Alicia detesta las matemáticas y considera que no sirven para nada. Un día, mientras está estudiando en el parque, un extraño personaje, que resulta ser Lewis Carroll, el autor de Alicia en el país de las maravillas, la invita a dar un paseo por el País de los Números. Allí, tras correr las más increíbles peripecias en su fantástico viaje — como enfrentarse al monstruo del laberinto, cruzar un desierto de granos de trigo, adentrarse en un bosque de números arborescentes o tomar té con el Sombrero Loco—, comprenderá que las matemáticas no solo son útiles sino también, divertidas. (Fuente: EcuRed).
Así comienza la novela:
Alicia estaba sentada en un banco del parque que había al lado de su casa, con un libro y un cuaderno en el regazo y un bolígrafo en la mano. Lucía un sol espléndido y los pájaros alegraban la mañana con sus trinos, pero la niña estaba de mal humor. Tenía que hacer los deberes.
—¡Malditas matemáticas! ¿Por qué tengo que perder el tiempo con estas ridículas cuentas en vez de jugar o leer un buen libro de aventuras? —se quejó en voz alta—. ¡Las matemáticas no sirven para nada!
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Lista de lectores de este libro:
- Hristina Peteva (3.º de ESO, curso 13/14)
¡Yo me leí ese libro el año pasado! Y la verdad es que me gustó mucho y aprendí cosas que no sabía.
¿Por qué te gustó tanto? ¿Y qué puede aprenderse en él?
Este libro me lo leí en primero de la ESO. A mí, las mates no me gustaban y también pensaba que no servían para nada. Lo que más me gustó es que, a medida que Alicia, la protagonista, se iba dando cuenta de que eran importantes, yo también. Al final, el libro me gustó y después de leerlo, hasta hice un trabajo.