Un poema per Sant Jordi

Des de L’ALTernativa volem sumar-nos als actes del centre per Sant Jordi amb un poema que ens ha fet arribar l’Elena Ruiz de 2n de Batxillerat. Una epoeia acadèmica, amb drac i tot, amb la que us fareu un tip de riure.

LEYENDA DE UN EXAMEN DE MATEMÁTICAS

He aquí la historia de María

una pequeña guerrera,

que preparada para la guerra

esperó una batalla inacabada.

Dos las tenía perdidas,

pero ella no se rendía.

Esperó por el enemigo

con pluma en mano,

el corazón latiendo

y los ojos brillando.

Esperó y esperó

en el lugar acordado,

preguntando a quien pasaba

el lugar donde su adversario restaba.

Y con disgusto y burla

le dijo un superior:

“Tu contrincante se presentará

dentro de una hora o dos”.

Frustrada y avergonzada

volvió al lugar que le tocaba,

reconciliada por sus compañeros,

que por compasión la valoraban.

Criticaron entonces

la impuntualidad de su enemigo

que con razón la batalla,

María había vencido.

Más su inseguridad

le hizo pensar:

“Dentro de tres horas

la guerra comenzará”.

Se dibujó en ese momento

un sello en la mano,

que por magia o brujería

su destreza había aumentado.

Esperando una hora

con rabia y dolor,

se encontró después

con su desafiador.

Y este le dijo

sin vacilar:

“Un día mas

has de esperar”

 

Sin saber si sentir

rabia o alivio,

se fue a clase

porque tenía filo.

Después de entregar el profe

los exámenes,

su amiga reclamó:

“¿Me c*** en la p***,

cuánto estudiaste?”

a lo que María respondió:

“Solo una tarde”.

Al día siguiente,

Nuestra protagonista

se presentó,

a una batalla

que garantizaba dolor.

Su enemigo tenía

más que estudiado,

pero por los nervios de compañeros

Sus manos temblaron.

Con su adversario presente

Y sus armas al lado,

dio en pie la batalla

que tanto había anhelado.

Analizando al contrincante

con mucho cuidado,

María se dijo

que ya había ganado.

Pero la despistada bruja

que la retaba,

dio por sentado

que su merced ganaba.

Para defender su honor

María tuvo que dar pie

a una breve guerra

peor que la que fue.

La guerra comenzó,

los caballeros ansiosos,

aunque al empezar,

casi mueren todos.

Espadas y cabezas

volaban en esa clase

mientras compañeros se ayudaban

pasándose equipaje.

 

María, por precaución,

un brujo había visitado,

que unos cuantos sellos

le había otorgado.

Gracias a esos sellos,

y la ayuda de sus hermanos,

esos feroces monstruos

se vieron ablandados.

María avanzó,

cortando brazos y cuellos

de orcos aterradores

que contempló sin temores.

Con aliento apresurado

y los brazos cansados,

tenía que matar

al dragón de su lado.

Cortando primero

sus alas y patas

la cabeza del dragón

se le fue prestada.

Y sin decir siquiera

una sola palabra

comprobó si ese monstruo

la sangre roja llevaba.

A la bruja maligna

María entregó

la inerte cabeza

de su preciado dragón.

María marchó

de esa despreciable sala,

no sin antes prestar

dos de sus espadas.

Todos los caballeros

preguntaron sin certeza:

“¿Se tenía que entregar

el corazón o la cabeza?”

Finalmente

María hubo ganado

y a los hermanos rezagados

se les otorgó el refrán:

“Haber estudiado”.

 

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