Yo, de pequeño, era un lobo muy pacífico y, el favorito de mi madre. Vivía tranquilamente en el bosque, hasta que, en una desgraciada ocasión, llegaron tres cerditos caníbales que me querían comer, porque, en su hábitat, ya lo habían arrasado todo y nadie se atrevía a ir por aquellos bosques que, años atrás, habían sido tan hermosos.
En un desgraciado intento de huir, me encontré una casa de paja que no resultó ser un gran obstáculo, porque, en menos que canta un gallo, se la comieron, lo que me dio unos segundos de ventaja para buscar otra. Cuando los cerdos casi me pisaban los talones, vi lo que parecía ser una casa de madera. Saqué fuerzas de flaqueza, pero todo fue inútil, pues los cerditos también se la se comieron, aunque esta vez les llevó más tiempo. Más tarde, a lo lejos, distinguí una casa de ladrillos, y pensé: “esta vez no podrán conmigo”.
Entré en la casa, lo cerré todo bien y, como la chimenea estaba abierta, decidí encender el fuego y poner una cazuela encima. Los cerditos, al comprobar que no podían comerse la casa, saltaron por la chimenea, pero, ¡sorpresa!, se cayeron dentro de la cazuela. Así que para cenar, me comí un cerdo a la brasa que estaba riquísimo, y los otros dos los guardé para los próximos días. Así fue como me gané la mala reputación de ser un animal sin escrúpulos.
David Segura 2.1
Me ha gustado sobretodo que la historia fuese al revés, es gracioso.
Me ha gustado mucho, porque el cuento es totalmente lo contrario que la historia real y es muy gracioso, sobretodo el final.
Esta muy chulo y se lo a currado mucho
Esta redacción me ha parecido muy divertida i atractiva.