Un sueño irreal

Traté de levantarme pero, una vez más, mi intento fue en vano. Podía sentir intensamente el dolor en mis manos y rodillas al caer una vez tras otra. Seguía en el suelo, sollozando al sentir esa horrible presencia, la cual era culpable de mis conatos fallidos. Entre lágrimas conseguía ver aquella luz al final del túnel y algo me decía que mi deber era llegar hasta ella para encontrar quién sabe qué. Se me ocurrió levantarme rápidamente de aquel espeso y frío suelo y probar correr con una velocidad inimaginable para mí. Al ponerme en pie, tropecé con algo duro pero no pude fijarme en lo que me impedía avanzar. Caí de nuevo sintiendo como alguien agarraba con fuerza mis tobillos y no tenía intención de soltarlos. Aquella luz, anteriormente potente, fue debilitándose y justamente fue ese momento en el que desperté.
Me incorporé bruscamente en mi cama y pude sentir mi respiración acelerada al poner la mano sobre mi pecho. Coloqué las zapatillas en mis pies y caminé hasta la cocina. Cogí un vaso y lo llené de agua. Tragué y lo dejé allí encima. Respiré profunda y tranquilamente. Regresé a mi habitación y dormí sin interrupciones hasta la mañana siguiente.

 

Laura Soriano 4.3
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