Clica en la imagen del libro:
PLATERO Y YO, de Juan Ramón Jiménez. Maravillosa versión musicada del Capítulo I, realizada por el cantautor Vicente Monera:
Por si se os acaban los libros de la biblioteca de clase y los que tenéis por casa, aquí os dejo un enlace a una historia preciosa que os hará pensar, imaginar y, sobre todo disfrutar.
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/Colecciones/ObrasClasicas/_docs/ElPrincipito.pdf
La Camisa del hombre feliz
En las lejanas tierras del norte vivió, hace mucho tiempo, un zar que enfermó de gravedad. Mandó llamar a los mejores médicos del reino, que le vendieron, a precios astronómicos, todos los remedios que conocían y otros nuevos que se inventaron, pero lejos de mejorar, la salud del zar empeoraba día tras día.
Le recetaron baños calientes y helados, le hicieron ingerir jarabes de eucalipto, de miel y de plantas aromáticas traídas de exóticos países en largas caravanas. Le aplicaron ungüentos, bálsamos y cataplasmas hechas con insólitos ingredientes, sin embargo, la salud del zar no mejoraba. Tan desesperado estaba el hombre, que prometió la mitad de todas sus posesiones a aquel que fuera capaz de curarlo.
La noticia se propagó rápidamente, pues las riquezas del zar eran cuantiosas, y no tardaron en llegar eminentes doctores, prestigiosos magos y notorios curanderos desde todos los rincones del planeta para intentar devolverle al zar la salud perdida. A pesar de ello, fue un humilde poeta el que aseguró:
—Yo conozco el remedio. Yo sé cuál es la medicina que curará los males del monarca: se ha de encontrar a un hombre feliz y pedirle su camisa; cuando el Zar se vista con ella, sanará.
Partieron los emisarios del zar hacia todos los confines de la Tierra, pero encontrar a un hombre feliz no es una tarea fácil. El que tenía una salud de hierro, ansiaba riquezas; el que era inmensamente rico, añoraba ser amado sinceramente; y al que amaban mucho, los achaques no lo dejaban vivir. Aquel otro se quejaba de los hijos, y el de más allá de sus vecinos, de sus parientes, de su país o de su trabajo.
Pasaban los días, la esperanza se perdía y la salud del zar empeoraba, hasta que, una tarde, uno de los emisarios del zar pasó junto a una pequeña choza que tenía la puerta abierta y la alegre voz de un hombre, que en el interior descansaba junto al fuego de la chimenea, llamó su atención:
León Tolstoi
Hola guapíssims!!!
Que hi ha de nou?? Aviat a la platja i al camp a prendre el solet ehhh!! Però abans sabeu que teniu la festa de Sant Jordi, i aquest any no estarem a l’escola. Doncs com ja sabeu que s’han de regalar contes i roses, jo us deixo aquesta pàgina de contes molt xulos, perquè una tarda de calor a classe us relaxeu escoltant algun conte d’aquests.
http://www.unamadecontes.cat/
Hola profe. Què tal? Jo ja he acabat el llibre de mates i vaig llegir un conte. El conte era molt bonic. M’han agradat els contes penjats en el bloc.