que para sumergirse todavía más en ese tedio y ese aburrimiento. Cada verano nos sometemos a nuestros mismos quehaceres para seguir identificándonos. La arena, el mar, el sol, el viento, la playa, el chiringuito, el bucear, el leer en la playa, el hacer castillos y figuras en la arena, etc… Nos soportamos gracias a estos rituales que nos configuran nuestra identidad. ¿Qué pasaría si un dia dejásemos de ritualizar nuestras vidas con veranos, compras en grandes almacenes, deportes de domingos, modas , etc..>? El ritual nos convierte en manifestaciones de unos gestos que nos identifican como lo que somos. Animales de costumbres, humanos sometidos a una escenificación permanente de la vida. Venimos entre grandes gestos de alegria al nacer y nos marchamos entre grandes gestos de dolor al morir. Dos gritos , dos histerias, dos momentos del ritual que es la vida. Otro dia nos inventaremos a través del mito.