
Como nuestro trabajo lingüístico serio para la Semana Científica discurre por el derrotero del sitio Lengua Leguminosa, en este blog, vamos a contribuir a dicha semana con un chascarrillo, pretendidamente cierto, según quiénes —aunque no seré yo uno de ellos—.
Dícese que la siguiente pregunta apareció en un examen trimestral de química en la Universidad de Toledo. La respuesta de uno de los estudiantes fue tan profunda que el profesor quiso compartirla con sus colegas, vía Internet, razón por la cual podemos todos disfrutar de ella.
Pregunta: ¿Es el Infierno exotérmico o endotérmico? Es decir, ¿desprende o absorbe calor?
La mayoría de estudiantes escribieron sus comentarios sobre la Ley de Boyle que dicta que un gas se enfría cuando se expande y se calienta cuando se comprime.
Hubo un estudiante, sin embargo, que escribió lo siguiente:
«En primer lugar, necesitamos saber en qué medida la masa del infierno varía con el tiempo. Para ello, hemos de saber a qué ritmo entran las almas en el infierno y a qué ritmo salen. Tengo, sin embargo, entendido que, una vez dentro del infierno, las almas ya no salen de él. Por lo tanto, no se producen salidas. En cuanto a cuántas almas entran, hemos de atender a lo que dicen diferentes religiones, y que no es otra cosa que, si no perteneces a ellas, irás al infierno. Dado que hay más de una religión que así se expresa y dado que la gente no pertenece a más de una, podemos concluir que todas las almas van al infierno. Con las tasas de nacimientos y muertes existentes, podemos deducir que el número de almas en el infierno crece de forma exponencial. Asimismo, hemos de considerar cómo varía el volumen del infierno. Según la Ley de Boyle, para que la temperatura y la presión del infierno se mantengan estables, el volumen infernal debe expandirse en proporción a la entrada de almas.
»Hay, por lo tanto, dos posibilidades:
- Si el infierno se expande a una velocidad menor que la de entrada de almas, la temperatura y la presión en el Infierno se incrementarán hasta que este se desintegre.
- Si el infierno se expande a una velocidad mayor que la de la entrada de almas, la temperatura y la presión disminuirán hasta que el infierno se congele.
»¿Qué posibilidad es la verdadera? Si aceptamos como cierto lo que me dijo Teresa en mi primer año de carrera (“ha de hacer frío en el infierno antes de que yo me acueste contigo”), y, teniendo en cuenta que me acosté con ella anoche, la posibilidad núm. 2 es la verdadera. Doy, por ello, como cierto que el infierno es exotérmico y que ya está congelado. El corolario de esta teoría es que, dado que el infierno ya está congelado, no acepta más almas y, por tanto, está extinguido. Ello deja al cielo como prueba única de la existencia de un ser divino y amoroso, lo que explica por qué, anoche, Teresa no paraba de gritar: ¡Oh, Dios mío!».
Dicen las malas y las buenas lenguas que el estudiante que dio esta respuesta fue el único que consiguió una nota de excelente.