
Variación de una imagen de Gerd Altmann en Pixabay
Todos sabemos que la entonación propia de las preguntas, en la lengua escrita, se marca mediante signos de interrogación. Ahora bien, todo aquel que ha aprendido la distinción entre preguntas directas e indirectas sabe que estas últimas no se marcan mediante tales signos. Lo que tal vez no sea tan conocido es que no siempre las preguntas directas quedan marcadas en la escritura. ¿Sabrías decir en qué casos una pregunta directa no se encierra entre signos de interrogación?
Tal como recoge la OLE, existen dos casos en que el escritor puede no atenerse a la regla general según la cual las oraciones interrogativas directas se escriben siempre entre signos de interrogación. Obviamente, aunque no se mencione explícitamente en la obra académica, ambas excepciones corresponden a interrogativas directas de tipo parcial, no total:
a) Pueden omitirse los signos de interrogación en enunciados interrogativos independientes que constituyen el título de una obra, un capítulo o cualquier otra sección de un texto: “Cómo escribir bien en español”; “Qué es lo «moderno» en lexicografía”. Es igualmente posible escribir los signos de interrogación en estos casos: “¿Qué es el estructuralismo?”.
b) A veces se omiten los signos de interrogación en las interrogaciones retóricas, como “Dónde vas a estar mejor que aquí”, en las que no se formula una verdadera pregunta, sino que se expresa indirectamente una aseveración (‘en ningún sitio vas a estar mejor que aquí’). No hay motivos para censurar la ausencia de los signos de interrogación en estas expresiones, aunque en el uso general suelen escribirse.
Dejaremos para otra ocasión comentar la peculiaridad ortográfica que supone tener un signo de apertura interrogativo. Aunque, sensu stricto, el castellano no es el único idioma en que podemos verlo escrito.