Aquest és un dels millors anys de treball final, com a mínim personalment, juntament amb l’any passat. Tens una major llibertat, ja que la plantilla de treball no està marcada. Juntament amb el tema sanitari que em va tocar de tercer (que em fascina perquè vull estudiar Medecina) aquest tema m’encanta.
Estic molt informat i conscienciat i gaudeixo de la diversitat sexual de l’ésser humà. Si hagués de destacar alguna cosa de l’animal més destructiu de la història (nosaltres) seria aquesta. Però, desgraciadament, hi ha persones que no entenen que les diferències ens fan especials.
A més, el fet de poder escollir les persones amb qui treballar és un punt genial. Penso que hauria de ser el sistema a tots els cursos, perquè després som les persones “d’alt rendiment” les que hem d’arrossegar als companys i fer tota la feina. Un malson terrible que ja he viscut.
Espero haver aportat el meu granet de sorra per aconseguir una igualtat real. Per un món millor!
Daniel Toledo Sandoval
Yo creo que eres un impertinente y posiblemente un soberbio. Tus conclusiones empobrecen el trabajo.
¿De altas capacidades?
Tal vez se te olvidó leer el mito de Narciso.
Miguel Angel Valdivieso
Buenas tardes, Daniel.
Antes que todo, darte las gracias por tu comentario; han pasado dos años que participé en este trabajo y ver en mi bandeja de entrada un comentario después de tanto tiempo ha resultado nostálgico. He vuelto a leer algunas de los apartados que mis compañeras y yo escribimos cuando teníamos quince años, mostrando interés por una lucha social que tanto nos afecta y su reflejo en la mitología griega.
En cuanto a tu crítica a lo de “altas capacidades”, no pretendía ser narcisista (término que, como tú has dicho, proviene del mito de Narciso que, por cierto, es uno de mis favoritos de Ovidio). De hecho, era una crítica a la manera en que se nos había agrupado para hacer este tipo de trabajos durante años. Literalmente, se dividía a las personas por su rendimiento escolar, es decir, sus notas, utilizando colores para intentar camuflar una asignación que, a mi parecer, resultaba vaga y con un efecto contrario al deseado. Había unos cinco grupos según el “rendimiento” y se debía formar un equipo de trabajo con un miembro de cada uno.
Desde el primer año, yo estaba totalmente en contra de este criterio. Por un lado, me parecía contraproducente, porque en la mayoría de los casos las personas que no se encontraban en los grupo de “alto o medio rendimiento” (creo recordar que eran azul y verde), normalmente estaban allí porque no demostraban un interés real por la materia. Como consecuencia, éramos los azules y los verdes los que teníamos que realizar los mayores esfuerzos para poder conseguir una buena nota para los cinco. Por otro lado, es algo que me parece incluso capacitista y que estigmatiza a las personas, porque aquellos que realmente se encontraban en los grupos de “bajo rendimiento” porque no se sentían capaces o porque tenían problemas con el estudio por mucho interés que mostraran se sentían mal con ellos mismos.
Tener la capacidad de elegir a unos compañeros sin importar el grupo en el que se les había encasillado todos los años anteriores y que tenían las mismas ganaas que yo de crear este blog como trabajo final de la ESO resultó, de algún modo, liberador. Quedarme hasta altas horas de la madrugada acabando el trabajo de los que no querían ayudar y mis continuos enfados por ello desaparecieron.
Por esta razón, siento si te ha parecido ofensivo o te he dado una mala impresión de mí o de nuestro trabajo, pero no era esa mi intención. Escribí esto desde el punto de vista de alguien que años de ese sistema de segregación, utilizando ese término que a mí me habían otorgado por tener mejor capacidad de retención, el del maravilloso alumno con “altas capacidades” que debía de servir de ejemplo a sus compañeros, para recordarle a los profesores que leyeran el trabajo que eso era una idea que no servía de nada y que debía actualizarse, algo que muchos otros ya habían reclamado. Quienes debían darse por aludidos era los que entendían el contexto.
Gracias por leer el trabajo.
Miguel Angel Valdivieso