El Kronen es el bar madrileño en el que acostumbra a reunirse un grupo de amigos. Entre ellos está Carlos, de familia acomodada, carente de escrúpulos y únicamente preocupado por experimentar con las drogas, el sexo y el alcohol. Desdeñoso con aquellos a quienes considera débiles y convencido de que la amistad no es más que una patraña, Carlos acaba provocando la muerte de Fierro, uno de los componentes del grupo, sin que eso le cause ningún remordimiento.
La novela, primera del autor, cuenta la vida durante un verano de un grupo de jóvenes madrileños, criados en la cultura audiovisual y fascinados por la violencia, que se mueven en un mundo cerrado dominado por las drogas, el sexo, los bares de copas, los conciertos rock…
La publicación de Historias del Kronen tuvo un fuerte impacto social al exponer con crudeza la forma de vida y las opiniones de un sector de la juventud, que al parecer habían pasado desapercibidas hasta ese momento para sus mayores.
La novela coincide en el tiempo con fenómenos semejantes en otros países, principalmente Estados Unidos e Italia, y contribuye a que se popularice el concepto “Generación X”, importado de Estados Unidos, que aquí se transmuta en “Generación Kronen” o “Gente Kronen”, la juventud mejor preparada de la historia española, los hijos sin futuro del desarrollo.
Así comienza la novela:
Me jode ir al Kronen los sábados por la tarde porque está siempre hasta el culo de gente. No hay ni una puta mesa libre y hace un calor insoportable. Manolo, que está currando en la barra, suda como un cerdo. Tiene las pupilas dilatadas y nos da la mano, al vernos.
—Qué pasa, chavales. ¿Habéis visto el partido, troncos? —pregunta.
—Una puta mierda de equipo. Del uno al once, son todos una mierda —dice Roberto.
—Me han jodido el baño en Cibeles, tronco. Si esto sigue así, acabaré haciéndome del Atleti. A ver, ¿qué queréis?
Pillamos un mini y unas bravas. Roberto echa una ojeada a nuestro alrededor para ver si Pedro ha llegado. Luego, mira su reloj y dice: joder con el Pedro, desde que tiene novia pasa de todo el mundo.
—¿Hemos quedado con alguien más? —pregunto.
—Sí. Con Fierro, Raúl y con Yoni.
—¿Quién es Yoni?
—Un amigo de Raúl. Un tío guay, nada que ver con el pesado de Raúl. Allí en Marbella, en Semana Santa, nos lo pasamos de puta madre con él.
Hay una mesa que se ha quedado libre y le digo a Roberto que la pille, rápido, antes de que nos la quiten.
—Joder. Ten cuidado, que casi me tiras el litro.
Nos sentamos. Pedro llega un poco después.
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Lectores de esta novela:
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Harsh Kumar (4.º de ESO, curso 14/15)