ITALO CALVINO (1923-1985)

Una de las muchísimas cosas buenas que le debo a mi aprendizaje del italiano es el descubrimiento de Italo Calvino que siempre me sorprende y me entusiasma. Como hoy con este fragmento que yo, gran admiradora de Mercutio, suscribo totalmente.

“Me hubiera gustado ser Mercutio. De sus virtudes admiro sobre todo su levedad en un mundo de brutalidad, su ensoñadora imaginación –como el poeta de la reina Mab- y al mismo tiempo su sabiduría, como voz de la razón en medio de los fanáticos odios entre Capuletos y Montescos. Se mantiene fiel al viejo código de la caballería al precio de su vida, tal vez simplemente por razones de estilo, pero siendo un hombre moderno, escéptico e irónico: un Don Quijote que sabe muy bien qué son los sueños y qué es la realidad, y que vive ambos con los ojos abiertos.”

Italo Calvino: The New York Times Book Review, LXXXIX, 49, 2.12.1984

FERNANDO DÍAZ-PLAJA (1918-2012)

“Algunas veces me han preguntado cómo quisiera pasar a la historia literaria de este país. Creo que mi epitafio podría ser éste: Dedicó su vida a colocar ante los españoles un espejo que les diera una imagen más clara de lo que son para que corrigieran los defectos que ignoraban. Los españoles le aplaudieron mucho, dijeron que tenía toda la razón… y siguieron exactamente igual que antes.”

Fernando Díaz-Plaja “Mis pecados capitales

Como lectora, a Fernando Díaz-Plaja le he respetado mucho como historiador independiente y riguroso y le he envidiado como viajero y observador inteligente. Pero he admirado y admiro especialmente su cercanía, su amenidad, su capacidad de autocrítica y su sentido del humor.

MISTRESS BRENNAN

Una cosa lleva a la otra.
Monsieur Brouard me ha devuelto a Oxford donde, en uno de los periodos tristes de mi vida, Mistress Brennan me levantaba la moral todas las mañanas (alabando mis peinados y mis vestidos), tardes (enviando a su gran perro color miel a esperarme a la parada del autobús) y noches (dándome conversación y bombones de chocolate), durante las dos semanas que pasé alojada en su casa.
Mistress Brennan no solamente era un encanto de persona, una especie de abuelita de cuento, sino –y esto es extraordinario tratandose de una lady inglesa- era una cocinera fantástica con un sentido de la estética más que notable. Quizás porque en su juventud había sido cocinera en la India, me servía unos desayunos y cenas deliciosos con una profusión de copas y platos dignos de una maharaní.
Siempre la recuerdo con cariño y una inmensa gratitud.

MONSIEUR BROUARD

Una cosa lleva a la otra.
“Les enfants du paradís” me ha devuelto a la Alianza Francesa del boulevard Raspail donde, en uno de los julios más calurosos de la historia, Monsieur Brouard nos habló del funcionamiento de un sistema democrático, de un Paris multirracial alejado de los circuitos turísticos y nos enseñó a cantar canciones de Piaf, de Brassens de Jean-Baptiste Clêment, y de Prévert y Kosma.

LES FEUILLES MORTES (Jacques Prévert / Joseph Kosma)

Oh, je voudrais tant que tu te souviennes
Des jours hereux où nous étions amis
Dans ce temps-là la vie etait plus belle
Et le soleil plus brûlant qu’aujord’hui.
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle
Tu vois, je ne pas oublié…
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle
Les souvenirs et les regrets aussi.
Et le vent du nord les emporte
Dans la nuit froide de l’oubli
Tu vois je ne pas oublié
La chanson que tu me chantais
C’est un chanson che nous ressemble
Toi tu m’aimais, et je t’aimais
Nous vivions tous les deux ensemble
Je que t’aimais, toi qui m’aimais
Mais la vie separe ceux qui s’aiment
Tout doucement sans faire de bruit
Et la mer efface sous le sable
Le pas des amants desunies.
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle
Les souvenirs et les regrets aussi.
Mais mon amour silencieux et fidèle
Sourit toujours et remercie la vie.
Je t’amais tant tu était si jolie
Comment veux tu que je t’oublie?
En ce temps-là, la vie était plus belle
Et le soleil plus brûlant qu’aujourd’hui.
Tu étais ma plus douce amie
Mais je n’ai que faire des regrets
Et la chanson que tu chantais,
Toujours, toujours je l’entendrai!
C’est un chanson che nous ressemble
Toi tu m’aimais, et je t’aimais
Nous vivions tous les deux ensemble
Je que t’aimais, toi qui m’aimais
Mais la vie separe ceux qui s’aiment
Tout doucement sans faire de bruit
Et la mer efface sous le sable
Le pas des amants desunies.

JULIÁN MARÍAS 3

El mundo es tan rico o tan rudimentario como nosotros
(…)

La realidad es discreta y reservada, y por eso hemos de luchar con ella para que nos entregue sus secretos (…)
Tal vez podríamos decir que se revela de acuerdo con nuestras necesidades, aunque no suele ser prematuramente pródiga. En general parece acomodarse a nuestros esfuerzos. La consecuencia es que el mundo aparece tan grande o tan pequeño, tan vacío o tan exaltado como lo somos nosotros, y toma en muchos aspectos nuestra imagen.
(…)

Sólo siendo yo mismo puedo llegar a ser yo.
(…)

“Lo que” yo soy es mortal, pero “quien” yo soy consiste en pretender ser inmortal y no puede imaginarse como no siéndolo, porque mi vida es la realidad radical
(…)

El hombre es una creación “imposible”, contradictoria, porque debemos tratar de ser lo que no podemos ser, y eso es lo que llamamos, con un verbo excelente, VIVIR. Esta palabra no tiene el mismo sentido cuando se aplica a la planta, al animal o al hombre. Hay una contradicción interna en la misma condición del hombre: se mueve en el elemento del contento y le pertenece inevitablemente el descontento.
(…)

A las preguntas ¿quién soy yo? y ¿qué será de mí?, la respuesta razonable solo puede ser: “seré quien he querido ser”. A eso nos condenamos: a ser de verdad y para siempre lo que hemos querido ser.

IL COMPLEANNO DI PAPA

I figli avevano preparato il compleanno del padre con molta voglia: 90 anni non è cosa che succede spesso!
Avevano scritto un libro ricapitolando tutto quello di bello (e nascondendo tutto quello di triste) che era succeso nella vita del padre. Avevano cercato su Internet le cose che potevano fargli piacere: i film di Harold lloyd, immagini del secolo scorso, libri del Barça…Avevano raccolto le migliore fotografie della storia familiare: giocatore di calcio, cacciatore, giovane sposo… Avevano organizato in segreto una festa a sorpresa e preparato dei dolci per gli amici che gli avrebbero fatto gli auguri e una bella torta al cioccolato con delle candeline…
E fu un grande successo! Tutto gli piacque: i libri, i dvd, i romanzi del Far West (quelli che gli piacciono di più), la festa, la torta, ritrovare sua sorella e suo cognato (che è stato sempre il suo migliore amico), le nipoti tanto amate, gli amici…
Ma ora, una settimana dopo, quello che rimane al primo posto nella sua memmoria e che lo rende felice è il mega-poster che gli fecero le nipotine ed i loro fidanzati. Ne parla tutt’ora ed a tutti con una felicità che, di sicuro, sarà per sempre una delle belle memorie della nostra vita

LA PRIMA VOLTA

Era una situazione mai vissuta prima e assolutamente inaspettata, una brutta sorpresa. Da una parte le faceva paura, dall’altra era una novità, un’avventura di mezzo giorno che non sembrava pericolosa. In fondo un’esperienza “light”, ogni giorno condivisa da migliaia di donne in tutto il mondo.
Che si trattasse di un affare femminile le piaceva. La faceva sentire vicina a mamma, alla quale era successa la stessa cosa tanto tempo prima, ed a tante altre donne di qualsiasi età molte, poverine, senza un’assistenza sanitaria adeguata.
Inoltre la sua famiglia e le sue amiche avevano tessuto intorno a lei una rete d’aiuto e conforto della quale si sentiva molto fortunata.
Fortunata era la parola con cui si identificava di più in quel momento della sua vita. Le piaceva il suo presente e ricordava con molto amore il suo passato perfino i suoi sbagli e tutto quello che non era andato tanto bene. Nel futuro erano ancora molte le cose che voleva fare: libri da leggere, musica d’ascoltare, gente da conoscere, luoghi da visitare…
La vita con tutti i suoi problemi è l’unica esperienza che abbiamo noi umani e lei la guardava con un sorriso, proprio come le piacerebbe essere ricordata.

PEDRO SALINAS (1891-1951)

La primera vez que leí un poema de Pedro Salinas fue en un libro de Literatura del bachillerato. El poema, que me gustó mucho, comenzaba:

Si te quiero,
no es porque te lo digo:
es porque me lo digo y me lo dicen.
El decírtelo a ti ¡qué poco importa
a esa pura verdad que es en su fondo
quererte!

Tiempo después, en un viaje de estudios compré “La voz a ti debida” y más tarde “Razón de amor” y encontré en Salinas alguien que hablaba de cosas que yo sentía, con palabras que a mi me hubiera gustado saber escribir. Desde entonces Salinas me ha acompañado y, en todos los momentos de mi vida, su voz ha sido siempre la de un amigo con el que conversar.
Una vez le oí comentar a Julián Marías que en la obra de Salinas las relaciones amorosas se daban entre seres diferentes pero libres e iguales en derechos. No lo había pensado antes pero lo comparto plenamente.
Los fragmentos que siguen son los que, en este momento de mi vida, me emocionan más

Qué alegría, vivir
sintiéndose vivido.
Rendirse
a la gran certidumbre, oscuramente,
de que otro ser, fuera de mí, muy lejos,
me está viviendo.
(…)
Que hay otro ser por el que miro el mundo
porque me está queriendo con sus ojos.
Que hay otra voz con la que digo cosas
no sospechadas por mi gran silencio;
y es que también me quiere con su voz
(…)
Y todo enajenado podrá el cuerpo
descansar, quieto, muerto ya. Morirse
en la alta confianza
de que este vivir mío no era sólo
mi vivir; era el nuestro. Y que me vive
otro ser por detrás de la no muerte.

PAPÁ

Papá tiene casi novena años y recuerda, con todo lujo de detalles y un gran cariño, todas y cada una de sus jornadas de caza, que fueron muchas. Rememorarlas, recordar a sus perros, a sus compañeros cazadores, volver a vivir con la imaginación tantos quilómetros recorridos tras un vuelo de perdices le hace – y me hace- feliz.
¿Qué recordaré yo con tanto entusiasmo cuando sea una anciana?

“En puridad, el Cazador no siente la fatiga o el hambre o el frío sino cuando la ausencia de caza es total; cuando tras horas y horas de patear el monte no salta la pieza, ni se observa rastro de ellas, como si ese trozo de mundo hubiese sido previamente arrasado para su propio escarnio. Basta, sin embargo, que una perdiz se arranque en ese instante para que toda la molestia se disipe; para que surja, de nuevo, el hombre íntegro y ávido que era el Cazador al iniciarse la jornada. Ante una perdiz que apeona surco arriba o en raudo vuelo hacia el monte, el Cazador se electriza, en fulminante metamorfosis se convierte en hombre-primitivo, se estimulan sus facultades de acecho, mimetismo y simulación. En suma, ante una perdiz que se escapa, el Cazador se siente desafiado. Toda una ardua jornada de fatigas e incomodidades no logrará sino enconar el reto. El cazador no cejará mientras no procure a su rival un escarmiento”

Delibes, Miguel. “La caza de la perdiz roja” en Viejas historias de Castilla la Vieja (1964)