¿LIBROS?: guanyador de narrativa del Sant Jordi 2015

¿LIBROS?

Aquella fría mañana de invierno me desperté antes de que sonara el despertador que indicaba que nos teníamos que poner a limpiar y a cocinar para el director del orfanato y para su mujer. Esa noche había soñado que por fin me adoptaba una familia feliz y me llevaba lejos, muy lejos del horrible orfanato en el que había vivido una terrible infancia… pero sólo eran sueños, apenas me quedaban esperanzas de que me adoptaran, pues las familias felices solo buscaban niños pequeños y yo ya tenía 11 años.
Como no tenía nada que hacer, ya que aún faltaba un buen rato para que los demás se levantaran, me puse los zapatos y salí a tomar el aire al parque de al lado del orfanato, un sitio donde podía dejar volar mi imaginación libremente. Quizás era el único sitio de toda la ciudad al que podía llamar hogar. Era un lugar donde no pasaba mucha gente, solo algunos paseadores de perros. Siempre pasaba por el mismo camino a la misma hora aquella mujer que se dirigía a aquel sitio que me dijeron que se llama biblioteca. Nunca había entrado, así que decidí ir a ver qué era. Llegué cuando la mujer encendió las luces del recinto. Entré y le pregunté qué era todo aquello que había allí dentro. Me respondió que, obviamente eran libros y me dijo que bajara un poco la voz, ya que allí no se podía hablar muy alto. ¿Libros? Le dije -¿Y qué es eso? En el orfanato no hay libros.- Ella me miró incrédula y se dio cuenta de que quizás tampoco sabía leer, por eso me lo preguntó. Yo le dije que nadie me había enseñado a leer. -¿Y en la escuela?- volvió a preguntar. -¿Que es la escuela?- pregunté yo. Entonces me cogió del brazo y me llevó a un pequeño despacho, donde me explicó qué eran los libros, las escuelas y las bibliotecas. Me dijo que ella podría enseñarme a leer y a escribir. Yo acepté, quería descubrir que era eso de leer. En aquel justo momento me di cuenta de que había pasado mucho rato desde que salí del orfanato y me fui corriendo, casi sin despedirme. A lo lejos, saliendo del parque, oí la voz de la bibliotecaria gritando: Nos vemos mañana, a la misma hora.
Llegué tardísimo al orfanato, todos los demás habían acabado sus tareas, y a mi aún me faltaba recoger, barrer y quitar el polvo. Además me gané dos tortas por parte del director, que decía que lo hacía por nuestro bien, para que fuéramos más disciplinados. También me dejaron sin comer y me dijeron que si seguía así tomarían medidas drásticas.
Al día siguiente me desperté pronto, como el día anterior, me puse los zapatos y salí sin hacer ruido. Fui corriendo a la biblioteca y llegué justo cuando llegó ella, la bibliotecaria. Encendió las luces y dijo que el día anterior se nos había olvidado presentarnos. Me dijo que se llama Maite y yo le dije que me llamo Beatriz, aunque todo el mundo me llama Bea. Entramos al despacho y Maite comenzó a explicarme cosas sobre las letras hasta que fue la hora de irme. ¡Se me pasó el tiempo volando! Estaba muy contenta, había aprendido muchas cosas. El resto de días de la semana seguí la rutina, fui todos los días incluyendo el sábado y el domingo.
Durante todo el tiempo que fui, cada día aprendía más y más, hasta que supe leer frases sin encallarme. Fue el momento en que Maite me dijo que ya estaba preparada para leer todo tipo de libros. Luego me enseñó a escribir, eso me costó mucho más ¡hay muchas normas ortográficas!
Maite además de ser una profesora excelente es una amiga excepcional, porque no solo me enseñó a leer y a escribir, también pasaba con ella grandes tardes de juegos (ella siempre dice que jugando también se aprende).
Por fin decidí explicarles a mis amigos más íntimos qué era lo que había hecho últimamente, ellos al principio no se lo creyeron, pensaban que a los adultos no les importaban los niños pero un día los llevé a la biblioteca para que conocieran a Maite y se dieron cuenta de que todos los adultos no son iguales. Al cabo de un mes y medio ya sabían leer, pues Maite les enseñó encantada. Vimos que leer es una cosa imprescindible, por eso avisamos a los demás niños y niñas del orfanato para que Maite les enseñara a leer.
El orfanato era un poco menos horrible desde que todos sabíamos leer, nos intercambiábamos los libros que habíamos cogido en préstamo de la biblioteca, montábamos pequeñas tertulias, escribíamos cortos relatos… ya no era tan aburrido.
Desgraciadamente, los dueños del orfanato se quedaron sin dinero para mantenerlo por eso iban a poner el edificio en venta y nos iban a trasladar a un orfanato muy grande, en un pueblo muy lejano de la biblioteca. Una tarde fuimos a explicárselo a Maite y ella se quedó un buen rato sin decir nada, pensando qué podía hacer para ayudarnos y poder seguir viéndonos. Finalmente tuvo la gran idea de vender unos libros que ya no utilizaba la biblioteca, porque eran muy viejos, el día de St. Jordi para ganar el dinero suficiente para poder pagar todas las deudas del orfanato. Dijo que seguro que los compraba algún coleccionista por mucho dinero.
A los libros les quitamos el polvo y el día de St. Jordi los colocamos encima de una mesa de manera que se vieran todos, ordenados por colecciones. Durante todo el día sólo vendimos unos cuatro libros, estábamos desesperados, no queríamos irnos a vivir a otro pueblo. Estaba anocheciendo, nuestras esperanzas se estaban acabando y justo pasó un hombre de cierta edad, que compró una colección entera de cómics por un precio muy alto, porque eran unos cómics que le recordaban a su infancia. También le vendimos tres novelas muy gruesas a una pareja joven, unos cinco libros a una familia con niños y finalmente vino un hombre que compraba antigüedades y se llevó unos cuantos libros. ¡Conseguimos todo el dinero! Lo celebramos a lo grande; fuimos a la biblioteca y jugamos a los juegos de mesa que tiene Maite y vimos unas películas de las que hay en la biblioteca.
Al día siguiente Maite nos dio la mejor noticia que nos podían dar; nos explicó que habían despedido al director del orfanato por habernos tratado mal durante todos estos años y que ahora ella era la directora. Maite impuso nuevas reglas: sería obligatorio que todos fuéramos al colegio para que pudiéramos aprender cosas nuevas, cada día antes de ir a dormir tendríamos que leer de nuestro libro al menos un cuarto de hora, a cada uno se le asignaría una tarea (incluyendo a la directora) y, sobretodo tendríamos que respetarnos y querernos como una gran familia.

Marina

CONCURS LITERARI SANT JORDI 2015

  • Hi ha tres categories: poesia, narració curta o còmic.
  • La participació és voluntària.
  • Per la seva presentació es poden utilitzar fulls de colors.
  • Els professors de Llengua o els professors tutors faran una preselecció.
  • Els textos finalistes seran exposats públicament i valorats pel jurat.
  • Els textos poden ser en català, castellà o anglès.
  • No es signaran amb el nom. S’utilitzarà un pseudònim. Dins d’un sobre petit s’escriuran les dades personals, i a fora d’aquest sobre s’escriurà el pseudònim utilitzat. Aquest sobre es graparà amb l’escrit.
  • El sobre petit s’obrirà en el moment del lliurament dels premis.
  • El jurat estarà format per 4 alumnes i un professor per cada categoria. Els membres del jurat no poden participar en la modalitat que jutgen, però han de participar en el concurs.
  • Hi haurà un premi per cada categoria, i diplomes pels finalistes. Els escrits guanyadors es llegiran dins de l’acte de lliurament dels premis.
  • El guanyador/a de la categoria de poesia serà l’obra seleccionada per participar en els II Jocs Florals Escolars de Catalunya
  • A l’hora d’atorgar els premis es tindrà en compte:
    • Originalitat
    • Presentació
    • Missatge

Tot el que no queda recollit en aquestes bases ho decidirà l’equip de mestres del cicle.

 

DATA DE LLIURAMENT:

20 D’ABRIL a les 9 del matí

Sant Jordi 2015

Imatge de la web de la xtec